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En Kenia, se depende mucho de la batata de pulpa anaranjada

Categorías: África Subsahariana, Kenia, Medios ciudadanos, Mujer y género, Salud
New mothers and their babies wait to see a doctor at the Othoro Community hospital in Homa Bay, western Kenya. Credit: Anne Bailey. Used with permission

Madres primerizas y sus bebés esperan ver al doctor en el hospital de la comunidad de Othoro en Homa Bay, al oeste de Kenia. Foto: Anne Bailey. Usada con su permiso.

Este artículo de Marco Werman [1] para The World [2] como parte de Owning It series [3] apareció originalmente en PRI.org [4] el 15 de diciembre de 2015, y se republica aquí como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos.

Existe una superstición en el oeste de Kenia, en el área exuberante que rodea el Lago Victoria. Si eres mujer y te embarazas no hablas de ello, porque si lo haces perderás a tu bebé.

La desventaja de mantenerlo en secreto es que es muy probable que la madre no haga ninguna visita prenatal — tal vez ni dé a luz en un hospital. En un área del país con una gran incidencia de malaria, sin mencionar el VIH que alcanza el 27 por ciento, esa situación coloca a los fetos en riesgo.

Beatrice Otieno holds some of the orange flesh sweet potatoes she's been growing with the aid of the SUSTAIN (Scaling up Sweetpotato through Agriculture and Nutrition) project. Credit: Anne Bailey. Used with permission

Beatrice Otieno sostiene algunas de las batatas de pulpa anaranjada que estuvo sembrando con la ayuda del proyecto SUSTAIN (Scaling up Sweetpotato through Agriculture and Nutrition/Aumentando la producción de batatas a través de Agricultura y Nutrición) . Foto: Anne Bailey. Usada con permiso.

Pero incluso si nadie fuera superticioso, las clínicas están muy lejos de los hogares de muchas mujeres. Y tienen quehaceres que preceden un control prenatal.

Si no hubiese sido por una poco conocida variedad de batata (también conocida como camote, papa dulce o boniato), Beatrice Otieno de 27 años de edad estaría dando a luz a su bebé en su hogar. Ese hogar es una cabaña de ladrillos de adobe. Hace calor dentro, y el sitio más fresco es el piso de tierra. No es donde un niño tendrá las mejores oportunidades de sobrevivir en su primer día en el mundo.

Pero la batata de pulpa anaranjada probablemente cambiará el destino del bebé. Ya le ha dado un vuelco a la vida de Beatrice.

No hace mucho tiempo, ella supo que si iba al hospital para sus controles prenatales, recibiría cupones para plantar batatas de pulpa anaranjada en su patio. Mordió el anzuelo.

El cupón la autorizaría a adquirir las plantas a un costo subsidiado. Complementarían su dieta y la de su familia, y todo lo que le sobre lo podría vender.

Unlike her previous two pregnancies, Beatrice Otieno will deliver her third child at a local hospital. Credit: Anne Bailey. Used with permission

A diferencia de sus dos embarazos previos, Beatrice Otieno dará a luz a su tercer bebé en un hospital local. Foto: Anne Bailey. Usada con su permiso.

«Como sé que puedo conseguir batatas de los controles prenatales», me dijo en swahili, «me hizo entender la importancia de dar a luz en el hospital».

Beatrice Otieno vive en Homa Bay, Kenia, no lejos del Lago Victoria. Y hace dos años, Homa Bay se convirtió en uno de los lugares donde fue lanzado el proyecto para introducir dicha batata.

Esto está sucediendo por la organización estadounidense de la salud PATH, el gobierno de Kenia y el proyecto llamado SUSTAIN: por sus siglas en inglés Scaling up Sweetpotato through Agriculture and Nutrition (Aumentando la producción de batatas a través de la agricultura y la nutrición).

Siempre hay dudas cuando una planta desconocida se introduce por primera vez. Kenia tiene batatas locales, pero esas variedades son blancas y amarillas. A la gente les gusta.

Pero Beatrice me dijo que le gusta más la variedad de pulpa anaranjada. Muchas personas en Homa Bay dijeron lo mismo.

Eso es algo bueno. Porque la idea total de SUSTAIN era convertir la batata de pulpa naranja tanto en un salvador nutricional como en un incentivo.

En el plano nutricional, aborda las necesidades sanitarias de las mujeres embarazadas. Está cargada de vitamina A, una dosis de inmunidad, muy buena para la visión y crucial para el desarrollo de los órganos del feto. La variedad de pulpa anaranjada también provee de una defensa contra las enfermedades para personas que son VIH positivas.

Cuando llegué a la clínica de salud en Homa Bay, vi las ganancias. La galería estaba llena de pacientes. Algunos estaban allí por necesidades típicas de pacientes ambulatorios: pequeñas heridas y enfermedades. Pero muchos de ellos eran mujeres embarazadas y madres posnatales, y estaban allí para una revisión y los cupones.

Ayuden a las mujeres of Homa Bay

PATH tiene un puntaje de 100 en rendición de cuentas + transparencia en Charity Navigator.

Si está interesado en contribuir, cliquee aquí [5].

Batrise Akinyiopyio vive en la comunidad y trabaja como intermediaria entre la clínica y las madres. Sacó una pizarra blanca y me mostró una gran cantidad de números. El punto crucial, dijo, es que el hospital solía dar suplementos de vitamina A. Luego el suministro se terminó.

“Pero cuando apareció la batata de pulpa anaranjada y les enseñamos a las mujeres embarazadas la importancia de la pulpa anaranjada con vitamina A», explicó Akinyiopyio, “nos dimos cuenta de que muchos niños están consumiendo esa pulpa a nivel doméstico”.

Mothers line up for post-natal visits at the Othoro Community Hospital in Homa Bay. Credit: Anne Bailey. Used with permission

Madres haciendo fila para los controles posnatales en el Hospital Othoro Community en Homa Bay. Foto: Anne Bailey. Usada con su permiso.

Conocemos la batata de pulpa anaranjada en los Estados Unidos (caramba, en el Bartley’s Burger Cottage en Harvard Square, hay tantos pedidos de batatas fritas como de las papas estándar). Los ingenieros agrónomos les dirán que aunque es un tubérculo, no pertenece técnicamente a la familia de las patatas. Colón la encontró, probablemente en el Caribe, y de allí siguió su camino hasta los Estados Unidos. La hizo famosa George Washington y más tarde George Washington Carver. Es nativa del hemisferio occidental, y a pesar de no pertenecer a la familia de las patatas, su introducción en África se está realizando en colaboración con CIP —el Centro Internacional de la Patata en Lima, Peru.

Hellen Nyongesa-Malava trabaja para PATH en Homa Bay. Ella dice que «parte de la razón por la cual (Homa Bay) fue identificada como un sitio es por la voluntad de hogares y hombres de mostrar a sus mujeres dónde pueden cultivar las plantas que les dan”. David Elijah es un granjero local cualificado que fue seleccionado para ser el superproveedor de las plantas de batata de pulpa anaranjada. Me mostró con orgullo su campo de inicio y el vivero donde se siembran las primeras semillas.

Beatrice Otieno follows others to the field where she grows orange flesh sweet potatoes. Credit: Anne Bailey. Used with permission

Beatrice Otieno sigue a los demás hacia el campo donde siembra las batatas de pulpa. Foto: Anne Bailey. Usada con permiso.

En un país donde las mujeres son dueñas del uno por ciento de la tierra, esto es un punto a favor.

En lo que respecta a volver el excedente de las batatas en un negocio rentable, es un poco difícil de determinar. Es muy pronto por supuesto, pero en el caso de Beatrice Otieno, las ventas de batatas no la han sacado notablemente de su pobreza. Según Rikka Trangsrud, la coordinadora del programa PATH en la comunidad de Kenia, hay algo de éxito claro. Nota que las batatas más nutritivas son ahora aceptadas porque puedes encontrarlas en el sector de productos de los supermercados como Nakumatt.

En el hospital en Homa Bay, la prueba del concepto está en el número de mujeres que se presentan a los controles prenatales. Y cada día hay más mujeres con el mismo interés en las batatas —y en la salud de sus bebés.