Echándole más leña al fuego: El escándalo habitacional de Trinidad y Tobago

Port of Spain, Trinidad and Tobago's dense capital city. Photo by Downing Street, used under a CC BY-NC-ND 2.0 license.

Puerto España, la densamente desarrollada capital de Trinidad y Tobago. Fotografía de Downing Street, utilizada bajo licencia CC BY-NC-ND 2.0.

La Corporación de Desarrollo Habitacional (HDC) de Trinidad y Tobago, la agencia del estado encargada de ofrecer opciones asequibles de vivienda a los ciudadanos del país, tiene como misión enfocarse en las necesidades de los grupos con medios y bajos ingresos. Imagine la indignación de la gente a principios de esta semana al filtrarse una lista con nombres de personas que recibieron viviendas del estado durante la administración de Kamla Persad -Bissessar. La lista supuestamente incluía desde consejeros gubernamentales hasta trabajadores en medios de comunicación.

La información llega en tiempos de tensión en la organización, puesto que la HDC se encuentra en medio de una auditoria independiente que intenta develar si millones de dolares de los contribuyentes han sido utilizados para saldar «deudas políticas» durante la gestión de la actualmente suspendida ex-directora ejecutiva Jearlean John. Aunque John había implementado un sistema en el que la ministra de Vivienda y no su departamento se encargaba de la adjudicación de viviendas (la ministra/ el ministro puede legalmente adjudicar hasta el 25 % de las viviendas del estado a su criterio), la investigación aún intenta determinar si John estaba al tanto del supuesto favoritismo al adjudicar viviendas a simpatizantes políticos.

No solo el anterior gobierno está en la mira- las acusaciones también se dirigen a la actual ministra de Vivienda, Marlene McDonald. Wired868, un blog de sátira política, se refiere al asunto como «el furor que rodea el pedido de una vivienda para la pareja de Marlene McDonald». El blog explica que ocho años antes, cuando ella era ministra de cultura, McDonald utilizó su influencia para asegurarle una vivienda del HDC a su pareja, Michael Carew quien, a su vez, arrendó la propiedad.

‘El resultado de políticas deficientes’

Una de las razones por las que la adjudicación de la vivienda que involucra a la pareja de McDonald representa un problema para ella, radica en que la propiedad fue arrendada e incumple la cláusula del contrato que prohíbe el subarriendo. La reputación de McDonald puede también verse comprometida según los principios de la Ley de Integridad de la Vida Pública que supone la imparcialidad al cumplir con sus deberes oficiales, en particular cuando dichas decisiones puedan conllevar «el avance indebido» de intereses personales o económicos.

El blogger anticorrupción Afra Raymond reflexiona lo siguiente:

The ongoing and serious allegations against Housing & Urban Development Minister, Marlene McDonald, and UDECOTT Chairman, Noel Garcia, [which Global Voices covered here] are obvious distractions launched for plainly political reasons. That is not to dismiss the details of those serious allegations, since at this early stage it is impossible to make any real judgment as to guilt or blame. The current furore over these allegations detracts from any serious discussion of real issues about public housing, while at the same time being emblematic as to the depth of the problem.

Subsidised housing is an important part of the ‘welfare state’ provided by our Republic’s wealth and it is therefore necessary to establish the most effective policies and operational arrangements to maximise the benefits to the most needy.

It is now time for us to convene a comprehensive and transparent review of our housing policies and delivery mechanisms.

Las duras y continuas denuncias hacia la ministra de Vivienda y Desarrollo Urbano, Marlene McDonald y al presidente de UDECOTT, Noel Garcia, [que Global Voices cubrió] son claras distracciones lanzadas por motivos meramente políticos. Esto no quiere decir que haya que descartar los detalles de esas graves denuncias, puesto que en este primer momento es imposible emitir un juicio genuino para atribuir culpabilidad. El furor actual hacia estas denuncias le resta importancia a cualquier tipo de debate serio de temas relevantes en cuanto a viviendas estatales, mientras que al mismo tiempo son emblemáticas de la profundidad del tema.

Las viviendas subsidiadas son una parte importante del «bienestar estatal» sustentada por la riqueza de nuestra república y es necesario establecer medidas operacionales y políticas más efectivas que maximicen los beneficios para los más necesitados.

Es hora de acordar una revisión transparente e íntegra de las políticas habitacionales y de los mecanismos de entrega.

Raymond analiza la política de adjudicación de viviendas actual y señala que el resultado desafortunado es que «el grupo de ingresos más bajo ha sido perjudicado considerablemente». No obstante, advierte lo siguiente:

In light of the provisions of the existing housing policy, it seems clear to me that the alleged recommendation made by McDonald was not in breach. This is the result of bad policy and those provisions need to be changed.

Ante las disposiciones de las políticas habitacionales existentes, me parece claro que las supuestas recomendaciones realizadas por McDonald no se conciben como incumplimiento. Esto es el resultado de políticas deficientes y dichas disposiciones deben ser modificadas.

‘Ese es nuestro clima político’

El blogger «Mr. Live Wire» se plantea un montón de interrogantes que son tan relevantes para las acusaciones contra McDonald como para la supuesta lista de beneficiarios de las viviendas de la anterior gestión. Esto lo lleva a concluir que ambos partidos políticos se encuentran en una posición moral – y hasta, se podría decir, legalmente- precaria:

What is the point of the housing lottery for members of the public, if a minister could circumvent it with a phone call?

If ministers could prioritise whoever they wished, doesn’t this mean that party members or friends, relatives and sweet men of ministers and influential party members would hold an unfair advantage over other citizens?

Doesn’t this imply an implicit or potential violation of the HDC credo, which reads: ‘the Trinidad & Tobago Housing Development Corporation does not discriminate on any basis’ inclusive of ‘political affiliation’?

¿Cuál es el sentido del sorteo de viviendas para el público si un ministro puede eludirlo con un llamado telefónico?

Si los ministros pueden darle prioridad a quien quieran, ¿No quiere esto decir que miembros del partido político o amigos, familiares y parejas de ministros y miembros partidarios influyentes pueden tener una ventaja injusta sobre otros ciudadanos?

¿Esto acaso no implica una violación implícita o posible del manifiesto de HDC que dice: «La Corporación de Desarrollo Habitacional de Trinidad y Tobago no discrimina bajo ninguna circunstancia ni siquiera por «afiliación política»?

El blog político The Eternal Pantomime ahonda extensamente en las más recientes denuncias de viviendas destinadas a simpatizantes políticos. La blogger Rhoda Bharath se refiere a un informe del año 2014 en el cual «una mujer de Trinidad Central alega que fue obligada a practicarle sexo a un ministro del gobierno a cambio de recibir una vivienda estatal en dos oportunidades». Al respecto opina:

Poverty, need, neglect and vulnerability are not new conditions, nor are they new political tools. All contemptuous governments use and exploit the needs of citizens to gain political mileage and votes. The circumstances Patricia Singh describes are dire – single mother, old uncle – given the HDCs stated policies, where need is a criteria for receiving housing, surely Patricia Singh qualified based on need. Unfortunately, our electoral system has safe seats. And HDC houses are political currency. If a house is being distributed it is linked to political exchange. The receiver of said house has to be doing a favour for the state. The favour might stem from kick backs to being the visible face of a vote. Patricia Singh, a visibly Indian woman, in the [political party United National Congress] heartland had no political currency. She was always ever going to be exploited, sexually or otherwise because such is our political climate.

La pobreza, la necesidad, la indiferencia y vulnerabilidad no son condiciones nuevas ni tampoco instrumentos políticos novedosos. Todos los gobiernos despectivos utilizan y explotan las necesidades de los ciudadanos para potenciar su carrera política y sus votos. Las circunstancias descritas por Patricia Singh son apremiantes- madre soltera, tío anciano- dadas las políticas de HDC según las cuales la necesidad es uno de los criterios para la adjudicación de viviendas, sin duda Patricia Singh calificaría de acuerdo a lo anterior. Desafortunadamente, nuestro sistema electoral tiene puestos privilegiados y las viviendas HDC funcionan como una divisa política. La adjudicación de viviendas van ligadas a intercambios políticos: el beneficiario de dicha vivienda debe estarle haciendo favores al estado. Los favores pueden ser desde realizar sobornos hasta ser la cara visible de un voto. Patricia Singh- una mujer de evidentes rasgos indios- en el centro [del partido político del Congreso Unido Nacional] no tenía peso político. Siempre se aprovecharían de ella, ya sea sexualmente o de otra manera porque ese es nuestro clima político.

Concluye diciendo:

Just like there are a million ways to skin a cat, there are many ways to give a blow job. The real question here is who exactly screwing whom?

Because while government officials are absolutely wrong for exploiting our housing needs and resources in this way, it is us, we, citizens who are agreeing to become part of the corruption and undermine the very systems that we complain are not working.

Así como hay más de un camino que conduce a Roma, hay diversas maneras de aprovecharse de una situación ¿La pregunta aquí es quién se está aprovechando de quién?

Porque mientras los agentes del gobierno cometen un terrible agravio al explotar nuestras necesidades habitacionales y recursos de esta manera, somos nosotros, los ciudadanos quienes accedemos a ser parte de esta corrupción al socavar los mismos sistemas de los cuales nos quejamos que no funcionan.

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