Jóvenes actores llevan la mitología griega a las tablas en Venezuela

CRÉDITO DE FOTOS:    Cortesía Chely Escalona / Hýbris

El grupo de Teatro Mitológico Hýbris combina clásicos de las tablas con la psicología analítica del suizo Carl Gustav Jung. Fotos cortesía de Chely Escalona / Hýbris

En un salón de unos seis por cuatro metros, tapizado de espejos, una veintena de adolescentes se prepara para un nuevo reto personal. Aunque es un “trabajo en equipo”, para estas criaturas, muchas de ellas con la marca de las hormonas en su rostro, significa una aventura titánica en la cual están rompiendo paradigmas en sus vidas.

Todo lo que experimentamos es un inmenso reto que nos hace mejorar”… “En mi casa están sorprendidos porque me ven más desenvuelto”… “Ahora me puedo defender mejor en los estudios, he perdido muchos miedos”. “Nos alejamos de la frivolidad propia de nuestra generación y estamos metidos en algo muy serio…”.

Esas son algunas de las expresiones que se oyen en el recinto entre esa muchachada  que en su inmensa mayoría aún transita por la secundaria o bachillerato, como se le llama de forma más común en Venezuela.

Lo primero que impresiona es la dicción y la forma de expresarse de quienes integran el elenco del Grupo de Teatro Mitológico Hýbris. Alejados totalmente de lo que en este país suramericano se conoce como “mandibuleo” o forma enrevesada al hablar en ciertos sectores jóvenes de clases medias y altas, donde abundan las palabras entrecortadas y algunas sílabas y letras finales desaparecen por completo. Aquí ocurre todo lo contrario; se siente, entre otros trabajos, el de vocalización y respiración por parte del fundador y director de la compañía, José Enrique “Chely” Escalona.

“Hýbris nace en febrero de 1996. Es el resultado del sincretismo de mis dos grandes pasiones: la mitología griega y la psicología”, cuenta a Global Voices Escalona, quien se recibió como psicólogo de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas en 1988, aunque la pasión por el mundo helénico vino mucho más temprano, cuando apenas contaba con 12 años de edad.

Pero esta experiencia dramática de casi dos décadas tiene un ingrediente adicional. No se trata de una simple adaptación o reproducción de clásicos y nada más. Escalona, desde los comienzos del grupo, procuró imprimirle un sello personalísimo, además de ser el autor de todas las obras llevadas a las tablas.

“Amalgamo el teatro con la psicología analítica del suizo Carl Gustav Jung, quien habla mucho de los arquetipos y estudió la mitología griega. Son los arquetipos vistos como ‘un combo’, vamos a llamarlo así, que son sensaciones o emociones que predeterminan ciertos comportamientos a nivel colectivo, que influyen tanto en la masa como en cada individuo”, explica mientras hacen un alto en los ensayos para el reestreno de “Las Pléyades”, que se concretará en el lugar donde nació y aún hace vida Hýbris: el sector Los Corales en la localidad costera de Caraballeda, en el estado Vargas, a unos 40 kilómetros al norte de Caracas, la capital venezolana.

En el trabajo específico de la compañía están los arquetipos griegos que representan los dioses y cómo ellos predeterminan ciertos comportamientos y son tomamos por los integrantes como un enriquecimiento particular desde el punto de vista terapéutico psicológico al momento de representarlos. “Tiene que haber un beneficio para el actor en su cotidianidad gracias a la preparación del personaje: cómo siente, cómo piensa, cómo se mueve…”, agrega.

MÁS ALLÁ DE UN SELFIE

La generación actual está etiquetada como la reina de la tecnología y las redes sociales. Pero en un “océano información con un milímetro de profundidad”, según sus críticos. En el caso del grupo Hýbris, José Enrique “Chely” Escalona busca romper con esas tendencias y empuja a sus muchachos a investigar y estudiar mucho para preparar cada montaje.

“Yo no soy conformista ni quiero que ellos sean conformistas. A pesar de su corta edad les exijo mucho, lo reconozco. Pero me da la satisfacción que los alejo de ese mundo frívolo y superficial de hoy. Ellos deben seguir un trabajo de actor que se llama trabajo arquetípico, que es creación mía. Deben investigar el mito en cuestión. Consultan varios autores. Y buscan el animal tótem que lo representa. Deben conocer el animal y sus costumbres para luego aplicarlo en la construcción del personaje”, describe Escalona.

Tanto los miembros del grupo teatral como su director reconocen que el reto requiere un esfuerzo intelectual importante, pero desde el placer, pues hay que disfrutarlo aunque se trata de psicología profunda a la que se enfrentan, en muchos casos, desde los nueve años.

“Eso sí, nosotros nos ubicamos a medio camino entre el método del ruso Konstantín Stanislavski, que exige al actor ‘involucrarse demasiado’ con el personaje y la propuesta del alemán Bertolt Brecht, quien propone todo lo contrario; es decir, el distanciamiento extremo”, explica quien bautizó a su creación como Hýbris que traduce algo así como “desmesura arrogante de aquel que olvida la condición humana y desafía la voluntad de los dioses, quienes terminan por herir cruelmente al culpable”, pero todo como una gran paradoja de vida.

Estima que el “punto medio” entre ambas escuelas dramáticas es lo que permite la retroalimentación exacta entre el papel y quien lo representa, para alcanzar crecimiento y aprendizaje individual que es uno de los grandes objetivos en esta aventura juvenil en las artes escénicas, por cuyas filas pasaron Alejandra Oraa, presentadora de CNN en Español y Willy Martin, actor radicado en Miami y parte del staff de Nickelodeon.

2 comentarios

  • Hilal

    He logrado ver varias obras de este grupo. Soy actor de teatro profesional en Caracas y les puedo asegurar a base de mi experiencia lo siguiente:
    1-El grupo es un excelente puntode partida para los niños(menores de 12 años de edad). Los involucra de una buena manera en el mundo del teatro.

    2- Para aquellos mayores a 13 años de edad, es una pésima idea pertenecer a el, sus obras no están echas para un publico si no para ellos mismo, sus diálogos son pesados que alejan al espectador de la trama(si es que existe una) y en cuanto los parlamentos cometen un crimen hacia el teatro , El separar palabras.

    3- El Director no permite a los estudiantes crear un personaje (Un arquetipo), les hace a imitarlo en cada escena, esto impide la libertad del actor y es indicio de una mala Dirección. (Esto es obvio debido al desenvolvimiento de todos los personajes)

    Me gusta la iniciativa de crear teatro en Vargas, pero dígnense a preparar una buena obra.

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