En Bahréin, el periodismo es un crimen

American journalist Anna Therese Day was arrested in Bahrain for covering protests to mark the fifth anniversary of Arab Spring-like protests which still continue. Photograph shared on social media after Day's arrest

La periodista estadounidense Anna Therese Day fue arrestada en Bahréin por cubrir protestas que marcan el quinto aniversario de las protestas al estilo de la primavera árabe, que aún continúan. Foto compartida en medios sociales luego del Dia del arresto. (Fuente de foto: frontlinefreelance.org).

La premiada periodista estadounidense Anna Therese Day fue arrestada en Bahréin, junto con tres miembros de su equipo, también estadounidense, por cubrir las protestas que marcan el quinto aniversario de las protestas al estilo de la primavera árabe, que aún continúan hoy en día.

Ella fue deportada el 16 de febrero, junto con su equipo, luego de pasar un día detenida. El equipo fue arrestado durante una manifestación en Sitra, y acusado de tomar parte en una protesta ilegal y entrar en el país bajo un pretexto falso.

Bahréin habitualmente niega la entrada al país a periodistas extranjeros (Bahrain Watch's Access Denied tiene un informe más detallado aquí), junto con trabajadores de ONG y activistas de derechos humanos  — básicamente cualquier persona que criticaría al país por sus medidas enérgicas contra las protestas, libertades civiles, libertad de expresión y derechos humanos.

En una serie de tuiteos, el Ministro del Interior bareiní acusó a Day y su equipo de tomar parte en protestas «ilegales»:

Cuatro estadounidenses han sido arrestados luego de que uno de ellos fue encontrado con su rostro cubierto durante su participación con alborotadores en Sitra

El resto fue arrestado en un puesto de control de la policía en la misma área

Aquellos que fueron arrestados, entraron a Bahréin el 11 y 12 de febrero y presentaron información errónea a las autoridades correspondientes diciendo que venían a Bahréin por turismo

Aquellos que fueron arrestados trabajaron en medios de comunicación sin permiso además de cometer actos que quebrantan la ley. Acciones legales han sido tomadas contra ellos y han sido remitidos al fiscal.

Acusar a periodistas de quebrantar la ley por cubrir noticias no es nuevo en Bahréin. Más recientemente, el fotoperiodista Ahmed Al Fardan fue sentenciado a tres meses en prisión por tomar fotografías de las protestas. Fue culpado de tener «intención» de protestar.  Acusar a periodistas de tomar parte en las protestas no pasó desapercibido para activistas y amigos quienes dieron la voz de alarma luego del arresto de Day.

En Twitter, el periodista C. Robert Gibson exhortó a sus seguidores a quejarse:

Bahréin detuvo a mi amiga y colega @ATDLive por el crimen de periodismo. Compartan ampliamente:

Otros, como Sally Kohn, pidieron la liberación de Day bajo la etiqueta #JournalismIsNotACrime:

Triste y molesta al enterarme que mi amiga @ATDLive fue arrestada en Bahréin con su equipo.

Pero el periodismo es un crimen en Bahréin. La periodista bareiní Nazeeha Saeed lo debe saber. No sólo fue torturada por hacer su trabajo, si no que sus torturadores fueron absueltos. Así de simple.

Golpeada, dada de puñetazos, pateada mientras tenía una venda en los ojos. La historia de injusticia de Naseeha, 1 de muchas en Bahréin:

De acuerdo al Comité para la Protección de los Periodistas, Bahréin es «uno de los peores carceleros de periodistas en el mundo árabe»:

Al menos otros 6 periodistas se encuentran actualmente en prisión en Bahréin además de los 4 estadounidenses arrestados hoy

El pequeño país insular de 1.3 millones de personas (de los cuales cerca de la mitad son trabajadores extranjeros) ha sido testigo de represión brutal luego de levantamientos populares que empezaron el 14 de febrero del 2011. Los activistas han sido torturadosasesinados o encarcelados.

Amnistía International, una entidad líder que vigila los derechos humanos, emitió varios informes antes del aniversario del 14 de febrero, y atrajo atención a la peligrosa realidad para los disidentes en Bahréin. James Lynch, subdirector del Programa del Medio Oriente y Norte de África, dijo:

Today in Bahrain, anyone who dares to criticize the authorities – whether a human rights defender or political activist – risks punishment […] Despite pledges from the authorities to prosecute security forces responsible for human rights violations in 2011, the Bahraini people are still waiting for justice. Institutions set up to protect human rights have not only failed to independently investigate or hold perpetrators to account, but now increasingly appear to be used to whitewash continuing abuses.

Hoy en día en Bahréin, nadie se atreve a criticar a las autoridades –  ya sea un defensor de los derechos humanos o activista político –  se arriesga a ser castigado […] A pesar de las promesas de las autoridades de procesar a las fuerzas de seguridad responsables de violaciones de derechos humanos en el 2011, la gente bareiní aún espera justicia. Las instituciones creadas para proteger los derechos humanos no sólo han fracasado en investigar independientemente o llevar ante la justicia a los responsables, si no que ahora parece que cada vez más son usadas para encubrir los continuos abusos.

Cinco años después, las protestas continúan, pero son más pequeñas y más pacíficas. Hoy en día, protestar o mejor dicho “reunirse”, está penado por la ley y los pueblos están bajo vigilancia día y noche.

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