El film ganador del Óscar inspira a Pakistán a confrontar el crimen de honor

Sharmeen Obaid Chinoy talks during the Crystal Award Ceremony Exploring Arts in Society' at the Annual Meeting 2013 of the World Economic Forum in Davos, Switzerland, January 22, 2013. Photo by Sebastian Derungs. CC BY-SA 2.0

Sharmeen Obaid Chinoy habla durante la Ceremonia Crystal Award Exploring Arts in Society en la Reunión Anual del 2013 del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el 22 de enero del 2013. Foto por Sebastian Derungs. CC BY-SA 2.0.

A fines de febrero, la renombrada cineasta Sharmeen Obaid Chinoy acaparó los titulares en Pakistán al ganar un Óscar más y convertirse en la primera paquistaní en tener dos de esos codiciados premios. Chinoy, quien primero ganó un Premio de la Academia en el 2012 por su documental «Saving Face«, añadió otro más a su colección por su documental  «Una Chica en el Río: El Precio del Perdón».

Mientras que “Saving Face” se centró en la difícil situación de los sobrevivientes a ataques con ácido en Pakistán, “Una Chica en el Río” cuenta la historia de una inusual sobreviviente a un intento de crimen de honor. Un crimen de honor es el asesinato de un miembro de una familia por otro, debido a la creencia que la víctima ha provocado deshonor a la familia.

Mientras que muchos celebran la victoria en el Óscar, hay otros que critican a Chinoy por dibujar una imagen negativa de Pakistán a través de sus documentales. Pero a pesar de sus detractores, el film de Chinoy ha llevado a los crímenes de honor, una práctica brutal que deja muertas a cientos de mujeres paquistaníes cada año, al centro de la atención y ha inspirado promesas del primer ministro del país de cerrar los vacíos jurídicos que permiten que los criminales escapen al castigo.

‘Agente de Occidente’

Las plataformas de medios sociales estuvieron enardecidas con indignación e ira contra Chinoy, pues muchos la culparon por no representar una imagen positiva del país. De lejos, lo peor de las críticas provino de un prominente clérigo religioso, quien en un video publicado en Facebook se refirió a Chinoy con calumnias misóginas y la acusó de representar «la agenda de Occidente».

Partidarios fervientes de partidos políticos religiosos también se unieron, insultándola con calumnias basadas en género y ofrecieron con su comportamiento una mirada del problema en cuestión — violencia contra y abuso de chicas jóvenes y mujeres del país — que Chinoy ha buscado resaltar con su trabajo. Desafortunadamente, esto no fue nada nuevo y refleja la miopía sostenida hacia todos y cualquiera que alce su voz contra la violencia de género, especialmente crímenes asociados con el honor.

No es acertado decir que Chinoy no ha publicado trabajos que celebran las características positivas de Pakistán. Por ejemplo, ella dirigió “3 Bahadur”, la primera serie animada de Pakistán que se centra en la valentía de niños pequeños. La empresa productora de Chinoy, Sharmeen Obaid Chinoy Films, también realizó una serie de documentales que resaltan los héroes cotidianos de Pakistán.

Pero es verdad que ella no duda en tratar de frente temas difíciles. Otra incursión en TV de ella llamada “Aghaz-e-Safar” fue un programa de televisión conducido por Chinoy, que explora varios temas sociales desde el abuso de menores a derechos laborales.

Quizás, uno de los argumentos más claros contra los viles ataques dirigidos hacia Chinoy es el del diseñador y activista Faizan Raza Rizvi, quien publicó en Facebook:

How many of you bothered watching more than 2 episodes of her TV show Aghaz-e-Safar where she highlighted stories of incredible courage from across Pakistan?

How many of you even know about Song Of Lahore? That documentary on musicians received a standing ovation and was named the runner-up at the Tribeca Film Festival last year. It was also nominated for the World Documentary Competition. International stages: check. Positive Pakistan: check. If this really was about you having an issue with her showing the bad side of the country, you'd have at least celebrated that. But you didn't

¿Cuántos de Uds. se tomaron la molestia de ver más de 2 episodios de su programa de TV Aghaz-e-Safar donde ella resaltó historias de increíble valor de todo Pakistán?

¿Cuantos de Uds. siquiera conocen Song Of Lahore? Ese documental sobre músicos recibió una ovación de pie y quedó en segundo lugar en el Festival de Cine de Tribeca del año pasado. También fue nominado en la Competencia Mundial de Documentales. Escenarios internacionales: visto bueno. Un Pakistán positivo: visto bueno. Si esto realmente se tratase de que Uds. tienen un problema con ella porque muestra el lado malo del país, al menos hubieran celebrado ese documental. Pero no lo hicieron.

Chinoy también se expresó en contra de todo el revuelo:

I want my work to make people uncomfortable, to make them think

Quiero que mi trabajo haga que la gente se sienta incómoda, que los haga pensar

El periodista Omar R Qureshi resumió la indignación contra Chinoy:

En Pakistán uno gana un Óscar y se convierte en sujeto del odio de todo el mundo y recibe el calificativo de traidor

Mate a un hombre y se convierte en héroe nacional

Vacíos jurídicos en la legislación

En el 2015, el Ministro Federal de Justicia de Pakistán divulgó estadísticas que situaron el número de crímenes de honor en 933 en los dos últimos años. El simple hecho de salir con alguien, enamorarse o casarse con alguien por voluntad propia puede resultar en un crimen de honor, un acto atroz del que se culpa muchas veces a la cultura y la tradición.

Los activistas de derechos de las mujeres han luchado por años para detener tales crímenes violentos. En el 2004, la Asamblea Nacional aprobó el Acta de Ley Criminal, también conocida como el ‘Acta de Crímenes de Honor’, que convirtió a los crímenes de honor en un delito penal.

Sin embargo, aún existe un vacío jurídico. Las estipulaciones de Qisas (represalia) y Diyat (pago de compensación indemnización por crimen) del Código Penal de Pakistán han probado ser un obstáculo para aquellos que buscan justicia en casos de crímenes de honor. Las leyes de crimen de honor y las leyes de Visas y Diyat se contradicen entre ellas, pues la familia de la víctima puede aplicar la ley para perdonar a los asesinos. Dado que los crímenes de honor son mayormente cometidos por miembros de la familia, la gente generalmente no desea perder a otro miembro de la familia y terminan por hacer concesiones.

Saba Qaiser, la adolescente cuya historia de la vida real es representada en «Una Chica en el Río: El Precio del Perdón», sufrió el verdadero impacto real del vacío jurídico. A pesar de sufrir un disparo y ser arrojada al río, Qaiser sobrevivió sólo para ser presionada para perdonar a los tiradores, su padre y su tío.

‘¿En verdad estoy en Pakistán?’

Luego de una proyección del documental, el Primer Ministro de Pakistán Nawaz Sharif prometió cambiar las leyes del país para tratar de detener los crímenes de honor.

No hay honor en los ‘crímenes de honor’ dice el PM en la proyección de ‘Una Chica en el Río’: PM elogia a Sharmeen Obaid-Chino

La posición de Sharif sobre la necesidad de eliminar está práctica espantosa es un paso importante en la lucha para detener la violencia de género en Pakistán.

Bina Shah, un destacado columnista y escritor, tuiteó:

Estoy conmocionado. Mumtaz Qadri fue ahorcado y Sharmeen Obaid Chinoy gana un Óscar. ¿De verdad estoy en Pakistán?

Mientras que el gobierno ha conseguido cierto progreso, con la aprobación de la Ley Anti-Violación en el 2014 y la Ley Anti-Crímenes de Honor el mismo año, son las conversaciones populares sobre el tema lo que va a llevar a un cambio real. Ya es hora de que los paquistaníes eleven su voz contra la injusticia del crimen de honor.

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