Ya sabíamos que el gobierno ruso no se estaba sintiendo generoso con respecto a la libertad en Internet, considerando los planes de amplio alcance del censor del Estado ruso, Roscomnadzor, y otras entidades gubernamentales para proseguir restringiendo la red rusa. No obstante, y pese a que todos deseen regular y restringir las comunicaciones en línea en el país, no existen muchos funcionarios o incluso expertos en Internet cuasi independientes que corran para amparar a los usuarios.
Caso ilustrativo: al parecer ni siquiera el Defensor de Internet de Rusia, Dmitry Marinichev, o el recién nombrado asesor de red del presidente, German Klimenko, consideran que sean de alguna manera responsables de defender los derechos de los usuarios de Internet en Rusia. Más bien sugieren que alguien más – quizá, los defensores de los derechos humanos – podrían estar atentos a los asuntos relacionados con los derechos de los usuarios.
En una entrevista realizada el 10 de enero para Echo Moskvy, Klimenko (el sitio web de noticias Meduza publicó su perfil tras su reciente nombramiento como asesor de red de Vladimir Putin) se rehusó totalmente a involucrarse con asuntos de la libre expresión o los derechos de autor en línea.
Я не омбудсмен. Не надо ко мне приставать с вопросами про «за ретвит два годика дали», это не моя проблема. Не приставай ко мне с авторскими правами, это не моя зона ответственности. Моя зона ответственности всего одна — экономика.
No soy el Defensor. No me molesten con preguntas acerca «del plazo de dos años para un retuit»; no es mi problema. No se avoquen a mí para asuntos sobre derechos de autor, eso no está dentro de mis atribuciones. Yo solo tengo un campo de responsabilidad que es la economía.
Previo a esto, Klimenko provocó conmoción en los medios sociales después de declarar en una entrevista para TV Rain que él consideraba que Telegram Messenger «cooperaría (con el gobierno ruso) o sería clausurado». A principios de enero 2016 Klimenko conversó, por medio de chat, con BBC Rusia e indicó a los periodistas que creía que Rusia se beneficiaría de la cortina de hierro digital. «Si cerramos las fronteras virtuales, todos nuestros sitios web ganan. Yandex gana. Mail.ru gana», Klimenko aseveró y denunció a Google, Facebook y otras compañías internacionales de Internet por «devorar nuestro mercado publicitario». Klimenko manifestó a la BBC que su trabajo como nuevo asesor de Putin consistiría, en gran parte, en moderar las comunicaciones entre los legisladores y la industria de Internet, canalizar la inversión gubernamental hacia los programas, promover pagos y educación en línea.
Curiosamente, el Defensor ruso de Internet Dmitry Marinichev, a quien Klimenko hizo una alusión directa en su entrevista, se desentendió también de la responsabilidad de velar por los derechos de los usuarios rusos de Internet, a través de un comentario que hizo para el sitio web empresarial vc.ru:
Я работаю по проблемам бизнеса в интернете и ИТ на основе их обращений. В большинстве случаев это общая для отрасли проблематика, жалобы от бизнеса коллективные. Чаще [всего], связанные с новыми законодательными инициативами.
С гражданами несколько сложнее и проще одновременно. Я думаю, что действия гражданина — это действия гражданина. И неважно, где они происходят — в онлайне или офлайне. Если затронуты его права, то есть у нас омбудсмен по правам человека, правозащитные организации и так далее.
Trabajo con asuntos de Internet y las compañías de IT, basándome en sus solicitudes. En la mayoría de los casos son problemas comunes de la industria, por lo que las quejas provenientes de las compañías son colectivas. Con frecuencia están relacionadas a las nuevas iniciativas legislativas.
Con los ciudadanos es, a la vez, más complicado y mucho más simple. Considero que las acciones de un ciudadano son las acciones de un ciudadano. Y no importa dónde se lleven a cabo – en línea o fuera de este. Si el tema en cuestión son los derechos de la ciudadanía, para eso tenemos los mediadores de derechos humanos, las organizaciones de derechos humanos y así sucesivamente.
Los defensores de los derechos humanos, señalados por Klimenko y Marinichev en sus comentarios, han estado advirtiendo sobre el incremento de las normas restrictivas que regulan el discurso y la actividad en línea en Rusia, y condenando las sentencias cada vez más severas por infringir dichas normas. Publicar imágenes, texto y videos en Internet acompañados de cargos de extremismo o lenguaje que incite al odio ya han llevado a condenas reales de prisión a los usuarios, como el caso de la activista Darya Polyudova y el bloguero Vadim Tyumentsev. Aquellos que luchan por los derechos de los usuarios rusos de Internet temen que esos veredictos sean el inicio de una mayor represión.