Pese a las protestas populares en numerosas ciudades europeas, las autoridades de la Unión Europea (UE) firmaron el viernes 18 de marzo un acuerdo con Turquía para hacer frente al creciente número de refugiados que intentan pedir asilo político en la Unión, muchos de ellos retenidos en suelo griego en condiciones extremadamente precarias.
Según este acuerdo, a partir del domingo 20 de marzo, la UE devolverá a Turquía a los solicitantes de asilo de todas las nacionalidades excepto la siria, y aceptará a un refugiado sirio por cada uno que devuelva, lo que se ha denominado mecanismo 1:1. A cambio, Turquía recibirá una ayuda de 6 800 millones de euros, sus ciudadanos podrán circular por el espacio Schengen sin visado y se acelera el proceso de adhesión del país a la Unión Europea en un momento en que el gobierno de Erdogan está siendo más criticado que nunca por sus ataques a la libertad de prensa y su dudosa observancia de los derechos humanos.
Las autoridades comunitarias han suavizado ligeramente el preacuerdo del 8 de marzo, ya que «el texto asegura un «trato individual» de cada demanda de asilo presentada en territorio heleno y [hace] una referencia «expresa» a que no habrá ni «expulsiones colectivas», ni devoluciones en caliente.», según afirma Europa Press.
Angela Merkel, presidenta del gobierno de Alemania, ha declarado que este acuerdo «muestra que la UE sigue siendo capaz de tomar decisiones difíciles y tratar crisis complejas». Por contra, Amnistía Internacional lo ha calificado de «golpe histórico a los derechos humanos», afirmando que las «garantías de respetar escrupulosamente la legislación internacional son incompatibles con el retorno a Turquía de todos los emigrantes irregulares».
Turquía no está considerado «tercer país seguro» por la mayoría de los miembros de la UE, lo que haría el acuerdo incompatible con las propias leyes europeas. Según eldiario.es, «las instituciones llevan días buscando dar una pátina de legalidad sin atender a la moralidad del pacto». Numerosas organizaciones humanitarias han criticado duramente este acuerdo, ya que como han declarado los responsables de Oxfam Intermon,
(…) la UE tiene capacidad suficiente para acoger a las miles de personas que solicitan asilo, además del deber moral, como garante de los Derechos Humanos. Sin embargo, le devuelve la responsabilidad a países como Turquía que ya acoge a más de 2,5 millones de refugiados.
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