Conozca Manchay, la zona de Lima adonde sus habitantes no quieren que llegue el transporte municipal

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Imagen de transporte público en Lima. Tomada de la cuenta en Flickr de Jorge Leal bajo licencia Creative Commons.

Artículo publicado originalmente en el blog Globalizado de Juan Arellano.

Los vecinos de Manchay, en el distrito de Pachacámac, al sureste de Lima, bloquearon el 1 de febrero las vías de acceso a su zona en protesta por el ingreso de los buses alimentadores del Sistema Integrado de Transporte urbano conocido como Corredor Azul, el pasado jueves 28 de enero. Según manifiestan los vecinos, la implementación de los buses alimentadores les perjudica pues con las combis y microbuses que daban el servicio y que fueron retiradas, pagaban un pasaje de S/. 0.50 centavos (apx. US.0.15) y ahora con los alimentadores pagan S/. 1.20 (apx. US.0.35).

Los enfrentamientos con las fuerzas del orden no se hicieron esperar y ese día saldó con al menos 40 heridos, que colapsaron la capacidad de la posta médica de la zona, por lo que un grupo de heridos tuvo que ser derivado a centros de salud aledaños.

El día 2 de febrero las protestas continuaron e incluso se incrementaron, pues los vecinos de Manchay volvieron a bloquear las vías de acceso y además un grupo de ellos intentó atacar el local de la Municipalidad, con la consiguiente respuesta policial. Los enfrentamientos entre manifestantes y la policía para liberar la vía bloqueada y evitar daños al local municipal arrojaron nuevamente varios heridos y detenidos.

Sin embargo, a pesar de las violentas protestas y la represión policial, pudo darse el diálogo entre representantes de la Municipalidad de Lima y de los manifestantes, acordándose el retorno de las combis para que den servicio de transporte a los vecinos y la suspensión del servicio municipal de transporte.

La usuaria de Facebook Lia Valderrama comentaba sobre la desconsideración que supone ejecutar una reforma del transporte sin una previa consulta a la población supuestamente «beneficiada»:

cómo le vas a subir más del 100% de pasaje, además le quitas la fuente de economía, su trabajo, a un sector que vive del transporte. Yo entiendo que las reformas no son fáciles, pero no se puede seguir cometiendo la torpeza de (la exalcaldesa) Susana Villarán […] la autoridad no está para imponer reformas no consultadas a la población, la intervención social se da antes de la ejecución para no estar lamentando situaciones y tener que llegar a la desfachatez de enviar helicópteros para atacar desde los cielos a la población que protesta.

Por otra parte, el periodista Pedro Ortíz Bisso opinaba en el diario el Comercio que si bien los pobladores tenían razón en sus reclamos, el que la Municipalidad haya cedido tan fácilmente a estos «puede significar la sentencia de muerte de la reforma del transporte» en Lima. Un tema que, añade, no parece importar mucho a la actual gestión municipal.

MANCHAY

Ubicación de Manchay en el plano de Lima y alrededores.

Ubicación de Manchay en el plano de Lima y alrededores.

¿Cómo es vivir en Manchay para que estos vecinos protesten tan enérgicamente por un alza de pasajes que para otros parece pequeña? Manchay queda en una zona periférica de Lima, enclavado entre cerros y arenales, y que como se puede apreciar en el mapa ni siquiera es señalado como zona de importancia. Muchos de quienes viven ahí, originalmente habitantes de las zonas andinas desplazados por el terrorismo en los años 80, son personas de un modesto nivel económico que contradictoriamente tienen que gastar más en servicios como el transporte o el agua, que los vecinos de zonas más céntricas de Lima. De ahí que la aparentemente pequeña alza en el transporte, por su efecto multiplicador a lo largo de la semana laboral represente una seria merma a su poder adquisitivo.

Pero los problemas de Manchay no se limitan al transporte, al agua o la extrema pobreza, hay delincuencia, los adolescentes ven el volverse pandilleros como una opción de supervivencia. Por otra parte una gran mayoría de vecinos carece de títulos de propiedad de sus viviendas, y por si fuera poco Manchay es la zona geológicamente más vulnerable de Lima de producirse un terremoto de gran magnitud.

El siguiente video, grabado por el usuario Cristian suelto en la B, muestra, según el autor: «lo mejor que tienen ‘manchay’ [sic], porque si nos adentramos más, veremos peores cosas, simplemente el peor lugar para vivir y uno de los lugares más pobres de Lima. Pareciera que hubiera pasado un terremoto, pero no señores, nada de nada, así es manchay [sic]».

En el blog Cuestiones Sociales, analizaban hace unos años la calidad de vida en algunas de estas zonas de Lima, incluyendo Manchay, y mencionaban:

Estamos hablando de un asentamiento humano en las afueras de Lima, donde las personas mantienen una vida es muy precaria. La gran parte de dicha población vive diariamente con 5 soles, no tiene la posibilidad de acceder a un servicio tan básico como lo es el de agua potable, viven en casas de material endeble, alejados muchas veces de algo tan simple que todos vemos a diario como una berma asfaltada. El problema es la indiferencia tan grande por parte del estado, el apoyo es muy escaso, las municipalidades no ejecutan el presupuesto anual asignado, no hay una buena administración pública y las personas cada vez se hacen más pobres.

Toda esta problemática en realidad es común a cualquier asentamiento humano de las periferias de Lima u otras de las ciudades grandes del país. Por otro lado, en el caso de Manchay hay bastante trabajo social que se desarrolla desde diversos actores, principalmente la iglesia católica, pero también diversas asociaciones civiles, ONG, y ciudadanos particulares.

El usuario de YouTube Jordan Ananias registró en video una entrevista a dos niños de Manchay como parte de un taller de creatividad.

La discusión usual en estos casos va entre dos argumentos, uno de ellos manifiesta que nadie le obligó a estas personas a vivir ahí, en sitios no urbanizados y sin las mínimas condiciones de vida digna, y por lo tanto ellos son los únicos responsables de su pobreza y padecimientos. El otro dice que es responsabilidad del estado hacerse cargo de ellos pues invadieron esas zonas buscando la seguridad y oportunidades que en sus pueblos originarios les faltó, es decir, el estado actual debe asumir la ausencia de estado que originó que estas personas fueran desplazadas y que luego permitió que ocuparan y se asentaran en estas zonas en medio de la precariedad y la informalidad.

Como siempre, es más fácil hablar y opinar desde una situación de vida diferente y más comfortable. Sin embargo es posible dejar esta zona de comfort y ayudar. Tal como testimonia este video subido a YouTube por el usuario Efraín M. Díaz-Horna y que es una invitación, hecha por una ciudadana extranjera de visita en Lima, y en Manchay, a una «Chocolatada«, una actividad (por lo general alrededor de la navidad) donde aparte de preparar y servir chocolate (bebible) para todos los invitados, usualmente niños y sus madres, los organizadores suelen entregar regalos a los asistentes.

LAS CONSECUENCIAS

Aunque la calma ya ha regresado a Manchay, al igual que las combis, pueda que sólo sea en forma aparente. Se ha anunciado que los manifestantes detenidos en los enfrentamientos con la policía serán juzgados por los delitos de disturbios y obstrucción de vías de comunicación bajo la nueva ley de flagrancia, que permite juicios rápidos (en cuestión de días) para la comisión de delitos que están probados sin lugar a dudas.

Por otra parte, el ejemplo dado por los vecinos de Manchay ha ocasionado que vecinos de otras zonas de Lima que también se han visto perjudicados en forma similar por la reforma del transporte amenacen con protestar y bloquear vías de no permitirse el retorno de las combis, cuyos propietarios y asociaciones también están, obviamente, detrás de estos reclamos.

La mencionada Reforma del Transporte en Lima fue iniciada por la exalcaldesa Susana Villarán para eliminar la informalidad y la gran cantidad de accidentes en el servicio público privado de transporte originados por la competencia desmedida entre los choferes de las combis y microbuses, pero como se ha visto adolece de serias fallas en su concepción e implementación.

Para terminar les dejo la reflexión de la economista Patricia Teullet en su columna del diario Peru21 sobre estos temas de transporte y calidad de vida:

¿Cuántas horas pasan las personas en transporte público yendo y volviendo del trabajo o del centro de estudios? En muchos casos, son dos horas de ida y dos de vuelta, probablemente de pie, y agravado por el calor de verano. ¿Y cuánto gasta cuando tiene que tomar dos o tres vehículos?

¿A qué hora tiene que despertarse esa mujer que en la madrugada o aun a oscuras está limpiando las calles, jalando un enorme basurero? ¿O el padre de familia con un trabajo eventual que depende de la suerte de estar donde debe en el momento adecuado? Sin ánimo de disculparlos por su comportamiento entre irresponsable y salvaje, ¿cuánta presión sienten los choferes de micro cuando tienen que competir en la captura de pasajeros? ¿Y los taxistas que los esquivan dando vueltas durante horas? Todos somos, en algún momento, víctimas y culpables de los accidentes que diariamente ocurren.

Artículo publicado originalmente en el blog Globalizado de Juan Arellano.

1 comentario

  • CARLOS MINAYA

    Una opción de intervencón y de generar condiciones de desarrollo sostenible en Manchay es juntando esfuerzos de todas las instituciones pro desarrollo en Manchay. Existe muchos jóvenes y parte interesada nacida en Manchay. Una gran convocatoria es lo que hace faalta.

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