¿Podría el error del criquetista Chris Gayle inspirar a los hombres del Caribe a ‘madurar y aprender a comportarse'?

Chris Gayle at the Prime Ministers 11 Cricket match in Canberra 2010. Photo by NAPARAZZI, used under a CC BY-SA 2.0 license.

Chris Gayle en el partido de críquet PM XI en Canberra 2010. Fotografía por NAPARAZZI, usada bajo licencia CC BY-SA 2.0.

La reacción contra los comentarios del criquetista de las Antillas Chris Gayle hacia la periodista deportiva australiana Melanie McLaughlin está creciendo. Gayle no solo fue multado por su equipo por intentar seducir a McLaughlin durante una entrevista después del juego, ahora parece que su carrera en Australia quizás haya terminado.

Los cibernautas caribeños están divididos al respecto, algunos dicen que «él debe pagar por su estupidez y arrogancia» y otros están convencidos de que Gayle es una víctima debido a su raza. Si algo bueno ha resultado de la controversia, es que el error de Gayle ha desatado un debate público sobre sexismo en la región.

El usuario de Twitter Judy Raymond señaló:

Por el lado positivo, @henrygayle ha hecho salir a la feminista en mucha gente que antes no sabía/ no le gustaba/ no entendía la idea

McLaughlin le había preguntado a Gayle, que juega para los Melbourne Renegades, en una entrevista en vivo acerca de cómo se planteaba las entradas en el partido contra los Hobart Hurricanes, pero su respuesta la dejó en un lugar incómodo:

I mean…I wanted to come and have an interview with you as well…that's the reason why I'm here, so…just to see your eyes for the first time…it's nice, so hopefully we'll win this game and we can have a drink after…don't blush, baby!

Es decir… quería venir y que me entrevistaras también… esa es la razón por la que estoy aquí, entonces… solo para mirarte a los ojos por primera vez… es agradable, entonces espero que ganemos el juego y después podamos tomar algo… ¡No te sonrojes, nena!

‘Todas las señales de acoso sexual fueron ignoradas’

Incluso el editorial del 6 de enero del Jamaica Gleaner (Gayle es jamaiquino) cuestionó su conducta, señalando que «representa un desprecio egomaníaco por las mujeres que es una vergüenza para la fraternidad deportiva de Jamaica y para todo el país». El artículo continuó reclamando «legislación en Jamaica para proteger tanto a mujeres como hombres del acoso sexual», destacando que «los críticos dentro y fuera del Parlamento ya están listos para enfrentar cualquier intento de reprimir lo que consideran es una norma subcultural — y que un poco de zalamerías son inofensivas».

Para la bloguera feminista y docente universitaria Gabrielle Hosein, el asunto fue claramente un caso de acoso sexual. Ella explicó:

There are many reasons why people don’t understand what sexual harassment looks like. First is widespread confusion about the difference between seduction and coercion, the old ‘she’s saying no but she really likes it’ interpretation.

Second is that we live in a world where women’s consent to men’s sexual advances is less important than men’s freedom to make those advances when, where and how they choose. […]

Third, the workplace, like most of the public sphere remains a masculine one where women may be talked to and about in sexualized ways even when their work has nothing to do with their vagina. It’s dehumanizing, meaning it reduces humans, in this case women, to their sexual value. It’s unprofessional, meaning it trivializes their status and identity as workers while they are on the job.

Hay muchas razones por las que la gente no entiende cómo luce el acoso sexual. Primero, una confusión generalizada acerca de la diferencia entre seducción y coerción, la vieja idea de ‘ella está diciendo no pero en realidad le gusta’.

Segundo, vivimos en un mundo en el que el consentimiento femenino ante los avances masculinos es menos importante que la libertad de los hombres de avanzar cuando, dónde y cómo ellos decidan. […]

Tercero, el lugar de trabajo, como la mayor parte de la esfera pública continúa siendo masculina, donde se hace referencia a las mujeres y se les habla de maneras sexuales incluso cuando su trabajo no tiene nada que ver con sus vaginas. Es deshumanizante, en el sentido de que reduce a seres humanos, en este caso mujeres, a su valor sexual. Es poco profesional, es decir trivializa su status e identidad como trabajadoras mientras están trabajando.

Profundizando en el intercambio entre Gayle y McLaughlin, y lamentando que Gayle haya perdido la oportunidad de convertirse en un ejemplo para los hombres de la región, Hosein continuó:

Though McLaughlin was reported to have told her boss she was uncomfortable, Gayle felt it was his right to decide that ‘no harm was done’. All this signals sexual harassment unrecognized. […]

Gayle was unapologetically apologetic, missing an opening to score as a regional icon by acknowledging his step out of crease. He lost an opportunity to send a message to Caribbean boys following his stardom that big men have a role in stopping sexual harassment, even as they come to understand it better, sometimes in difficult ways. He dropped the ball when he could have shown an example of ideal manhood as more than hyper-sexuality, as also self-reflection and responsibility.

Aunque se informó que McLaughlin le dijo a su jefe que se sintió incómoda, Gayle sintió que tenía derecho a decidir que ‘no se había causado daño’. Todas las señales de acoso sexual fueron ignoradas. […]

Gayle se disculpó sin demasiado entusiasmo, y perdió la oportunidad de sumar un punto como un ícono regional al reconocer que se equivocó. Perdió la oportunidad de enviarle el mensaje a los muchachos del Caribe que siguen su estrellato de que los hombres grandes tienen un rol en terminar con el acoso sexual, incluso cuando lo comprenden mejor, a veces en modos difíciles. Él arrojó la bola cuando podría haber dado un ejemplo de ideal de masculinidad, no solo de hipersexualidad, sino también de auto-reflexión y responsabilidad.

El bloguero trinitense Brendon O'Brien exhortó a Gayle para que «batee en su línea» (en críquet, batear fuera de la línea — la línea blanca detrás de la que se paran los bateadores — tiene riesgos concomitantes), y sostuvo que la razón por la que el sexismo no se menciona en la región es porque está profundamente arraigado en la cultura caribeña.

Chris Gayle’s interview with Mel McLaughlin reeks of sexism. The reason some folks don’t smell it, though, it because they’re used to the smell, and they’ve been led to think it’s a good scent.

La entrevista de Chris Gayle con Mel McLaughlin apesta a sexismo. La razón por la que algunos no lo huelen, no obstante, es porque están acostumbrados al olor, y han llegado a creer que es un aroma agradable.

O'Brien también hizo referencia al «presunto hábito de Gayle de acosar a las mujeres en cualquier campo«, sugiriendo que eso «revela un problema mayor»:

It’s rooted in men’s socialized understanding of women as sexualized bodies first and competent workers (or even whole human beings) second […] fed by expectations of men as sexual hunters […] justified by the notion that all men do this to women – interrupt their days with attempts to flirt – and that it’s either benign or benevolent.

In this particular context, it’s further justified by the idea that Caribbean culture is more easy-going and flirtatious than others […]

Esto tiene su origen en que los hombres entienden a las mujeres en la sociedad en primer lugar como cuerpos sexuales y en segundo lugar como trabajadoras competentes (o incluso seres humanos completos) […] creencia alimentada por las expectativas de los hombres como cazadores sexuales […] justificada por la noción de que todos los hombres actúan así con las mujeres – interrumpen sus días con intentos de seducción – y que esa conducta es favorable o benéfica.

En este particular contexto, esto está aún más justificado por la idea de que la cultura caribeña es más despreocupada y coqueta que otras […]

‘Todos los que somos del Caribe conocemos el tono que usó Gayle’

Otro bloguero trinitense, Amilcar Sanatan, adoptó un tono irónico para referirse al asunto en su totalidad:

Do not apologise, Chris.

No one really reads about the growing field of sexism in sports journalism. No one really wants to address the sexualising of women in public, persistent undermining of their jobs, objectifying of their bodies and undervaluing of their contributions.

Do not apologise, Chris.

Dem people not from the Caribbean!

We do not talk truthfully among ourselves about the line between complimenting and harassment. Wearing make up, looking pretty and being in the presence of a celebrity is enough to be denied your dignity. Verbal innuendo and unwanted remarks are part of the culture we do not want to get rid of.

No te disculpes Chris.

En realidad nadie lee acerca del crecimiento del sexismo en el periodismo deportivo. Nadie quiere en verdad abordar la sexualización de las mujeres en público, el persistente menoscabo de sus empleos, el tratar a sus cuerpos como objetos y subestimar sus aportes.

No pidas disculpas Chris.

¡Esa gente no es del Caribe!

Nosotros no hablamos sinceramente entre nosotros acerca de la línea entre un elogio y acoso. Usar maquillaje, verse bonita y estar en presencia de una celebridad es suficiente para que te nieguen tu dignidad. Indirectas verbales y comentarios no deseados son parte de una cultura de la que no queremos deshacernos.

Una actualización de estado público en Facebook del artista y músico Muhammad Muwakil también contribuyó a poner la situación en perspectiva. Muwakil sugirió que la raza fue un factor en el escándalo:

Every black man by necessity needs be a diplomat, you can cry about it and say the world is unfair and white men can do what they want why can't I? Man up and realize that we are in a war for ourselves and you need to watch your behavior and not get comfortable. You in the house yea but don't for a second think you so good with them that you can kick up your boots on the couch.

Todo hombre negro por necesidad debe ser un diplomático, puedes gritar y decirle al mundo que es injusto y que los hombres blancos pueden hacer lo que quieren ¿por qué yo no? Madura y date cuenta de que estamos en guerra por nuestra cuenta y necesitas cuidar tu comportamiento y no ponerte cómodo. Estás en la casa sí pero ni por un segundo pienses que eres tan bueno que puedes apoyar las botas en el sillón.

Sin embargo, Muwakil también dijo que la conducta de Gayle fue impropia, y planteó un punto muy interesante acerca de su tono, uno demasiado familiar en el Caribe:

I find we not being real about it, we all know the tone Gayle used, we from the Caribbean, those of us who don't use the tone hate this tone, it is the tone of your bredren [friend] who hits on the waitress in Ruby Tuesday's for the entire course of her service, the tone of the brother next to you on the maxi [a type of taxi] boiling off the ears of a clearly uncomfortable smallie [slim girl] next to him, this tone has been making decent ppl cringe for as long as there has been decency. […]

We all know what the world gives and even when it changes one day, sitting on a bench around the savannah cat calling women will always make me sick, white black or otherwise, man up and know how to behave.

Me parece que no estamos siendo auténticos con esto, todos conocemos el tono que Gayle usó, somos del Caribe, quienes no usamos ese tono lo odiamos, es el tono que usa tu amigo con la mesera del Ruby Tuesday durante toda la comida, el tono del hermano a tu lado en el maxi [un tipo de taxi] cuando se dirige a la claramente incómoda [chica delgada] junto a él, este tono ha avergonzado a la gente decente desde que existe la decencia. […]

Todos sabemos qué pasa en el mundo, e incluso si un día cambia, sentarse en un banco en el parque Savannah para decirle piropos a las mujeres siempre me hará sentir enfermo, hombres blancos, negros o del color que sean, crezcan y aprendan cómo comportarse.

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