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En San Valentín, curso intensivo de pensamiento crítico sobre el amor

Categorías: Latinoamérica, Israel, Activismo digital, Educación, Medios ciudadanos, Mujer y género
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Lo personal es político ha sido el lema de campaña para los movimientos femeninos desde fines de los años 60. Pero ¿puede el amor y la manera en que pensamos acerca del amor también ser parte de este concepto?

Los investigadores han escarbado en los elementos que hacen doloroso el amor, los científicos han establecido que el amor apasionado es una cura para el dolor [2] y las activistas feministas han denunciado la conexión entre el amor romántico y la violencia contra la mujer.

Para muchos científicos sociales y activistas feministas, el amor es un tema interminable que apenas hemos empezado a entender.

En este Día de Valentín, presentamos seis maneras radicalmente diferentes de pensar sobre el amor.

1. ¿Necesitamos al amor?

En el canal educativo de TED [3], las guías de Skye C. Cleary nos muestran cómo los filósofos Platón y Bertrand Russell trataron de entender la necesidad de amor en este video de cinco minutos:

2. Cómo ser adultos en el amor

También en YouTube, The School of Life [4] (La escuela de la vida) dedicó toda una lista de reproducción al amor y al romance, en donde piensan críticamente acerca de las maneras en que sociedad ve, anima y juzga el amor. The School of Life también tiene videos que reflexionan sobre el matrimonio y el divorcio, cómo manejar enamoramientos, rupturas e intimidad. En este video en particular, de dos minutos, exploran las confusiones en torno a la idea y el concepto de amor:

3. Romeo y Julieta mintieron

En el canal latinoamericano de comedia Flama [5], Joanna Haussman dedica una de sus «diatribas» sobre parejas famosas y la manera en que influyen en la idea del amor en la cultura popular, en este video de cinco minutos:

4. El mito de amor = éxito

Del lado de las pensadoras feministas, la autora mexicana Marcela Lagarde aborda el asunto del amor como una fenómeno social. En este video de una hora de duración, la autora sostiene que el amor ha sido decisivo en el concepto de éxito en la vida personal de las mujeres, y subraya la idea de que el amor se construye en la imaginación social a través de ideas que pueden minar el desarrollo personal y profesional:

La construcción del amor [en la cultura] es muy particular. Me refiero sobre todo a las sociedades occidentales, que son las que colocan el amor [conyugal] como el centro de aspiraciones en la vida de las mujeres. Crecer, hacer cosas, estudiar, trabajar, y muchas cosas que hoy tenemos por delante las mujeres, tienen, además, sentido secundario o paralelo a encontrar el amor. El amor idealizado, fantaseado y construido con una enorme cantidad de mitos, de leyendas e ideologías que permean nuestra consciencia y educan nuestros afectos.

5. Aprender en el Laboratorio del Amor

El punto de vista de Lagarde lo comparte la investigadora española Coral Herrera Gómez. Herrera Gómez sostiene que el amor romántico se concentra en una forma específica de socialización y cuestiona las razones por las que las sociedades, sobre todo en Occidente, sean tan propensas a exhortar la vida en parejas heterosexuales de dos.

Su trabajo también destaca los vínculos que el amor romántico puede tener con la violencia contra la mujer [6], y algunos de sus projectos piensan sobre el amor, las relaciones y el sexo. Su investigación la llevó a crear el Laboratorio del Amor y un grupo de Facebook llamado Señoras que… dejan de sufrir por amor [7]. El Laboratorio del Amor también presenta testimonios de mujeres [8] de America Latina y España. En este video de cinco minutos, Herrera Gómez explica que el Laboratorio del Amor se basa en el intercambio de experiencias y en pensar con otros sobre autoestima y la necesidad de entender las emociones:

En una entrevista publicada en su blog [9], Herrar Gomez dice:

Tenemos que desmontar la asociación entre sufrimiento y amor, acabar con la cultura del aguante femenino, poner de moda el buen trato y construir colectivamente una ética del amor que nos permita aprender a querernos bien, más y mejor

6. Por qué el amor duele

Otra investigadora en ciencias sociales de Israel, Eva Illouz, escribió una explicación sociológica de por qué el amor duele [10] que se conecta con las posibilidades que internet puede dar para elegir pareja. En un reciente artículo publicado por Hareetz [11], Illouz cuestiona la celebración del amor y la manera en que el amor, tal como lo entendemos, representa un gran telón de fondo para dolorosos fracasos:

Anyone with eyes in his head can see that the road to romantic love is paved with an unfathomable amount of indignities: disappointing first dates; empty and demeaning one-night stands; broken promises, unenthusiastic commitments; princes turned into angry frogs; shared lives that end in lies and betrayal. Worse than these indignities are the shared lives that never end at all, and keep on staging their own tired exhaustion and powerless rage.

Cualquiera que tenga ojos en la cabeza puede ver que el camino para el amor romántico está lleno de una inconmesurable cantidad de indignidades: primeras citas decepcionantes; aventuras de una noche vacías y degradantes; promeses rotas, compromisos sin entusiasmo; príncipes que se convierten en sapos furiosos; vidas compartidas que al final terminan en mentiras y traición. Peor que estas indignidades son las vidas compartidas que nunca terminan, y siguen representando su propio cansado agotamiento y rabia impotente.

En el mismo artículo, Illouz reflexiona sobre la idea de la amistad, y la manera en que puede ser un accesorio basados en el amor, pero que carece de la mayor parte de los elementos que causan sufrimiento:

While we almost always recognize the feeling of falling in love, it can take us quite a long time to realize we have found a friend in someone. Friendship, then, has no dramatic, foundational beginning, nor does it entail clear social ritual or “rules of engagement” (as courtship does), nor the urgency of love. It goes along with the movements and flow of our life, and lacks the dramatic, theatrical trappings of love. Precisely for this reason, friendship is not a disease of the imagination: We rarely suspect friendship of being a figment of our imagination.

Aunque casi siempre podemos reconocer la sensación de enamorarnos, nos puede tomar cierto tiempo darnos cuenta de que hemos encontrado un amigo. La amistad, entonces, no tiene un comienzo dramático fundamental, ni conlleva un ritual social claro o “reglas de compromiso” (que sí tiene el cortejo), ni la urgencia del amor. Va junto con los movimientos y el flujo de nuestra vida, y carece de los adornos dramáticos, teatrales del amor. Precisamente por esta razón, la amistad no es una enfermedad de la imaginación: rara vez sospechamos que una amistad es un producto de nuestra imaginación.