El gobierno ruso «adopta» la transparencia

Doors open during Vladimir Putin's inauguration as President in May 2012. Image from kremlin.ru, CC BY 4.0.

Las puertas se abren durante la investidura de Vladimir Putin en mayo de 2012. Imagen de kremlin.ru, CC BY 4.0.

Este artículo de Andrei Jvirblis se publicó originalmente en openDemocracy Russia y se publica de nuevo como parte de la asociación entre RuNet Echo y openDemocracy.

Como muestra la respuesta del Fiscal General ruso a las acusaciones de corrupción en diciembre de 2015, nada enfurece más a los funcionarios públicos rusos como un periodista escudriñando información financiera delicada. En una carta publicada por Kommersant, Yury Chaika calificó el video de la Fundación Anticorrupción (FBK), de Aleksey Navalny, no sólo de «sin fundamento» y «altamente erróneo», si no también de producto de «órdenes superiores». De hecho, Chaika fue más allá y acusó a Bill Browder, el multimillonario convertido en activista por los derechos humanos, de financiar el video de 45 minutos como parte de su conspiración contra Rusia.

La última investigación de la FBK sobre los funcionarios públicos y sus círculos es precisamente el tipo de trabajo objetivo de un nuevo borrador de ley del Servicio Federal de Seguridad (FSB). Esta iniciativa controvertida amenaza el trabajo de activistas anticorrupción limitando el acceso de los ciudadanos rusos al Registro Estatal Unificado del Derecho a la Propiedad y Transacciones, el registro de la propiedad ruso.

Las autoridades están mandando un mensaje: la transparencia y el acceso a la información del estado existe en tanto no suponga una amenaza a la estabilidad política. La idea de limitar el acceso a la información vuelve al candelero en Rusia.

Gobierno abierto a la rusa

La idea con 200 años de antigüedad del «sendero especial» ruso, una guía básica para muchos, también encontró en el 2015 un significado renovado en el desarrollo de un gobierno abierto y el descubrimiento de la «Big Data».

El 2013, Rusia se retractó en su firma de la Declaración de la Asociación de Gobierno Abierto, tan solo un año después de su acceso. Los países firmantes reconocen que el estado debería luchar por la transparencia: facilitando el acceso de los ciudadanos a la información de las actividades de las instituciones del estado, estimulando el compromiso del gobierno e implementando políticas de transparencia y responsabilidad —todo a través de medios de última tecnología.

No hubo rechazo oficial por parte de las autoridades rusas sobre los objetivos de la Asociación, solo hubo debates para revisar la escala y la forma de la participación rusa en la asociación, así como para desarrollar sus propias ideas sobre el tema. Dicho esto, en el momento de firmar la declaración, y particularmente tras su retirada, varios medios y blogs nacionalistas y pro-Kremlin se dedicaron a difundir de forma activa la idea de que la Asociación de Gobiernos Abiertos era un medio de influencia estadounidense y un límite a la soberanía rusa. Expertos locales, como se esperaba, acogían con gusto el cambio de actitud oficial.

Como resultado, Rusia no se unió a la Asociación de Gobiernos Abiertos, pero la organización rusa «Open Government» sigue trabajando. Esta estructura se creó cuando Rusia planeaba unirse a la Asociación, durante la presidencia de Dmitry Medvedev. De hecho, fue durante la «Era Medvedev» cuando la discusión pública sobre la transparencia del estado y el gobierno digital emergió y Rusia llevó a cabo sus primeros experimentos en el campo, tales como debates públicos en línea sobre una propuesta de ley de vigilancia.

Los medios pro-Kremlin difundieron la idea de que la Asociación de Gobierno Abierto era un canal de influencia estadounidense.

El jefe del proyecto Gobierno Abierto, el empresario Mikhail Abyzov, quien según la revista Forbes, tiene negocios por valor de unos $ 700 millones, es ahora ministro del Gobierno Federal. Y el Ministerio de Gobierno Abierto ya no se encuentra en la lista de las instituciones del Estado; sólo hay una Comisión de Coordinación de las Actividades de Gobierno Abierto’.

Tres años después de su creación, Gobierno Abierto sigue funcionando, pero es difícil para los no iniciados saber exactamente lo que es. La página web de Gobierno Abierto afirma que se trata de un «sistema de mecanismos y principios que garantizan una cooperación eficaz entre el Estado y la sociedad, así como la calidad y el equilibrio de las decisiones adoptadas«. Entre los resultados de su trabajo están las normas de apertura de las instituciones del Estado‘, un sistema de clasificación de la transparencia y una hoja de ruta para el desarrollo de los datos abiertos, así como una serie de proyectos destinados a abrir el acceso a la información sobre la asignación de fondos públicos y las actividades de las empresas estatales (de las que Rusia tiene muchas).

A new video by anti-Putin campaigner Alexei Navalny's Anti-Corruption Foundation has been watched more than three million times on YouTube. Source: Youtube

Un nuevo video de la Fundación Anti-corrupción de Alexei Navally, activo opositor de Putin, ha sido visto más de tres millones de veces en Youtube. Fuente: Youtube.

Open Government es el rival de la Cámara Cívica rusa, que fue creada en 2005 con el fin de mejorar la cooperación entre el estado y la sociedad civil. Con 126 miembros, la Cámara Cívica alberga a algunas de las estrellas de la sociedad civil rusa. Hoy, estas dos estructuras compiten por la renovación y el control del sistema de consejo público asociado a los cuerpos de gobierno. (Estos consejos también se crearon con Medvedev, pero la mayoría de ellos resultaron ser una farsa. En la mayoría de casos ni si quiera llevaban a cabo reuniones, mucho menos realizar algún trabajo sustancial).

¿Cómo de bien funciona?

Tanto la Cámara Cívica como la iniciativa Open Government están intentando crear un modelo efectivo de cooperación entre el pueblo y el estado, usando datos abiertos y democracia digital. Desde fuera, ambas organizaciones parecen tener grandes capacidades de mando para el proyecto y recursos suficientes. Pero ¿cómo son de eficientes?

La primera discusión abierta en línea de iniciativas estatales estaba dirigida a una propuesta de ley de vigilancia en el 2010. Se creó una página especial con el texto del borrador y todo lo que debías hacer era registrarte. Este acercamiento y la visibilidad del objeto de discusión, el detonador de la reforma policial fue el tiroteo de tres personas por un veterano oficial de policía en un supermercado de Moscú en 2009, atrajo a muchas personas.

Pero muchas no estaban tan felices con lo que vino después: los debates en los medios se censuraron y los diálogos con expertos no se organizaron adecuadamente. Al gobierno tampoco le gustó el resultado, evidentemente. Las encuestas tras el debate dieron paso a propuestas bastante radicales, que tuvieron que ser escritas en la ley, por ejemplo, una placa obligatoria que los agentes deberán llevar siempre que estén en público.

Este tipo de debates continuó con otras iniciativas legislativas hasta que la iniciativa se fue apagando cuando Putin regresó al Kremlin en 2012. Pero la legislación rusa no permite a las autoridades negarse al debate público y a su realojamiento en Internet. Esto es cuestión de progreso.

El resultado ha sido el desarrollo de una serie de instrumentos legales específicos para resolver las diferentes situaciones. Por ejemplo, el portal del gobierno para las publicaciones y el debate de documentos regulatorios contiene borradores de documentos serios que los diferentes cuerpos reguladores recopilan. Pero el portal no puede alardear de los accesos que recibe: incluso el artículo más popular llega tan solo a las 100 visitas y a un par de comentarios. Las razones son claras: la complejidad de los temas es exacerbada por el sistema de autorización, que requiere que las personas introduzcan su número de la Seguridad Social y que registren una cuenta de Servicio Electrónico Estatal.

Una «propuesta de ley ciudadana» necesita 100.000 firmas para pasar la primera fase.

Existe un sistema de identificación igualmente complejo para acceder al portal de «Iniciativas Públicas de Rusia», que publica los detalles de las iniciativas ciudadanas y borradores de leyes propuestos por los usuarios. La ventaja de esta página es la simplicidad de su contenido (las propuestas son por lo general parecidas a las peticiones de la plataforma Change.org), pero para que una propuesta de ley federal pase esta etapa inicial necesita reunir 100.000 firmas en un periodo de un año, lo cual es un gran reto. Hasta ahora solo una propuesta ha llegado tan lejos: la propuesta del político de la oposición, Aleksey Navalny, por la ratificación de Rusia de 20 artículos anti-corrupción («enriquecimiento ilícito») de las Naciones Unidas. La segunda fase del proceso incluye una «comisión de expertos» de la Asociación Open Government, pero en este caso votó contra la iniciativa.

Una iniciativa capital

Open Government, sin embargo, está haciendo grandes progresos en Moscú. Los moscovitas propusieron la creación de un instrumento democrático propio. El proyecto Ciudadano Activo, una página web y una aplicación móvil donde las personas pueden discutir el desarrollo futuro de la capital. En la práctica, esto significa que los usuarios toman decisiones en cuestiones menores (el color de la decoración floral, por ejemplo) o aprobar decisiones tomadas por las autoridades de la ciudad (como los límites de velocidad en el centro).

Yuri Chaika

Yury Chaika, el Fiscal General de Rusia, calificó el video de la Fundación Anti-corrupción de Aleksey Navalny como «sin fundamento» y «altamente erróneo». Crédito: Ruslan Krivobok.

Ciudadano Activo, sin embargo, sufre de los mismos fallos que las plataformas populares anteriores: su falta de verificación de identidad de los usuarios. Por otro lado, este mismo error permite crear la ilusión de una involucración masiva y proclama que atrae al público en debates sobre la toma de decisiones del gobierno. La página tiene más de un millón de usuarios registrados y las autoridades de la ciudad ya han empezado a usarla para crear un debate público sobre las decisiones de planificación. Esta es una pequeña oportunidad para los moscovitas para influenciar el desarrollo de las infraestructuras de su ciudad, pero es la única disponible y en estos momentos da a los grupos insatisfechos de residentes una oportunidad clara de enfrentarse a las decisiones arbitrarias de las autoridades.

«Ciudadano Activo» es tan solo un elemento del sistema de gestión electrónica de la ciudad introducido por el alcalde de Moscú Sergey Sobyanin y su equipo, que han estado al frente de la ciudad desde 2012. El sistema es una respuesta cada vez más efectiva a la insatisfacción que muchos moscovitas tienen con las autoridades federales de la ciudad. Y es que fue Moscú la que vio las mayores protestas en el invierno de 2011/2012. Muchos moscovitas están informados en asuntos globales y la capital tiene los recursos para poner estos sistemas en funcionamiento.

Las autoridades de la ciudad están copiando muchas iniciativas públicas. El servicio popular para plantear quejas de los servicios comunales y gubernamentales, parte de la experiencia del servicio de mapeo existente, tanto en el descubrimiento de áreas problemáticas de un distrito como en situaciones de emergencia.

Un elemento importante de un estado electrónico es el acceso libre a la información, que en Moscú tiene lugar a través de un portal especial con conjuntos de datos. Sin embargo, a pesar de su inmensa base de datos, la información que proporciona se queda corta en muchas áreas de importa social. Por ejemplo, ni esta ni otra fuente de información aporta información esencial sobre el trabajo de las agencias de las fuerzas del orden o las tasas de criminalidad.

Transparencia con correa

El gobierno ruso ha asimilado con éxito los elementos básicos de la democracia electrónica y la captación pública en el gobierno y su extensión por todo el país, pero la usa tan solo cuando puede asegurar el control sobre los procesos que se inician. La situación es muy parecida con los datos masivos: sigue siendo accesible siempre y cuando no desacredite a la maquinaria del estado, o descubra la corrupción o la incompetencia de los que la dirigen.

Este artículo de Andrei Jvirblis se publicó originalmente en openDemocracy Russia y se publica de nuevo como parte de la asociación entre RuNet Echo y openDemocracy.

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