Este artículo de David Leveille para The World se publicó originalmente en PRI.org el 4 de febrero de 2016, y se republica aquí en virtud de un acuerdo para compartir contenidos.
Existen diferentes conceptos sobre la libertad.
Y al menos uno consiste, simplemente, en salir con una motocicleta hacia cualquier dirección, e ir tan rápido o lejos como te lo pida el corazón.
Zenith Irfan se define a sí misma como «una capricorniana de 21 años en un épico viaje en motocicleta por las tierras de Pakistán, sin más compañía que su alma libre». Emprendió el viaje en agosto del año pasado. Entre las pocas cosas que llevó consigo, había una inquietud por que su historia sirviera de motivación para las próximas mujeres aventureras que buscan poner fin a los estereotipos de género de Pakistán.
Zenith cuenta que su padre, quien falleció muy joven, la inspiró a realizar esta travesía.
“Cuando tenía 12 años, miraba con mi madre algunas fotos familiares, y ella me dijo: ‘tu padre quería recorrer el mundo en motocicleta’, y me contaba que ese había sido el sueño que nunca pudo realizar, dado que su vida fue demasiado corta. Y así tuvo la loca idea de que yo persiguiera ese sueño y lo llevase a cabo como un homenaje a mi padre, ya que nuestra cultura impone ciertas limitaciones, padres que no permiten a sus hijos viajar o divertirse debido a las barreras culturales. Es una cultura muy estricta”.
Cruzando esas barreras y alentada por su madre y hermano, Zenith recorrió Pakistán en motocicleta durante agosto y setiembre de 2015.
“Cuando recorría el Paso de Khunjerab, el que une a Pakistán con China, un hombre cercano al puesto de seguridad me dijo que no debería andar en moto y me instó a volver a casa. Y yo sólo le devolví una sonrisa e ignoré el comentario. Fue el único comentario negativo que recibí. En ningún momento me sentí amenazada”.
“El profeta Mahoma decía: ‘No me digas cuán educado eres, dime cuánto has viajado’. Esta cita me llegó directo al corazón. El conocimiento que obtenemos de los libros y los programas preestablecidos pueden abrir la imaginación, pero no abren la puerta de la experiencia. Viajar, trepar árboles y atrapar mariposas despierta nuestras percepciones sensoriales. Tener una breve charla con un nativo de un pequeño pueblo o recolectar algodón de un campo de rocío blanco abren las ventanas del conocimiento y de la experiencia a través de las cuales adquirimos la cultura y conocemos historias, historias que nunca llegan a la literatura”.
“La motocicleta se percibe como uno de los vehículos más peligrosos para viajar. Precisamente por eso quiero que todos viajen en motocicleta en vez de en auto, porque una motocicleta te da una visión de 360 grados sobre el mundo que te rodea. Ves el aire, el sol, atraviesas literalmente todas y cada una de las experiencias de forma física, mental y espiritual. Por eso invito a todos a adoptar a la motocicleta como compañera de viajes”.
Mira aquí el video de algunos viajes de Zenith en Facebook.
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