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Ecuador reconoce las uniones entre homosexuales, pero ¿qué pasa con sus hijos?

Categorías: Ecuador, Derechos humanos, Gobernabilidad, LGBTQI+
"Satya nació en el campo, en la mitad del mundo. Helen y Nicola, sus mamás, querían que ella naciera allí, en la paz de su hogar; querían que fuera ecuatoriana. Cuando Satya cumplió dos semanas, Helen y Nicola fueron a la oficina del registro civil ecuatoriano a inscribirla con el primer apellido de cada una de ellas. Su petición fue negada." Captura de pantalla del documental 'La importancia de llamarse Satya Bicknell Rothon. [1]

«Satya nació en el campo, en la mitad del mundo. Helen y Nicola, sus mamás, querían que ella naciera allí, en la paz de su hogar; querían que fuera ecuatoriana. Cuando Satya cumplió dos semanas, Helen y Nicola fueron a la oficina del registro civil ecuatoriano a inscribirla con el primer apellido de cada una de ellas. Su petición fue negada.» Captura de pantalla y descripción del documental ‘La importancia de llamarse Satya Bicknell Rothon’.

El caso #Satya [2] vuelve a aparecer en los medios de Ecuador para debatir el derecho de la pequeña ecuatoriana, hija de una pareja de dos mujeres británicas, a tener los apellidos de sus dos madres. Tal como publicó en 2012 Global Voices [3], Nicola Rothon y Helen Bicknell, legalizaron su unión en Ecuador.

Las uniones de hecho de parejas homosexuales fueron legalizadas en Ecuador [4] con la aprobación de la Constitución de 2008. En esta figura legal se incluyen todos los derechos del matrimonio, pero deja por fuera la posibilidad de la adopción conjunta. La unión de hecho ha logrado abrirse paso para acceder a más derechos civiles; pero el matrimonio en sí, no obstante, continúa siendo ilegal para personas del mismo sexo.

Estas dos mujeres llevan juntas más de 16 años y decidieron tener una hija a través de inseminación artificial, que se practicó en una clínica de Quito. Así nació Satya, la niña que hoy tiene cuatro años y medio, pero que no puede tener los apellidos de sus madres por impedimento del Registro Civil. De acuerdo con la ley ecuatoriana, un menor puede ser inscrito únicamente con el apellido de un hombre y el de una mujer.

La batalla legal por el reconocimiento de la maternidad de ambas mujeres empezó en 2011. Desde entonces el debate se encuentra abierto y varias opiniones han hecho eco en los medios, como la de Silvia Buendía [5], defensora de los derechos LGBTI, quien en un artículo publicado en La República [6] menciona:

Esta falta de registro no solo discrimina a la pareja homosexual en unión de hecho, sino principalmente a la niña. A Satya se le niega acceder a los mismos derechos que tienen otros niños, en tanto hijos […] Quienes opinan que dos mujeres no pueden inscribir legalmente a una niña como hija suya debido a su imposibilidad de ser las dos madres biológicas de esa niña, deberían revisar las reglas de maternidad y paternidad de Código Civil: a la ley le importa más la institución familiar que el lazo sanguíneo

El caso de Rothon y Bicknell llegó en 2014 hasta las puertas de la Corte Constitucional de Ecuador. En la audiencia del 29 de marzo de 2016, según Diario Expreso [7], la posición del Registro Civil fue defendida por la delegada de la Procuraduría, Carola Samaniego, quien mantuvo que en todo el proceso no se ha demostrado que se hayan violentado derechos. “No han dicho, cómo, cuándo o dónde se han vulnerado los derechos constitucionales de la niña. Lo que se pretende es confundir”, dijo, y además pidió que se niegue la acción de protección.

Sin embargo la causa cuenta con el apoyo de grupos y activistas LGBTI como la asociación Silueta X [8], que sostiene:

Helen Bicknell y Nicola Rothon acordaron la concepción de su hija (sin importar el método) y ello conlleva responsabilidades que intentan asumir ambas, y que se les está negando.

El defensor del pueblo, Ramiro Rivadeneira, también se pronunció durante la audiencia de sustanciación, diciendo que el tribunal tiene “el reto histórico de garantizar los derechos de la pequeña Satya. Además, en la rendición de cuentas de la Defensoría del Pueblo, sostuvo que [9] “se trata de un tema de maternidad asistida biológicamente y de reconocimiento de seguridad jurídica. Si la mamá biológica muere, la niña quedaría desamparada”. Agregó que tradicionalmente en Ecuador, quienes forman una unión de hecho pueden reconocer a los hijos de su pareja sin que nadie pregunte si es el padre o la madre biológica o la petición de una prueba especial. “Esto no ocurre con las parejas homosexuales, eso hay que [cambiarlo]”.

La historia de esta batalla legal fue seguida por Juliana Khalifé en su documental La importancia de llamarse Satya Bicknell Rothon. En el documental se siguen los pasos que la pareja ha tomado para tratar de registrar a su hija y los resultados de las negativas a sus peticiones. De acuerdo con la descripción, el documental narra «la historia de una familia establecida en un país con una constitución que reconoce sus derechos, un estado que no los garantiza, y una sociedad dónde muchos aún lo niegan por completo».

Desde el inicio de este proceso, varios actores se han integrado, como la Cancillería ecuatoriana, que tomó acción [10] y entregó una visa de amparo a una de las dos mujeres. Sin embargo, a la niña se le registró con el apellido de una y con el del padre de la segunda. De ese modo, la pequeña tiene un documento de identidad que no refleja su conformación familiar real. Satya nació en Ecuador, pero no es ecuatoriana. Se menciona que su lugar de nacimiento es Malchinguí, Pichincha, pero en la casilla correspondiente a la ciudadanía se indica que es británica.

En Twitter y Facebook, bajo la etiqueta #TambiénEsFamilia [11], varios usuarios han apoyado la causa de Nicola y Helen. Además, algunos internautas siguen los hechos a través de #CasoBicknellRothon [12]. Dentro de estas corrientes de información, la reconocida activista por los derechos Cristina Villagomez [13] LGBT en Ecuador publicó en Facebook:

Hoy en la Corte Constitucional se está luchando por el registro de un tipo de familia. Dos madres, una hija y un sistema obsoleto. La familia, en sus formas diversas, existe y no necesita reconocimiento alguno. El registro no es reconocimiento, es solo trámite. ‪#tambiénEsFamilia

La situación de Satya ha despertado reacciones tanto de familias tradicionales como de defensores de los Derechos Humanos. Mientras tanto, treinta días tendrá la Corte Constitucional para resolver la acción extraordinaria de protección presentada por la pareja para que se les permita inscribir a su niña con los apellidos de ambas. De cumplirse el deseo de Helen y Nicola, no solo se sumaría un triunfo para las comunidades LGBTI, sino que se abriría un capítulo nuevo en la historia legal de Ecuador.