Cinco años después: Momento de recordar a quienes dieron todo por la Revolución Egipcia

Tomorrow is the fifth anniversary of the start of the Egyptian revolution. Photograph from a protest in Tahrir in 2012. By Mosa'ab El Shamy, flickr, used with permission.

El 25 de enero se cumplen cinco año del inicio de la revolución egipcia. Fotografía de una protesta en Tahrir en 2012. Por Mosa'ab El Shamy, Flickr, usada con autorización.

Si caminas por cualquier calle del centro de El Cairo, probablemente verás restos de grafitis en las paredes que expresan indignación y describen el significativo clamor que alguna vez existió. El constante crecimiento de la pobreza en Egipto, la expansión de la corrupción política y la desigualdad en las oportunidades fueron los principales ingredientes para el levantamiento egipcio del 2011, conocido como la revolución del 25 de enero. Ubicada en el corazón de El Cairo, la Plaza Tahrir se convirtió en un ícono para una serie de acontecimientos que dieron forma a la historia moderna de Egipto. Carpas a dos aguas, carteles contra Mubarak y banderas ondeantes encarnaban el espíritu de la escena. Multitudes que iban de seculares liberales a instigadores islámicos llenaban la plaza, todos convocados bajo un lema: “Pan, libertad, justicia social”.

Un vistazo al 25 de enero

Todo empezó con pequeños fuegos artificiales de activistas que se preparaban para una acción masiva que se agitaba contra el régimen autocrático de Hosni Mubarak. Miles de egipcios de diferentes partes del país respondieron positivamente a los llamados en medios sociales y desafiaron la prohibición del gobierno de protestar contra el entonces presidente Hosni Mobarak. Fue el comienzo del fin del gobierno de 30 años de un régimen tirano. Dieciocho días de un plantón tuvieron éxito en traer abajo al gobernante del país el 11 de febrero de 2011.

En ningún periodo de la historia egipcia la gente tuvo esa sensación de libertad como la que hubo después de febrero de 2011. No obstante, a medida que la situación se intensificaba, la revuelta empezó a tomar una nueva trayectoria. Las facciones se desorientaron más cuando empezaron a usar la Plaza Tahrir para demandas con inclinaciones partidarias. Con el tiempo, la escena política presenció más luchas hacia la hegemonía y el poder. Una serie de violentas cascadas siguieron como resultado. En tres años, los firmemente organizados islamistas, que lograron ganar las elecciones presidenciales con una mayoría de escaños en el Parlamento, fueron disueltos por el entonces ministro de Defensa Abdelfattah El Sisi en julio de 2013 –sin dejar espacio para el Islam político en el juego de la política de Egipto.

Desde la destitución de Mohamed Morsi, de la Hermandad Musulmana, El Cairo se convirtió en un campo de batalla entre el gobierno, respaldado por Abdelfattah el Sisi, y los movimientos de oposición. Sisi prometió llevar seguridad y estabilidad y enfrentar lo que llamaba terrorismo. Sin embargo, sus críticos dicen que habían reprimido intencionalmente la organización de la Hermandad Musulmana y cualquier forma de resistencia. En este momento, antes del aniversario del 25 de enero, el estado está ajustando progresivamente su control en plataformas de medios sociales, temiendo el rol efectivo que han tenido desde 2011 en agitar la oposición de masas. Se ha informado que las autoridades egipcias han arrestado recientamente a tres activistas, incluido Taher Mokhtar, famoso médico contrario al régimen, después de atacar su departamento en el centro de El Cairo por criticar al ejército y al presidente.

Funcionarios del Ministerio del Interior afirmaron en diferentes anuncios que van a aplicar medidas de seguridad en todo Egipto y enfrentar cualquier posible ataque. Varios destacados activistas contrarios a Sisi han sido detenidos sin acusaciones claras, se han clausurado recintos culturales y la policía realiza frecuentes inspecciones. La situación ha empeorado con las abundantes sentencias de ejecución que se han emitido recientemente. En respuesta, una severa respuesta negativa de los medios sociales ganó terreno contra el juez Nagi Shehata por sus politizados veredictos de pena de muerte contra activistas opuestos al régimen sin suficiente evidencia.

Hossam Bahgat, periodista y activista de derechos humanos, dirigió una sarcástica y dura crítica al juez Nagi Shehata en su cuenta de Facebook:

Nagy Shehata definitivamente no es una excepción. Los insultos que dice a los acusados y abogados en sus sesiones en la corte y lo que dice acerca de la «pérdida» del 25 de enero en los periódicos es exactamente la misma opinión de sus colegas jueces. Sin embargo, decidió expresar sus opiniones públicamente de una manera matonesca porque está seguro de que no responderá ante la ley. En este sentido, hasta perdió la condición «externa» que le da el derecho de decidir los destinos de la gente y hasta emitir sentencias de muerte. Y como ha cometido muchos errores poco profesionales, se le debería expulsar en un intento de preservar el desilusionado prestigio de la falsa hegemonía del Poder Judicial. En esencia, paren a Nagy Shehata para que inaugure una nueva oficina con Mortada Mansour o presente un programa de televisión. Porque eso es lo que merece.

Por su parte, políticos, periodistas y activistas egipcios convirtieron en tendencia una etiqueta en Twitter con la frase “yo participé en la revuelta de enero” en un intento de contrarrestar las severas acciones del estado. Luego se lanzó una página en Facebook que tiene el mismo nombre y que sobrepasó los 5,000 me gusta en tres días.

Bassem Youssef, presentador del programa televisivo de sátira política y popular activista, generó la etiqueta «Recuérdenlos» a partir de “yo participé en la revuelta de enero” para arrojar luces sobre activistas políticos encarcelados, como explica en una serie de tuits:

Yo participé en la revolución de enero, me gustaría que pudiéramos usar esa etiqueta de una manera diferente, recordando a los que fueron arrestados injustamente por la revolución por la que estamos orgullosos, sin importar los contratiempos.

Luego tuitea:

En los próximos días decidí usar mi cuenta personal para publicar las historias de los prisioneros, ya sea si son arrestados sin acusaciones o los que faltan debido a desapariciones forzadas, o los que están acusados con acusaciones extrañas. Nuestro deber es recordarlos a todos.

Y para concentrarnos en estas historias, mejor usemos «Recuérdenlos» junto con «Yo participé en la revolución de enero» para centrar la atención en ellos. No solamente nombres, también historias.

El periodista Amro Ali usó ambas etiquetas para honrar a los mártires de la revolución enero, y tuiteó:

Participaron en la revolución del 25 de enero, pero no vivieron para recordar.

Luego describió las acciones de la policía egipcia como dementes en este tuit:

De locos: la policía de Egipto registró 5000 departamentos revisando cuentas de Facebook al azar antes del aniversario de la revolución.

Conocidos por oponerse al actual régimen, el movimiento 6 de abril publicó una canción de duelo:

Saludos para las almas de los mártires. Se rebelaron por pan, libertad, justicia y dignidad. Entonces el régimen los mató.

Ahmad El Esseily, presentador de radio y escritor egipcio, tuitea:

Participé en la revolución de enero no por alguien, no por los pobres, ni siqiuera por Egipto, sino por mí, y para ser parte de lo más honorable que ha ocurrido en Egipto.

La activista Ghada Shahbender agrega:

También participé en la revolución de enero y estoy orgullosa porque derroqué a un dictador corrupto que le robó al país e hizo ignorante al pueblo. Participé en la revolución de enero y no sé de otras revoluciones.

El periodista Ahmad Gamal agrega:

Participé en la revolución de enero, ¡y sé lo grandiosa que es esta «acusación»!

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