Ni El Chapo, ni Sean Penn. El foco debería ser las víctimas de la guerra contra el narcotráfico

PicMonkey Collage

El actor estadounidense Sean Penn (izquierda), quien entrevistó al líder del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, generó una tormenta sobre el ejercicio del periodismo, pero eclipsando a los que debiesen ser los protagonistas de esta historia: las víctimas del narcotráfico.

La atención de mexicanos y estadounidenses -y de muchas personas en el mundo- a Joaquín «El Chapo» Guzmán, considerado hasta hace poco el narcotraficante más buscado del mundo, se renovó con fuerza luego de su tercera captura, el pasado 8 de enero. Además de sus previos escapes «de película» esta vez se sumó la revelación de la reunión secreta que sostuvo con los actores Sean Penn y Kate del Castillo cuando se encontraba prófugo de la justicia.

Son estos personajes quienes han eclipsado la historia de quienes deberían estar en el centro de atención: las víctimas de la guerra contra el narcotráfico.

Al respecto, el poeta y activista mexicano Javier Sicilia comentó en una entrevista a NBC News:

The face of El Chapo is a smokescreen. Behind the kingpin's image, which is magnified by the media and the politics of Mexico and the United States, is the hidden truth… of the dead and those who are still disappearing.

El Chapo is a symbol [of the drug war] that governments use to award themselves a victory against the drug cartels and organized crime… [but] reality is different… People are still dying. People are still disappearing. People are still living in fear… […]

La cara de El Chapo es una cortina de humo. Detrás de la imagen del personaje, que ha sido agrandada por los medios y los políticos de México y Estados Unidos, está la verdad escondida… de los muertos y de quienes aún se encuentran desaparecidos.

El Chapo es un símbolo (de la guerra contra el narcotráfico) que los gobiernos usan para premiarse por una victoria en contra de los carteles y el crimen organizado… (pero) la realidad es diferente… La gente aún está muriendo. La gente todavía está desapareciendo. La gente sigue viviendo con miedo…

Las discusiones sobre si Sean Penn usurpó labores periodísticas y las implicaciones éticas de la entrevista para la revista Rolling Stone (que el mismo Guzmán aprobó antes de ser publicada) han sido el centro de la tormenta mediática, notoriedad que nunca han logrado los reporteros y periodistas ciudadanos que arriesgan su vida todos los días para dar a conocer la actividad del narco y la corrupción en México, donde en la última década han sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido, según Reporteros sin Fronteras.

Una lástima que Sean Penn no le haya preguntado a El Chapo sobre los periodistas desaparecidos o asesinados en México, muchos de cuáles han sido víctimas de ataques de los carteles de drogas.

Lo mismo se puede decir de las 164,000 civiles muertos y cerca de 22,000 desaparecidos durante la guerra contra el narcotráfico de la cuál El Chapo, ha sido sin duda un protagonista.

Pregunten a Sean Pensky [sic] por qué no entrevistó a los familiares de las víctimas que han sido asesinadas por El Chapo a sangre fría.

Disfruten consumir contenido producido sin ética que abandona a las víctimas del Chapo por una no-primicia barata. Todo suyo, payaso.

Sobre la imagen edulcorada del capo, el escritor y periodista León Krauze, comentó en el artículo «El Triunfo de Joaquín Guzmán» de su blog Letras Libres, lo siguiente:

Así, El Chapo resulta un hombre de familia, que visita y quiere mucho a su madrecita, que cuida de sus hijos y sueña con disfrutar de sus últimos días en el terruño sinaloense, que se volvió narcotraficante porque de algo tenía que vivir, que no es violento más que para defenderse, que no ha hecho ningún daño a México, que es un narcotraficante como muchos otros, que no se droga y sólo bebe en presencia de una dama, que no recurre a la violencia ni para escaparse, que “no busca problemas. De ninguna manera”. Un hombre caballeroso, que da abrazos de “compadre” y está sonriendo casi todo el tiempo. Un hombre casi amable de no ser por los diez mil asesinatos que se le atribuyen al Cártel de Sinaloa y los millones de vidas destrozadas por el tráfico de droga a 50 países del mundo.

Mientras que la usuaria de Twitter IndyMama sentenció:

Todos los que idolatran a El Chapo deberían recibir al menos una cachetada de parte de alguno de los familiares que sobrevivieron a sus víctimas

La guerra contra el crimen organizado en México está lejos de terminar pese a que uno de los narcotraficantes más emblemáticos de los últimos años se encuentre tras las rejas.  No así la crisis humanitaria de los cientos de desplazados internos que dejaron los operativos del gobierno mexicano para encontrar a El Chapo y que no fueron parte de la «misión cumplida» del presidente Enrique Peña Nieto.

Historias como la de Martha, narrada en el podcast «Sin casa por El Chapo» de la Cadena Ser, quien tuvo que abandonar su casa en la comunidad de «El Verano» luego de que miembros de la Marina comenzaran a bombardearla el pasado 6 de octubre cuando presuntamente estaban buscando al capo.

Sentimos un poco de miedo porque ellos (la Marina) nos amenazaban, nos decían que si salíamos de las casas nos podían disparar y que si salíamos en vehículos nos podían echar algún tipo de explosivos y que ellos en sí no se hacían responsables de nosotros.

[…] nosotros si estamos con familiares y amigos pero la mayoría se asisten en albergues.

Personas de otras comunidades, como «El Limón» tuvieron que salir caminando. Hicieron alrededor de tres días, cuatro días (para llegar a Cosalá a refugiarse)

[…] el rancho está vacío, los animales están muriendo de hambre. En sí es una tristeza de comunidad.

El gobierno de México no ha anunciado ningún tipo de compensación para muchos que, como Martha, lo han perdido todo. En contraste, la captura fue celebrada con gran pompa. El conductor y comediante Víctor Trujillo, «Brozo», criticó así la actuación del presidente.

Igual que fue de imperdonable cómo se les fugó, es imperdonable cómo lo celebraron. Tan heroico quisieron hacer el asunto que hasta cantaron el Himno Nacional, parecía que con la captura de ‘El Chapo’ Guzmán se acababa automáticamente la violencia que vive el país desde hace 20 años.

En la misma entrevista con NBC News, Sicilia pidió a Sean Penn y Kate del Castillo usar su fama para contar la historia de las víctimas y añadió:

[…] only when the names of those who were killed are known, when the stories of their suffering are heard, and multiplied by the thousands, people everywhere will call out to end the war.

[…] sólo cuándo los nombres de aquellos que han sido asesinados se conozcan, cuando las historias de los que sufren sean escuchadas y amplificadas por miles, la gente de todos lados hará un llamado para que termine la guerra.

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