Entresijos de la contraproducente ofensiva de Etiopía contra los músicos Oromo

Oromo singer Hawi. Photo from her official Facebook page.

La cantante oromo Hawi Tezera. Foto de su página oficial de Facebook.

Mientras que los periodistas y blogueros siguen siendo el principal objetivo de la represión estatal en Etiopía, los músicos que no ‘bailan’ con la propaganda estatal también sufren las consecuencias.

Hawi Tezera, una cantante de etnia oromo, fue supuestamente agredida, arrestada, liberada y nuevamente arrestada en un periodo de solo siete días por las fuerzas de seguridad del estado debido a su canción sobre las protestas que continúan en Oromía, una región administrativa del sur que es la más grande de Etiopía.

Otros dos cantantes de etnia oromo, que han pedido permanecer en el anonimato por miedo a las represalias, le contaron a través del chat de Facebook al autor de este texto que han estado bajo una intensa vigilancia desde que las protestas contra el gobierno comenzaron en la región en noviembre.

Según los cálculos, alrededor de 100 manifestantes han muerto en los disturbios que comenzaron después de que el gobierno hiciera planes para la expansión de la capital Adís Abeba en tierra habitada por el grupo étnico oromo, que constituye casi un tercio de la población de Etiopía.

En las últimas dos décadas, los cantantes de etnia oromo interesados por el activismo político y social han sido objeto de intimidación, secuestros y tortura.

Además, hay más músicos exiliados de origen oromo que de ninguno de los otros grupos étnicos importantes de Etiopía.

Una de las víctimas más reconocibles de esta lenta purga fue el iconoclasta cantante oromo, Ebisa Adugna, que, según creen los activistas civiles, fue asesinado por las fuerzas del estado de Etiopía en 1996.

Dawite Mekonen, ampliamente conocido por modernizar la música tradicional oromo con estilos más contemporáneos en los años 90, se exilió tras negarse a actuar para los soldados en el frente durante la guerra entre Etiopía y Eritrea en 1998.

Elefenesh Keno, posiblemente la vocalista femenina más importante del lenguaje oromo de todos los tiempos, se vio obligada a exiliarse en Noruega casi al mismo tiempo, mientras que el vocalista Hirpa Ganfure también hacía públicas canciones desde el país escandinavo tras haber sido obligado a abandonar Etiopía el mismo año que Dawite.

Estos son solo algunos de los ejemplos más conocidos de la represión etíope contra los músicos oromo.

¿Una nueva ola de censura? 

Músicos de todos los orígenes que van en contra del gobierno encuentran dificultades para conseguir un concierto o un tiempo en antena en las emisoras de radio de Etiopía.

Un ejemplo de esta tendencia es la cancelación en el último minuto de dos conciertos el año pasado de Teddy Afro, un destacado cantante amhárico y compositor. Teddy goza de un gran atractivo popular y es conocido como el músico más exitoso de Etiopía.

Teddy, que fue excarcelado en 2009 con cargos de agresión y huida que siempre negó, afirmó que a su equipo se le había denegado el permiso para dar los conciertos que estaban previstos para finales de setiembre, sin especular sobre el porqué.

Lo más probable aparentemente es que las cancelaciones sean parte de una continua campaña del gobierno contra el músico desde que hizo públicas sus canciones críticas con el régimen en 2005, tres años antes de su encarcelación.

Sin embargo, la censura es claramente más dura en relación a la etnia oromo, el grupo étnico más numeroso de Etiopía, que es visto como una amenaza por un gobierno lleno de políticos procedentes de la minoría Tigray del norte.

Según los informes, al menos 17 cantantes oromo cuyas letras muestran «tendencia nacionalistas» fueron prohibidos en las ondas de radio en diciembre de 2015 por la Autoridad de Emisiones Etíope.

Los cantantes oromo a menudo producen música que expresa un fuerte orgullo sobre su herencia nacional y cultural, ya sea a través de la letra o la incorporación de instrumentos tradicionales y melodías.

La última prohibición ha abarcado canciones que parecen estar lejos de lo abiertamente nacionalista, incluidas las canciones de dos músicos que el autor ha entrevistado para este artículo.

Esto significa que existe una fuerte represión incluso contra formas moderadas de autoexpresión cultural.

Una política contraproducente

Según el profesor Michael Shawn Mollenhauer, quien escribió su tesis doctoral sobre el tema de la censura de la cultura oromo en Etiopía, el actual gobierno utiliza a los músicos oromo para presentar una imagen de diversidad cultural mientras que sistemáticamente encarcela e intimida a cantantes independientes.

La historia de Hawi Tezera es un indicador de que la represión del estado contra cualquier forma de libertad de expresión se está haciendo cada vez más fuerte, con controles sobre la música que alcanzan un nuevo mínimo.

Sin embargo, estas medidas no están surtiendo el efecto deseado.

De hecho, las canciones oromo con trasfondos políticos están en realidad viendo un resurgimiento. El autor del texto calcula más de 300 canciones en YouTube y Facebook solo desde 2014, a medida que Internet ofrece un espacio alternativo para los músicos que desafían la censura estatal.

Si acaso, la censura en la música ha ayudado a fortalecer el nacionalismo oromo.

La aplastante mayoría de oromos ya sentía que su identidad estaba siendo atacada injustamente, y la intensificación del acoso estatal en un contexto de creciente malestar político los está llevando al límite.

Esta historia la encargó Freemuse, el principal defensor de los músicos en todo el mundo, y Global Voices para Artsfreedom.org. El artículo puede ser publicado por medios de comunicación no comerciales, citando al autor Endalk, Freemuse y Global Voices e incluyendo el enlace al texto original. 

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