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La historia de persecución de un periodista gambiano

Categorías: África Subsahariana, Gambia, Censura, Derechos humanos, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, The Bridge
Gambian journalist Alaghie Jobe fled to neighbouring Senegal after being persecuted by his country's government. The Gambia has one of the

El periodista gambiano Alaghie Jobe huyó al vecino Senegal luego de ser perseguido por el gobierno de su país. Gambia tiene uno de los peores récords de derechos humanos en África Sub-Sahariana.

Entre los años 2013 y 2014, el periodista gambiano Alhagie Jobe pasó 18 meses detenido, lo que incluye un mes en confinamiento solitario en la Agencia Nacional de Inteligencia de Gambia (NIA). Durante su tiempo en aislamiento, fue sujeto a un interrogatorio brutal. Se le vendó los ojos, fue golpeado, quemado con cigarrillos y asfixiado. La NIA, tristemente célebre por métodos de interrogación ilegales, entregó a Jobe al fiscal, quien le endilgó varios cargos, que incluyen sedición e incitación. En su primera aparición en la Corte Kanifing Magistrates en marzo del 2013, Alhagie estaba visiblemente pálido y débil.

El arresto de Alhagie fue relacionado a un artículo que él presuntamente falsificó que se refiere a un soldado que supuestamente se negó a participar en la ejecución [1] de nueve reclusos en Gambia en agosto del 2012. El artículo nunca fue publicado, pero la pieza condenatoria fue de alguna manera obtenida por la NIA, lo que llevó al arresto de Alaghie.

Alaghie recuerda qué duro trabajó en el artículo. “Teníamos fuentes confiables, hechos e incluso entrevistamos al soldado en sí directamente desde Estados Unidos, donde él buscaba asilo, luego de desafiar a la autoridad para tomar parte en lo que el llamó una ejecución ‘impía y cruel,” dijo. En el momento de su detención, Alaghie era editor jefe adjunto del periódico a favor del gobierno, Daily Observer.

En mayo del 2013, apenas tres meses después del comienzo del juicio, el caso de Alaghie fue transferido al Tribunal Penal Especial bajo el Tribunal Supremo de Gambia, donde fue llevado a juicio por el fiscal público. Para esa fecha, los cargos habían sido elevados a intención de sedición, publicaciones sediciosas, posesión de publicaciones sediciosas, información falsa, prepararse para actuar con intención sediciosa y acciones temerarias y negligentes.

“Gambia y Senegal son vecinos,” él dijo. “Hemos visto a personas enviadas de vuelta de Senegal a Gambia para enfrentar persecución. Vivir en Senegal es totalmente inseguro cuando Gambia está a un paso y sé que el gobierno está haciendo todo lo que puede para asegurarse de que sea enviado de vuelta a casa.”

El 3 de setiembre del 2014, luego de una batalla judicial agotadora, Alaghie fue absuelto y liberado por el tribunal, y se le retiró todos los cargos. Para su alivio y dicha de su familia, regresó a casa, luego de pasar exactamente un año y seis meses en prisión. Pero su libertad fue efímera. Alaghie difícilmente había tomado sus primeros respiros de libertad cuando el fiscal público interpuso una apelación contra su absolución.

“Tan sólo un mes después de mi liberación, que fue un duro golpe para el gobierno, el fiscal general y el Ministerio de Justicia, a través de la oficina del director de la fiscalía pública, interpusieron una apelación en el Tribunal de Apelaciones de Gambia, e insistieron en que yo no debí haber sido liberado, que yo DEBÍ ir a la cárcel,” dijo Alaghie.

Luego de buscar asesoramiento jurídico, él huyó al país vecino de Senegal, donde vive actualmente, junto con su esposa. “Dejé Gambia por Senegal por seguridad, porque si me quedara en Gambia, habría continuado siendo perseguido”, indicó Alaghie. Como ya había soportado 18 meses en prisión, creyó que el estado simplemente quiere perseguirlo.

The Gambia is almost entirely surrounded by Senegal.

Gambia está casi totalmente rodeada por Senegal. Dominio público.

La persecución de periodistas y activistas de derechos en Gambia es generalizada [2]. El gobierno del Presidente Yahya Jammeh ha mostrado [3] poco o ningún respeto por los derechos humanos básicos en este diminuto país del África Occidental. Desde que Jammeh ascendió al poder en un golpe de estado incruento en 1994, los arrestos y detenciones arbitrarias han aumentado, y las fuerzas de seguridad continúan hostigando y maltratando a los detenidos, prisioneros, miembros de la oposición, periodistas y civiles comunes con impunidad. El país es calificado como entre los peores del continente en términos de violaciones de derechos humanos, segundo sólo ante Etiopía y a las zonas devastadas por guerras y conflictos. Las desapariciones y asesinatos misteriosos se han vuelto cada vez más comunes.

Human Rights Watch, entre otros grupos de derechos, ha documentado [4] numerosos ejemplos de maltrato a periodistas, miembros de la oposición y activistas de derechos humanos. Los servicios de seguridad y grupos de guerrillas usan métodos extraoficiales tales como intimidación, violencia, incendios provocados, desapariciones forzosas, desapariciones sin rastro y asesinato de personas que se expresan en contra del poder.

«Desde que Jammeh tomó el poder en un golpe de estado incruento en 1994, los arrestos y detenciones arbitrarias se han incrementado, y las fuerzas de seguridad continúan hostigando y maltratando a los detenidos, prisioneros, miembros de la oposición, periodistas, y civiles comunes con impunidad.»

Los grupos de derechos humanos e informes de medios de comunicación locales también han documentado la desaparición de más de cien individuos, incluyendo a empleados del gobierno anterior. En el 2005, una famosa periodista fue asesinada a tiros [5]; su asesinato continúa sin resolver. Un año después, el periodista Chief Ebrima Manneh, un colega cercano de Alaghie, desapareció [6]sin rastro luego de ser recogido por personal del célebre NIA. En diciembre del 2015, la Unión Europea canceló más de 10 millones de euros en ayuda a Gambia, y citó como causa las violaciones de derechos humanos.

Alhagie trabajó para el periódico Daily Observer del 2001 hasta su arresto en febrero del 2013. Llevó a cabo varias asignaciones especiales y representó al periódico local e internacionalmente.

Aún en Senegal, Alaghie Jobe vive en constante estado de temor. Las relaciones entre Gambia y Senegal no son cálidas. El Presidente Yahya Jammeh acusa a Senegal de albergar a enemigos y activistas que huyen de la persecución del gobierno. Usualmente Senegal niega estos alegatos, pero en el 2015, expulsó [7] al activista [8] francés-gambiano que abiertamente exigió el derrocamiento de Jammeh. Los activistas también dicen que los operativos del gobierno gambiano a veces persigue a quienes escapan a Senegal. Desde el 2012, los operativos del gobierno han estado implicados en la muerte de dos prominentes activistas de oposición en Senegal.

Alaghie solicita apoyo para reubicarse fuera de Senegal. “Gambia y Senegal son vecinos,” dice. “Hemos visto a gente que ha sido enviada de Senegal a Gambia y que enfrentan persecución. Es totalmente inseguro vivir en Senegal cuando Gambia está a un paso y sé que el gobierno está haciendo todo lo posible para asegurarse de que yo sea enviado de vuelta a casa.”

Jobe también ha solicitado apoyo a la ONU y otras entidades de derechos humanos, organizaciones de medios de comunicación, periodistas e individuos preocupados con promover la libertad de prensa, libertad de expresión y los derechos de los medios de comunicación, para que acudan en su ayuda.

“He pasado por diferentes formas de tortura,” él dijo. “Un trato y castigo cruel, inhumano y degradante, abuso físico y sicológico y heridas durante mi detención, y no puedo pasar por ello nuevamente”.