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Los 65 mineros atrapados hace diez años en México no han sido olvidados

Categorías: Latinoamérica, México, Derechos humanos, Desastres, Noticias, Protesta
Pasta de conchos 10-años. Daliri-Oropeza

Familia Pasta de Conchos. Foto de Daliri Oropeza (@Dal_air) para Másde131 [1]. Usada con permiso.

Con una consigna clara: “La vida vale más que el carbón”, la organización Familia Pasta de Conchos extendió su trabajo de exigencia de la búsqueda de sus deudos abandonados por el gobierno federal en 2006 en una mina propiedad de Grupo México [2] a la defensa de los derechos de otros mineros, la protección del medio ambiente, la creación de memoriales y la construcción de alternativas de trabajo para trabajadores mutilados. Su propósito: que no se repita lo que ocurrió con sus familiares.

En la madrugada del 19 de febrero del 2006, hace 10 años, 65 mineros quedaron enterrados en la Mina 8, Unidad Pasta de Conchos propiedad de Grupo México de Germán Larrea. La causa principal de este accidente fue la falta de seguridad, supervisión e higiene. Después del accidente se realizaron labores de rescate únicamente por un par de días, mientras que el presidente en turno, Vicente Fox [3], mandó un mensaje diciendo que “pedía a Dios por los mineros” y el Secretario del Trabajo anunció cinco días después que los mineros habían muerto.

En 1889 fallecieron 300 mineros en la Mina El Hondo. Es el primer registro documentado de un siniestro en estas minas de carbón. Trece años después murieron ahí mismo otras 135 personas. De acuerdo con un documento proporcionado a Másde131 y titulado “Nuestra historia” que habla sobre los 10 años de trabajo de Familia Pasta de Conchos se calcula que hay 402 mineros fallecidos tan sólo en minas que son propiedad de Grupo México. En total, alrededor de 3000 mineros han muerto en la región desde finales del siglo XIX.

Cristina Auerbach, defensora de derechos humanos e integrante de Familia Pasta de Conchos describió que en la región del carbón hay un sentir común entre los mineros y sus familias: como nadie consideraba reprobable la violación de sus derechos, su muerte en las minas se volvió natural, una muerte cotidiana. A los mineros se les oye decir que se sabe dónde van a entrar, pero no saben dónde van a salir. Y es que hay familias en el pueblo donde murió el abuelo en una mina, el hijo huérfano muere cuando se vuelve adulto; así, hasta tres o cuatro generaciones. Añadió además:

Es una historia de muerte con la que es necesario reconciliarse.

El aporte de estos 10 años fue romper ese enclave, romper la lógica de muerte que había. Ese es el aporte que hemos podido dar.

Pasta de Conchos 10-años. Mariana-Saravia

Memorial por los 10 años de la tragedia en Pasta de Conchos. Foto de Mariana Saravia para Másde131 [1]. Usada con permiso.

En familia, recuperar la memoria

En la región carbonífera: aislada, sola; construir una organización donde la gente se sienta familia es un aporte. Familia Pasta de Conchos no es un grupo sindical, sino de papás, mamás, hijos, trabajadores en activo, sobrevivientes, habitantes de los pueblos afectados por la minería. Además, muchas de las personas de la región emigraron de San Luis Potosí y Zacatecas. Su organización tiene gente de todos los partidos e iglesias distintas.

Con la demanda de recuperar los cuerpos de sus seres queridos, Familia Pasta de Conchos marchó primero a la oficina de la Organización Internacional del Trabajo [4] (OIT) en la capital mexicana el 3 de marzo de 2006. Sus esfuerzos no cesaron y casi un año después, llegaron de nuevo en caravana al memorial instalado en la lujosa colonia de Polanco, frente a las oficinas del corporativo de Grupo México, pero con familiares de otras minas: Lulú, Pocitos Ferber, Vertical 4, Mina 5 (La Esmeralda) y Mina 7 (Saltillito) de AHMSA. En la caravana había gente de los pueblos de Palaú, Nueva Rosita, Progreso, Barroterán.

“Algo de lo que hicimos fue tomar el campo de lo simbólico” recuerda Auerbach, y relata que en 2007, en el primer aniversario de la tragedia, levantaron cruces afuera de la mina con los nombres de cada trabajador, del dueño y la fecha de muerte. “Las primeras 65 fueron Pasta de Conchos, pero luego poníamos las siguientes”. Hoy, las autoridades quieren retirar las decenas de cruces que se encuentran en la entrada de la mina.

Cerrar tajos y sembrar chiles

El tema de la minería del carbón es complejo. Abarca tres niveles de gobierno. La concesión la entrega la Secretaría de Economía, pero el alcalde da permiso de uso de suelo.

Familia Pasta de Conchos trabaja con varios pueblos en la región, incluido Cloete [5], donde adentro de tierras ejidales, en las calles, casi debajo de las casas, hay tajos de minería. La gente bromea: En Cloete es el único lugar donde los tajos tienen dirección y código postal.

Los habitantes de Cloete y Familia Pasta de Conchos lograron que, oficialmente, se pararan los ruidosos, polvorientos y contaminantes trabajos en los tajos. Su siguiente paso es plantear que sean tapados.

Auerbach explica:

Lo que nos une es la certeza de que la vida vale más que el carbón y de ahí no nos mueven, está encima de contratos, concesiones, acarreo. Si para sacar el carbón vas a afectar la vida no te dejaremos sacarlo.

Además, en la zona es común ver mineros mutilados y en sillas de ruedas que ya no tienen trabajo y no encuentran qué hacer. Algunos hasta piden limosna. Por ello, varios de estos ex-mineros se organizaron y armaron cooperativas de socios para buscar sustento. Por ejemplo, en el Ejido de Minas de Barroterán, trabajadores sobrevivientes de siniestros en las minas tienen una cooperativa de una hectárea donde siembran chile piquín y japonés. Ya vieron que en la región no sólo se puede sacar carbón, que hay otra forma de trabajar.

Recibiendo denuncias

Los años que siguieron a la tragedia de Pasta de Conchos empeoró la situación para los mineros, especialmente en 2011. En aquel año, murieron en promedio dos mineros por mes.

En el memorial del 2011, Familia Pasta de Conchos presentó el informe “Dime desde allá abajo [6]”. Ahí mostraron el estado de las minas entre 2008 y 2010 con documentos oficiales. Desde entonces, la organización lanza informes anuales en los que prueba que las tragedias en la región carbonífera no son accidentales, espontáneas ni irremediables. En 2012, murieron 33 mineros del carbón dentro de las minas.

Después de la renuncia en 2012 del entonces secretario del Trabajo Javier Lozano [7], quien en reiteradas ocasiones operó a favor de Grupo México, la dependencia otorgó a Familia Pasta de Conchos las actas de inspección de la mina desde el 2000. Ahí se dieron cuenta de cómo los mineros denunciaban las mismas condiciones varios años antes.

Entonces cambiaron la estrategia. Desde agosto de 2013 acompañan a los inspectores de la Secretaría del Trabajo. Hicieron campaña entre los mineros y sus familias para que se atrevieran a denunciar los lugares donde se violaban normas de seguridad e higiene y derechos laborales. Repartieron 30 mil tarjetas con teléfonos y direcciones para denunciar de manera anónima.

En 2012 fallecieron 33 trabajadores, en 2013 murieron dos; en 2014 murieron tres y en 2015 murió uno.

“Vieron que no era que se acabara la minería, sino que no hubiera que sacarlos muertos” explicó Auerbach, quien contó que incluso, ya les llegan denuncias por Facebook y Twitter.

Pasta de Conchos 10 años. Daliri-Oropeza.

Recordando Pasta de Conchos. Foto de Daliri Oropeza para Másde131. [1] Usada con permiso.

Responsabilidades en la tragedia de Pasta de Conchos

Sobre los responsables de la seguridad de los mineros, Cristina Auerbach denunció:

Creo que señalamos claramente desde el inicio al Estado, más allá de si eran los presidentes Fox, Calderón, Peña Nieto, hay una institucionalización de la impunidad.

Para nosotros como Familia Pasta de Conchos, da lo mismo si es del PAN, del PRI, el resultado es igual: No es un asunto ni de personas ni de partidos, sino del Estado, el que está obligado de tutelar, promover los derechos humanos y laborales.

“Entreguen a los de Pasta de Conchos para que la sociedad les crea que van a entregar a los desparecidos”, le dijeron las familias de Pasta de Conchos al ex titular de la Procuraduría General de México, Jesús Murillo Karam [8]. El funcionario les dijo que el rescate de los cuerpos era una decisión presidencial; pero después cambió de parecer.

El 1 de septiembre de 2015, tras varios malabares de distintos jueces que evitaron que los familiares entraran a la mina para rescatar los restos de los trabajadores, la Procuraduría se declaró incompetente para continuar con la indagatoria abierta el 13 de noviembre de 2013. Karam se fue y ahora Arely Gómez, actual procuradora general de México, dice que los delitos ya prescribieron. Pero la Familia Pasta de Conchos se pregunta cómo la Procuraduría después de 10 años dice que los delitos ya no pueden ser perseguidos si fue ésta quien los dejó prescribir.

El peritaje del 2007 pagado por Grupo México al experto D.G. Wooton dice que a la mina no pueden bajar rescatistas por riesgos de contraer VIH y tuberculosis mediante agua contaminada. Este peritaje todavía es la excusa de la empresa para no entregar los cuerpos de los mineros. Además, existe el rumor de que Pasta de Conchos reabrirá en 2016 con otra denominación social: “Mina Reunificación Fresnos”, lo cual es legalmente imposible, pues la Secretaría de Economía suspendió hace dos años la concesión. Familia Pasta de Conchos espera desde el 2010 que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos admita su caso.

Una cuerda de vida

Cuatro toques de caracol prehispánico purificaron el lugar del memorial. Enfrente de los curas jesuitas y de Familia Pasta de Conchos se puso una ofrenda. En el centro se colocó una cruz hecha con piedras de carbón, un elemento que da vida y muerte: da trabajo a la región, trae accidentes y destrucción ambiental. Alrededor de la cruz, estaban los nombres de los 65 mineros, y luego, una cuerda amarilla, que es la cuerda que los mineros usan para comunicarse si tienen problemas. Este 19 de febrero de 2016 se cumplieron 10 años de la tragedia y, las familias de Pasta de Conchos viajaron un día entero para recordar a sus mineros justo enfrente del edificio corporativo de Grupo México.

Cuerda Amarilla. Pasta de Conchos 10 años. Daliri Oropeza.

«La cuerda es la que uno debe seguir si ocurre un accidente en una mina.
Es la que lleva el mensaje, a ella va atada la palabra.
La cuerda rodea el símbolo de Familia Pasta de Conchos.
La cuerda, de alguna manera, es la guía para el rescate.» Foto de Daliri Oropeza (@Dal_air) para Másde131 [1]. Usada con permiso.

Una de las viudas de los trabajadores enterrados, Elvira Martínez afirmó:

Voy a volver aquí las veces que tenga que venir hasta que los logremos rescatar. Seguimos en pie y a Germán Larrea (director ejecutivo de Grupo México) le decimos que no olvidamos y vamos a estar viniendo hasta rescatar lo que es de nosotros.

Al principio, a cada uno de los asistentes recibieron una tela bordada con el nombre de cada uno de los mineros. Después de que las familias prendieran diez velas por sus años de búsqueda, se colocaron los bordados detrás de ellas.

Terminó el memorial, con la idea de continuar la búsqueda y la organización en la región del carbón, ahí está la cuerda, por esa cuerda, viene una bandera amarrada que dice: “la vida se respeta”. Si la cuerda fuera de Fox, de Calderón, de Peña Nieto, diría: “la vida se compra”.

Cuando se llegue al final de la primera cuerda, la paz llegará para estas familias.