
Elecciones Perú 2016. Pantallazo del debate presidencial subido por RPP Noticias a YouTube.
La versión original de este texto fue publicada en el blog Globalizado de Juan Arellano.
El actual proceso electoral peruano ha demostrado ser atípico. Ha habido candidatos tachados, excluidos y retirados por cuenta propia (de 19 se redujeron a 10), y las campañas electorales se han enfocado más en los ataques que en la exposición de ideas y planes de gobierno. Un debate organizado por la autoridad electoral resultó mal estructurado y ofreció más de lo mismo, añadiendo una crítica más al ya vapuleado órgano electoral (Jurado Nacional de Elecciones) que en opinión de varios está parcializado con algunos candidatos.
La política peruana de los últimos años tiene algunas características muy propias, entre ellas, partidos políticos débiles y de escasa representación ciudadana, lo que favorece el surgimiento de multitud de proyectos políticos independientes y fuertemente individualistas, y de alcance limitado a lo local o regional. Por otra parte, el electorado pareciera esperar el surgimiento de políticos nuevos, no tradicionales, o lo que se conoce como outsiders, un perfil brevemente encarnado en este proceso electoral por el candidato Julio Guzmán, uno de los excluidos por el Jurado Nacional de Elecciones.
No puede dejar de mencionarse tampoco el papel de los medios de comunicación, que abiertamente toman parte por el candidato de su preferencia y atacan sin miramientos a los contendientes; ni el de las empresas encuestadoras, que pareciera juegan con los números y estadísticas con la intención de levantar o bajar la imagen de ciertos candidatos.
A escasos días de las elecciones presidenciales en el Perú, programadas para el domingo 10 de abril de 2016, lo único seguro es que la candidata Keiko Fujimori pasará a segunda vuelta. Pero hay incertidumbre sobre qué candidato la acompañará. Para que aquellos poco familiarizados con la política peruana se hagan una idea de los candidatos «sobrevivientes» en estas elecciones, a continuación un breve resumen de cada uno de ellos:
Keiko Fujimori. La hija del expresidente Alberto Fujimori, actualmente preso por delitos de corrupción y violación a los derechos humanos, sostiene una plataforma de derecha en línea con el estilo de gobierno de su padre. Estudió administración de empresas pero siempre ha estado involucrada en la política desde que se convirtió en primera dama a los 19 años. Su apellido le ha sido suficiente para lograr un sostenido caudal de simpatizantes que la han mantenido en primer lugar de intención de voto desde que arrancó la carrera presidencial. En las últimas semanas, la campaña en su contra liderada por diversos colectivos de la sociedad civil que afirman que un gobierno de ella sería perjudicial para los derechos humanos, ha cobrado intensidad. Se han llevado a cabo protestas en sus mítines y marchas en muchas ciudades de Perú, siendo la más exitosa la del pasado martes 5 de abril, aniversario del golpe de estado que dio su padre, que contó una asistencia estimada de 50,000 personas en Lima.
¡Gracias amigos de #Pucallpa! ¡Ha sido un verdadero gusto cerrar nuestra campaña con ustedes! #JuntosHaciaElFuturo pic.twitter.com/PJXwRDDVco
— Keiko Fujimori (@KeikoFujimori) 7 de abril de 2016
Pedro Pablo Kuczynski. Más conocido como PPK, es un economista que ha sido varias veces ministro de estado y también presidente del Consejo de Ministros. Su perfil técnico y de hombre ejecutivo le ha ganado simpatizantes, sobre todo en Lima. Juega en su contra su avanzada edad, 77 años, y la bien ganada fama de cabildeo que lo acecha. Va segundo en las encuestas. De llegar a la segunda vuelta, muchos creen que optar entre él y Keiko Fujimori sería muy similar, ya que también es un candidato de derecha que busca la continuidad del modelo económico fujimorista. Suma el hecho que en las elecciones presidenciales pasadas apoyó a Keiko Fujimori.
¡Lleno total!
Muchas gracias por acompañarnos esta noche de Cierre de Campaña.#VoyConPPK pic.twitter.com/Gob4IOCloi— PedroPablo Kuczynski (@ppkamigo) 7 de abril de 2016
Verónika Mendoza. «La Vero» es psicóloga y actual congresista de la República. Su candidatura por el Frente Amplio es una de las dos que pueden llamarse de izquierda. De casi no figurar en las encuestas hace unos meses ahora está, según la encuesta que se consulte, en un empate técnico con PPK por el segundo puesto. Es el «terror» de la derecha, que no duda en llamarla «chavista» o «terruca» (terrorista), términos que espantan al elector peruano. Si sigue en tendencia a la alza y llega a la segunda ronda junto a Keiko Fujimori, Perú tendría por primera vez una presidenta mujer. El lado económico de su plan de gobierno es lo que más preocupa a los analistas por ser contrario al modelo de derecha que actualmente existe en el país.
Gracias, Cusco, mi tierra linda, tierra de gente luchadora y digna. Desde la Plaza Tupac Amaru decimos ¡sí se puede! pic.twitter.com/BR3dA0AgOc
— Verónika Mendoza (@Vero_Mendoza_F) 7 de abril de 2016
Alfredo Barnechea. O «Barney«, como lo han apodado su detractores, es un periodista y político surgido originalmente en las canteras del partido de centro-izquierda APRA, pero desde hace un tiempo miembro de centro Acción Popular, partido por el que postula ahora. Su candidatura (una mezcla de liberalismo y social democracia) añadió un rostro relativamente nuevo a esta campaña, pero eso no bastó para hacerlo despegar rápido. Cuando lo hizo y obtuvo exposición, algunos gestos, errores dirán algunos, le granjearon el mote de «virrey» por los supuestos aires de grandeza que se da y sus modales aristocráticos. Según las encuestas sus opciones de llegar a segunda vuelta van disminuyendo, pero puede sorprender.
Otra reunión llena. Esto no hace más que llenar mi corazón de esperanza. Volvemos a la política decente. ¡Gracias! pic.twitter.com/zTxuFb0neQ
— Alfredo Barnechea (@ABarnecheaG) 7 de abril de 2016
Alan García. Al dos veces presidente del país no le ha servido de nada su conocido floro (habilidad para hablar) en esta oportunidad. Es más, probablemente no obtenga los votos necesarios para pasar la valla electoral, lo que significaría que su partido, el APRA, tendrá que iniciar el proceso de reinscripción electoral. Para su mayor infortunio, el día del debate le tocó compartir estrado con Fernando Olivera, antiguo adversario suyo, quien no dudó en usar su tiempo de exposición para recitar una a una todas las acusaciones de corrupción y otras que, demostrables o no, son parte de la triste fama que se ha ido labrando García.
Trujillo.No hay tiempo para improvisar.Con experiencia y velocidad construiremos un gran Perú para nuestros hijos. pic.twitter.com/AznYNWnAiR
— Alan García (@AlanGarciaPeru) 7 de abril de 2016
Gregorio Santos. «El Goyo» es un candidato con una característica especial: es el primer candidato presidencial del Perú que está preso durante el proceso electoral. El ex Presidente Regional de Cajamarca (y actual presidente electo) se encuentra en prisión preventiva por acusaciones de corrupción, aunque sus partidarios dicen que se trata de un entramado construido en su contra por su férrea oposición a la minería en la región. Santos representa a una izquierda más radical que la de «la Vero», pero sus opciones no pasan del 3.2% de intención de voto.
[VIDEO-ENTREVISTA] @Gregorio_Goyo: #Conga no va, mantengo firme mi posición -> https://t.co/yJq0eH4mQj pic.twitter.com/v79sD8i1jz
— Radio Nacional Perú (@RadioNacionalFM) 6 de abril de 2016
Alejandro Toledo. «El Cholo» está prácticamente en el ocaso electoral. La candidatura del expresidente no ha hecho más que bajar en popularidad. Además, el Poder Judicial tiene pendiente la decisión de si abre juicio por los cargos de lavado de dinero que tiene activos. Sin embargo, terco como siempre, Toledo ha manifestado que no renunciará a su candidatura.
Alegría en #Pachacútec Gracias Ventanilla! Gracias Callao! #VamosConTodo pic.twitter.com/q7TzjMHUHa
— Alejandro Toledo (@AlejandroToledo) 7 de abril de 2016
Ántero Flores Aráoz, Miguel Hilario y Fernando Olivera son los candidatos restantes, pero a juzgar por las encuestas, no tienen opción alguna de pasar a la segunda vuelta.
De esta forma, el elector peruano tiene una elección complicada el domingo 10 de abril. ¿Votar por la candidata del fujimorismo que para muchos es sinónimo de corrupción? ¿Votar por el candidato cabildista que probablemente favorecerá a la gran empresa en detrimento de los pobres? ¿Votar por la candidata de izquierda que plantea heterodoxas medidas de control económico en un momento en que hay desaceleración del crecimiento? Quizás la pregunta de fondo es cómo llegamos a esto.
El analista político Steven Levitsky reflexiona al respecto en su columna del diario La República culpando a todos los peruanos:
Las elecciones peruanas de 2016 serán semidemocráticas. El problema principal es que la valla para la exclusión de candidatos –siempre alta en las democracias– es muy baja. Se excluye candidatos presidenciales por faltas burocráticas (Guzmán) y por clientelismo (Acuña) algo inédito en el mundo. […] la entrega de dádivas en el Perú contemporáneo no es compra de votos: se compra la asistencia a los mítines. Dado el desprestigio de los políticos, pocos quieren ir a escucharlos. Con pocas excepciones, si los candidatos no ofrecen regalos, concursos, o rifas, nadie va a sus actos electorales. […] La gente va a los mítines, recibe sus regalos, y después vota por la candidata o candidato que quiere.
[…] los responsables principales de este fiasco son las autoridades electorales y el Congreso, los demás candidatos y sus seguidores son cómplices. Creyéndose beneficiados por la salida de sus rivales, han hecho poco o nada para combatir a las injusticias cometidas. Prefieren ganar una elección semidemocrática que perder una elección democrática. Su actitud egoísta y cortoplacista debilita la democracia.
En cualquier caso, como dice un viejo dicho, lo último que se pierde es la esperanza.
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