Entre las celebraciones del 8 de marzo las redes latinoamericanas se preguntan: ¿Qué más quieren las mujeres?

"Mujeres feministas se manifiestan en Santiago de Chile, pidiendo democracia durante el gobierno militar de Augusto Pinochet." (de Kena Lorenzini) CC BY-SA 3.0

«Mujeres feministas se manifiestan en Santiago de Chile, pidiendo democracia durante el gobierno militar de Augusto Pinochet.» (de Kena Lorenzini) CC BY-SA 3.0

La celebración del Día de la Mujer trae siempre a colación preguntas, disputas, celebraciones y aclaratorias. Es el día en el que los movimientos feministas (y sus contrarios) sacuden el tráfico en las redes para hacer visible su punto de vista. El debate se sigue en muchas partes del mundo, con argumentos de gran fuerza sobre las opresiones, visibles e invisibles, que dominan la vida de las mujeres en el globo.

En este debate, América Latina reúne tipos de luchas y de opresiones muy distintas dentro de los mismos espacios regionales: la lucha de las mujeres indígenas, la violencia contra las mujeres en zonas urbanas y rurales, la opresión social detrás de la concepción del amor y la familia, e incluso la penalización del aborto. Este año, la celebración del 8 de marzo viene enmarcada por campañas para liberación de líderes indígenas, de sentencias legales históricas y de asesinatos de mujeres que sacudieron la región, como el del femicidio de dos viajeras argentinas en Ecuador y el asesinato de la activista indígena hondureña, Berta Cáceres.

Gaby Arguedas, desde Costa Rica hace referencia a estos hechos y comparte reflexiones relacionadas con el estado preocupante de la situación social de las mujeres:

El mensaje inscrito en el cuerpo de una mujer asesinada o agredida puede resumirse así: Los hombres tenemos poder sobre las mujeres porque son nuestra propiedad. Hacemos con ellas lo que queremos. Si están en la vía pública, son objeto público. Las podemos tocar, perseguir y golpear, si nos da la gana. ¿Y qué? ¿Quién nos lo va a impedir? Las mujeres no son sujetos, son objetos […] Si no que lo digan mujeres como Milagro Sala, dirigente comunitaria de Jujuy, Argentina, detenida arbitrariamente desde hace dos meses; o Maricela Tombe , líder campesina y ambientalista, de la comunidad del Tambo en Cauca, Colombia, quien fue asesinada hace pocos días. La lista sigue y es larga.

A pesar de lo expansivo de estas noticias y de las conversaciones que vinieron tras ellas, las activistas en línea aún son cuestionadas sobre la necesidad de un día internacional para las mujeres. En su blog, Coral Herrera, investigadora española, también residente de Costa Rica, analiza la pregunta «¿qué más quieren las mujeres?», una interrogante que para ella es la «favorita de la gente que no sabe sobre desigualdad»; he aquí su respuesta:

Queremos que nos dejen de violar y de matar a diario en todo el mundo. Queremos que nos dejen de mutilar los genitales, queremos que no nos encierren en las casas, queremos que dejen de esclavizarnos para la trata sexual, queremos que dejen de desaparecernos, queremos que dejen de someter a las niñas a matrimonios forzados, queremos viajar solas sin que nos maten, queremos caminar libres por las calles sin miedo, queremos parir en los hospitales sin riesgo a morir o a sufrir malos tratos, queremos que nos dejen ser madres cuando elijamos, queremos que las niñas y las jóvenes puedan estudiar, queremos parar el acoso sexual en las universidades y en el trabajo, queremos empleo y salarios dignos, queremos que se nos deje de usar como botín de guerra en los conflictos armados, queremos que se garanticen nuestros derechos humanos en todo el planeta.

Contrastes, debates e intersección: Campañas de ayer y de hoy

Las redes de la América hispanoparlante comenzaron desde principios del mes de marzo a abrir los debates de distintos modos. Un lugar donde seguir la conversación ha sido #8demarzo o  tanto en Twitter como en Facebook. En estas conversaciones se recuerda el propósito del Día Internacional de la Mujer, las luchas por venir, los triunfos alcanzados, las discriminaciones raciales y los problemas que hacen parte de la vida cotidiana de las mujeres en la región.

El año pasado, desde el sitio Cinismo Ilustrado, Luis Sallés recordó el punto central de la celebración del 8 de marzo con una viñeta que fue compartida ampliamente en las redes de habla hispana. El mensaje de Sallés vino como respuesta a textos y memes que se suelen compartir, impregnados de flores y de felicitaciones, y que parecen estar más cerca del día de San Valentín que del de las mujeres:

Viñeta de Luis Sallés sobre el 8 de marzo. Publicado en 2015 y compartido masivamente en la red.

Viñeta de Luis Sallés sobre el 8 de marzo. Publicado en 2015 y compartido masivamente en la red.

¿Qué no se celebra el 8 de marzo? Al más grande regalo de Dios […] a las dueñas de nuestros corazones o a la flor que enfrenta retos con valor y fuerza. Hoy se celebra la lucha por la igualdad, la justicia y los derechos de la mujer. Sigamos luchando por eso.

También, con motivo de hacer visibles las luchas de los feminismos negros, el sitio comunitario Afroféminas, desde España, invita a seguir su campaña para abrir espacios particulares a luchadoras por los derechos de las mujeres afrodescendientes. En la reflexión publicada en Facebook, el grupo sostiene que los 8 de marzo «se habla de mujer y no se tiene en cuenta a la mujer negra».  Durante el mes de marzo, el sitio se dedicará a seguir el trabajo de pioneras del feminismo negro y de cómo las opresiones de estas mujeres responden a criterios especiales. En uno de los artículos dedicados al afrofeminismo, Antoinette Torres Soler explica:

Se abolió la esclavitud. Sin embargo cuando llegó el momento de aquellas marchas que pedían justicia para la mujer, aquellas feministas blancas, las mismas que hablaban en nombre de la MUJER y que pedían avances para ellas, estas mismas exigieron su segregación. Las negras podían marchar, pero separadas de ellas. Y esto es clave para entender el porqué del feminismo negro. La preocupación de la mujer afro estaba centrada no tanto en sus relaciones patriarcales como en su reconocimiento como MUJER.

Por su parte, Urufarma, un laboratorio de anticonceptivos en Uruguay, lanzó la campaña «La primera vez» en la que se les pregunta a distintos padres de familia cómo creen que será la primera experiencia sexual de sus hijos, y luego, la de sus hijas. La diferencia en las respuestas es dramática, al igual que las reacciones al video, que supera ya las 57 mil visitas:

En Twitter, también, se tomó la oportunidad para exigir respuestas frente al número creciente de asesinatos de mujeres en el Estado de México:

Las reflexiones sobre el significado existente detrás de la celebración de un día para las mujeres continúan difundiéndose en línea. Un ejemplo de ello puede verse en el post de la venezolana Aglaia Berlutti, que hace un conteo detallado y comentado de las opresiones cotidianas, de las convenciones culturales, del poder de la palabra y finalmente, de la necesidad de continuar una lucha que apenas comienza:

Camino por la calle, en este país de mujeres: de madres, de hijas, de esposas. De mujeres sin adjetivo como yo. Y pienso en esas batallas diarias. En esa noción de continuar aunque la lucha parezca estéril, simple y desigual. Pero supongo que toda idea comienza así [y me lo] digo mientras una niña pequeña me sonríe desde el hombro de su madre unos pasos más allá de la calle donde camino.

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