Pese a la oposición de las autoridades educativas, estudiantes de Carolina del Norte podrían ser deportados a una «muerte segura»

Foto de Stephen Melkisethian en Flickr

Unos 35 000 activistas por la justicia social movilizados por el Moral Monday Movement se manifestaron en el centro de Raleigh en febrero de 2014. Foto de Stephen Melkisethian en Flickr

En la noche del jueves 11 de febrero de 2016, la administración de las Escuelas Públicas de Durham (Carolina del Norte) aprobó por unanimidad una resolución que condena la detención y prosible deportación de sus estudiantes. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), perteneciente al Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos, ha puesto el punto de mira en la Escuela Secundaria Riverside, que cuenta con la mayor proporción de estudiantes latinos en el sistema público de enseñanza de Durham (23%), así como en otros institutos de la zona, y como resultado, ya hay al menos seis jóvenes detenidos fuera del estado.

La Junta Escolar de Durham aprueba una resolución en la que se opone a las redadas de inmigración.

Una de las más recientes víctimas del ICE es el estudiante Wildin David Guillén Acosta, que fue detenido el 28 de enero en la puerta de su casa cuando salía para ir a clase. Las nuevas directrices del DHS, anunciadas durante las vacaciones de Navidad, están diseñadas específicamente para tratar con el alto número de jóvenes centroamericanos que han cruzado la frontera entre México y EE. UU. en los dos últimos años. Durante ese tiempo se ha apreciado un incremento en el número de miembros de la Mara Salvatrucha y la banda Barrio 18, así como de los casos de extorsión y asesinatos perpetrados por dichos grupos. Los jóvenes inmigrantes centroamericanos, que a menudo huyen de niveles extremos de violencia en su país de origen, son objeto de captación de estas bandas. Wildin, que era menor cuando abandonó Honduras en 2014, escapó a sus redes, pero eso no ha impedido que el ICE lo arreste.

Mientras aguardaba el resultado de la deliberación de la junta, la madre de Wildin, Dilsia Acosta, habló en español, asistida en inglés por la actvista Viridiana Martíne de NC Dreamteam, y describió entre sollozos el buen carácter de su hijo y su deseo de ir a la universidad: «Es una buena persona sin malos hábitos que nunca se ha visto en problemas».

Screen Shot 2016-02-12 at 4.51.45 PMLa hermana de Wildin habló alarmada de la persecución que sufría su hermano por parte de ciertas bandas en Honduras, y su decisión de cruzar la frontera hace dos años para unirse a otros miembros de la familia, y explicó que si lo devuelven a su país, se enfrenta a «una muerte segura (…). La banda Barrio 18 lo amenazaba. Le dijeron que o se unía a ellos, o lo matarían».

Wildin se encuentra actualmente detenido en las instalaciones del ICE en Georgia, lejos de su familia y de la gente que lo apoya. El DHS guarda silencio desde la declaración que emitió el 4 de enero, reiterando su firme decisión de deportar a los chicos centroamericanos que llegaron el año pasado.

Existe una petición de Move On para que se libere a los seis jóvenes, denominados NC 6, en la que se dan instrucciones para contactar al DHS en nombre de Wildin y los otros cinco chicos residentes en Carolina del Norte que se ven amenazados de deportación.

NC Refugee Kids <img src=El apoyo a los estudiantes crece día a día. El 12 de febrero se organizó una vigilia en Charlotte por los adolescentes detenidos en las prisiones del ICE a la espera de su deportación, a pesar de no haber cometido delito alguno. Todos ellos tienen ahora 18 o 19 años, y cruzaron la frontera siendo menores. Todos tienen razones para temer un regreso a su país de origen (lo que debería permitirles optar al estatuto de refugiado), y según los propios patrones del DHS, en ninguno de estos casos es prioritario su arresto y deportación.

La escuela secundaria de Durham ha visto reducida la asistencia escolar en un 20% tras la redada antiinmigración.

En nombre de todos los profesores de Durham, Bryan Proffitt publicó un mensaje de vídeo en Facebook en el que dice: «Cada vez que se lleven a nuestros chicos, los profesores responderemos». La próxima vigila, esta vez por el estudiante Edwin Yonatan Álvarez Gálvez, fue en la ciudad de Cary el 13 de febrero.

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