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Pegatinas de ‘Sangre de Dragón’ aparecen por toda Sri Lanka, levantando temores de un renovado odio étnico

Categorías: Asia del Sur, Sri Lanka, Derechos humanos, Etnicidad y raza, Medios ciudadanos, Política, Religión
Logo of the Sinha-le movement [1]

Imagen del ‘Sinha-le’.

Una campaña de pegatinas emprendida por un movimiento nacionalista budista en Sri Lanka mantiene a varias personas con el miedo [2] al acoso de minorías étnicas y religiosas en el país.

La imagen, que también ha circulado por las redes sociales, muestra a un león con la palabra «Sinha-le», que significa «sangre de dragón [3]» en cingalés- una referencia [4] al ancestro león que se atribuyen los budistas cingaleses. Algunos musulmanes que viven en Nugegoda [5], en la periferia de la capital Colombo, también descubrieron que en sus murallas y puertas habían pintado con esprays [6] esa palabra.

Los cingaleses [7] son el grupo étnico mayoritario en Sri Lanka, con un 74,88% del total de la población, seguidos por los tamiles [8], un 11,2% y los musulmanes [9], 9,2%. Los pasados años han visto reinar una tendencia alarmante en la que algunos líderes políticos u organizaciones han instigado tensiones religiosas y persecuciones de minorías [10].

Madille Pagngnaloka Thera es el secretario general del grupo cingalés Jathika Balamuluwa, que promueve el ‘Sinha-le’ y resulta ser un antiguo activista junto al ala derecha de la organización nacionalista budista cingalesa Bodu Bala Sena [11] o la Fuerza del Poder Budista (BBS). En una conferencia de prensa [12] comentó que el movimiento estaba basado en el dicho budista «Sabbe Saththa Bhavthu Sukhi Thaththa» (Que todos los seres sean felices). En una entrevista con The Sunday Observer, Thera profundizó en las ideas detrás del movimiento [13]:

Democracy means the will of the majority, but our rulers always attempted to entertain multi-ethnic politicians ignoring the majority Sinhalese. In order to realise their narrow political objectives, they created the Sri Lankan nation rather than rebuilding the Sinhala nation on its true indigenous roots. As a result, we have been deprived of many things. During our epic journey to rediscover our lost heritage, the Sinhale campaign was born.

Democracia significa la voluntad de la mayoría, pero nuestros líderes siempre han intentado recibir políticos de diversas etnias ignorando la mayoría cingalesa. Para alcanzar sus objetivos políticos limitados, crearon la nación de Sri Lanka en vez de reconstruir la nación cingalesa sobre sus verdaderas raíces indígenas. Como resultado, hemos sido privados de muchas cosas. La campaña cingalesa se creó durante nuestro viaje épico para redescubrir nuestra herencia perdida.

El grupo asegura que no alzará un dedo acusador contra la comunidad musulmana o la tamil, pero que simplemente apoyará a la comunidad cingalesa ante la injusticia. El movimiento está apoyado por pesos pesados de la política como el diputado de la oposición Udaya Gammanpila con el UPFA, y el Movimiento Nacional Cingalés.

‘Otra campaña de odio contra los musulmanes’

En realidad, el símbolo Sinha-le significa cosas diferentes para las distintas personas y muchos comentaristas se muestran escépticos de los motivos de los movimientos. Así lo expresó Himal Kotelawala [14] en una publicación para roar.Ik:

To some, it’s a badge of ethno-religious pride in the face of growing anti-national forces; to others, an oppressive reminder of their place in society that could potentially spark the flames of another bloody conflict. Still others dismissively call it a meme, a harmless bumper sticker that doesn’t really mean anything in the grand scheme of things, blown way out of proportion by social media do-gooders. The truth, as is often the case with such things, probably lies somewhere in between.

Para algunos, se trata de una placa de orgullo etno-religioso frente a crecientes fuerzas antinacionales; para otros, un recuerdo opresivo de su lugar en la sociedad que podría, de forma potencial, encender las llamas de otro conflicto sangriento. Aún así, los hay que se limitan a denominarlo meme, una pegatina inofensiva que no significa nada visto en un contexto más amplio; un tema que ha sido exagerado por las redes sociales y los fariseos. La verdad se encuentra, como suele ser el caso con estas cuestiones, en un punto intermedio.

El bloguero Indi Samarajiva [15] explicó en más detalle:

The Sinhale movement isn’t necessarily racist, but in practice it is. Especially online, it’s tied up with the usual racist bullshit (think BBS) – ie, Sinhalese great, Muslims bad, this is a Sinhala country, etc. There are a lot of wonderful things about Sinhala culture, but this parochial racism isn’t one of them. We’re an island people and we evolved by taking the best of other cultures (Buddhism, chili, cricket) and making them our own. We have also co-existed with different types of people for basically ever.

El movimiento cingalés no es necesariamente racista, pero en la práctica lo es. Sobre todo en línea, se le relaciona con las típicas tonterías racistas (piensen en el BBS) – es decir, cingaleses bien, musulmanes mal, este es un país cingalés, etc. Hay numerosas cosas maravillosas sobre la cultura cingalesa, pero este racismo provinciano no es una de ellas. Somos gente isleña y evolucionamos quedándonos con lo mejor de las culturas (Budismo, chili, criquet) y haciendo de ellas las nuestras propias. También hemos coexistido desde siempre con diferentes tipos de personas.

Hilly Ahmed [16] dijo sin rodeos en Groundviews, página de periodismo ciudadano:

Today, politically motivated groups alleged to be close to the former regime have unleashed a new wave of hate and racism under the “Sinha Le” label. They are determined to create divisions amongst the different communities once more and the provocations of the “Sinha Le” group are clear evidence of the renewed hate campaign on the Muslims.

En el día de hoy, grupos políticamente motivados supuestamente cercanos al antiguo régimen, han desatado una nueva ola de odio y racismo bajo la etiqueta “Sinha Le”. Están determinados a crear divisiones entre las diferentes comunidades una vez más y las provocaciones del grupo “Sinha Le” son una clara evidencia de una nueva campaña de odio contra los musulmanes.

‘La prueba de fuego será cómo reaccionamos al extremismo’

Los usuarios de Twitter de Sri Lanka han tenido diversas reacciones:

Yo mismo podría pegar una pegatina de Sinha-le si tuviera un vehículo, simplemente porque estoy orgulloso de ser cingalés.

El transporte estatal también lleva la pegatina racista de Sinha-le. ¿Es diferente lo qué dice el Gobierno de lo que permite?

Cada vez veo más pegatinas Sinha Le

No se trata de Budismo, sino de Racismo.

Malinda Seneviratne [33] debatió en su blog que la palabra Sinha-le lleva a confusión:

The problem is not the sticker or the wording, but its associations with organizations that are racist and intolerant of other groups. There is also the problem of the word in its ahistorical break (i.e. Sinha-Le instead of Sinhale, ‘le’ meaning ‘blood’ and its depiction in red which is obviously associated with violence). There is legitimate anxiety which spills into fear and even fuels extremism (latent or otherwise) among other groups when the word, either in its integrity or break, is painted on the walls of buildings owned by or associated with those in other communities.

El problema no es la pegatina o la expresión, sino sus asociaciones con organizaciones racistas e intolerantes con otros grupos. También se da el problema cuando se divide la palabra (Sinha-Le en vez de Sinhale, ‘le’ significa ‘sangre’ y su representación en rojo que es asociado, con razón, a la violencia). Se produce una ansiedad comprensible que desencadena en miedo e incluso promueve el extremismo (ya sea o no sea latente) entre otros grupos cuando la palabra, en su integridad o partida, es pintada en las paredes de los edificios en otras comunidades.

No obstante, hay esperanza de que los extremismos constituyan por el momento una minoría. Una bloguera y ex alumna de TED Sanjana Hattutowa [34] escribió:

As Sri Lanka embarks upon constitutional reform and other major projects this year, involving the whole of government and reshaping how we see our country, I expect ‘Sinha-le’ to be the first salvo in what will be many more movements, on similar lines, that attempt to deny, destroy and decry the essential diversity in our country. The litmus test will be around how we respond to extremism, and what measures can be proactively taken to combat the growth of these movements amongst young adults – the future leaders of Sri Lanka.

Mientras Sri Lanka se embarca este año en una reforma constitucional y otros proyectos mayores, que involucran la totalidad del gobierno y cambiar la forma de como vemos nuestro país, espero que ‘Sinha-le’ sea la primera salva de muchos más movimientos, en la misma línea, que intenten negar, destruir y condenar la diversidad esencial de nuestro país. La prueba de fuego será cómo respondemos al extremismo, y qué medidas podemos tomar de forma proactiva para combatir el crecimiento de estos movimientos entre adultos jóvenes- los futuros líderes de Sri Lanka.