Los santos populares del Perú: Una devoción más allá de lo oficial

Imagen de Sarita Colonia, ampliamente difundida en línea.

Imagen de Sarita Colonia, ampliamente difundida en línea.

Se llama santos populares a personas que, luego de morir, gozan de veneración popular y a quienes hasta se atribuyen milagros, pero cuyo culto no está reconocido por la Iglesia Católica.

El Perú tiene una buena cuota de santos populares a los que el público acude con mucha fe. La más conocida probablemente sea Sarita Colonia, y aunque no hay una partida oficial de su nacimiento, se dice que nació en Belén, en Áncash. Se sabe, sin embargo, que murió en El Callao a los 26 años.

El sitio web NAPA traza parte de su biografía con motivo de los 75 años de su fallecimiento:

Sarita Colonia nació en 1914, se mudó a Lima cuando era una adolescente y trabajó como vendedora de pescado en el Mercado Central [y] también fue empleada doméstica. Según los historiadores, a Sarita le dio paludismo, enfermedad que terminó con su vida en 1940.
Al fallecer no tuvo un funeral y su cuerpo terminó en una fosa común. Sin embargo, sus fervientes fieles la siguen venerando hasta el día de hoy. Aunque muchos peruanos la consideran una “santa” por los milagros que se le han concedido, la Iglesia católica no la ha reconocido como tal.

A pesar de lo que consta en el certificado de defunción, su familia aseguró que «la causa de su muerte fue sobredosis de aceite de ricino». En su ciudad natal se cuenta que:

[…] realizo milagros estando viva. Cuentan en su ciudad natal que apenas siendo una niña, vaticinó la muerte de un comisario diciéndole: “Usted ya no está detrás de usted. No hay nadie detrás de sus ojos. Resulta que ya no lo veo, señor comisario”.
A los siete meses en el mismo lugar que Sarita Colonia le comento lo mencionado, [el comisario] murió.

La única foto que se tiene de Sarita es la que encabeza este artículo, y se ha popularizado en estampitas, camisetas, afiches que se pueden encontrar por todas partes. Los primeros que iniciaron su culto fueron los delincuentes más avezados del puerto del Callao, por lo que «se hizo acreedora del título de santa de los marginados y desposeídos«. Sus devotos incluso recurren a Twitter para agradecerle los favores recibidos:

La tradición de los seguidores de Sarita Colonia evoluciona con el tiempo. El grupo Los Mojarras le ha dedicado una canción (ver la letra aquí):

Chacalón, el ángel de los pobres

Otro personaje popular que tiene devotos en el Perú es el cantante de cumbia Lorenzo Palacios Quispe, más conocido como Chacalón. De Palacios Quispe se dice es el «ángel de los pobres«, y es visto también como la versión masculina de Sarita Colonia:

Chacalón ya no canta pero su voz además de seguir perpetuando un estilo para los provincianos de la Lima, informal y achichada, hoy habita en los fastos de los prodigios y hasta le quieren construir un parque. Hace milagro también, dicen, si le rezas con fervor. «Chacalón» fue el artista que vivió en el magma de la pobreza más cruel y hoy sigue siendo un paradigma de los desterrados, que a más de una década de su muerte hoy lo consideran un santo y ocupa la versión masculina de otro personaje venerado por los humildes, los ladrones y las prostitutas, Sarita Colonia.

La palabra «achichada» viene de «chicha«, que en este caso se refiere a un género de música tropical andina, y que por extensión se usa para designar al estilo de informal que acompaña a muchos habitantes de las ciudades peruanas, sobre todo, migrantes de zonas andinas.

En Twitter hasta hay lugar para la nostalgia a la figura de Chacalón:

Los Shapis es una agrupación musical tropical peruana que se inició a comienzos de los años 80 y sigue vigente hasta la fecha.

Según el antropólogo peruano Luis Fernando Calderón Carvajal, la penetración que la Iglesia católica mantiene en la sociedad peruana es muy profunda:

Es tan importante en el Perú la presencia de la religión católica […] que la existencia de los santos como iconos es muy relevante; los hay para todos los gustos y condición […]. No solamente son patrones o patronas de instituciones los santos oficiales (canonizados), los hay también los que la voluntad popular ha santificado, es el caso de Sarita Colonia, la “santa” de los delincuentes y prostitutas; el mismo camino esta siguiendo el malogrado cantante de música popular “Chacalón”.

Este tuit recoge una frase popular:

La frase «y no va she» es una deformación de la muy usada «y no va a ser», que se usa para referirse a que algo es como es sin admitir discusión.

Otros santos populares peruanos son Fray Ceferino, el Soldado Desconocido y Sor María.

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