Empiezan las deportaciones, y los portugueses hablan contra el acuerdo entre Turquía y la Unión Europea

Syrian and Iraqi immigrants getting off a boat from Turkey on the Greek island of Lesbos.

Inmigrantes sirios e iraquíes bajan de un bote de Turquía en la isla griega de Lesbos. Foto: Wikimedia Commons (CC-BY-SA 4.0).

Esta es una versión editada de un artículo escrito originalmente en portugués.

Un controvertido acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para enviar a Turquía a solicitantes de asilo de todas las nacionalidades excepto sirios entró en vigencia el lunes 4 de abril.

Como parte del acuerdo, la Unión Europea también aceptará a un refugiado sirio de los 2.7 millones que viven en campos turcos por cada refugiado que envían de vuelta. A cambio, Turquía recibirá miles de millones en ayuda y sus ciudadanos podrán entrar y viajar sin visa por la Zona Schengen —área que comprende 26 países europeos que no tienen controles fronterizos entre ellos.

El acuerdo también acelera el proceso de permitirle a Turquía unirse a la Unión Europea. La intención es ayudar a manejar la ola de personas que huyen de la guerra y la inseguridad hacia una seguridad relativa de Europa, pero esto ha sido muy criticado por grupos de derechos humanos.

El lunes se dieron las primeras deportaciones. Un video publicado en Facebook por el usuario Benjamín Julian mostró a refugiados trasladados desde Chíos, Grecia, en un bote turco mientras algunas personas gritan «libertad».

En Facebook, el profesor portugués Manuel Pinto comentó:

Hoje tem início um dos atos mais vergonhosos da política da União Europeia. (…) Os refugiados de guerra passaram, de novo, a chamar-se migrantes ilegais e a UE pagou à Grécia para os deportar para a Turquia, ou seja, para fora das fronteiras da União. Erdogan, por sua vez, encarregar-se-á, também à custa de dinheiro europeu, de devolver à Síria os que não lhe interessar reter. Hoje partiu o primeiro barco de condenados.
Há que pedir contas a quem devolve à guerra quem foge da guerra. Os media, seduzidos e entretidos pela categoria dos figurões do escândalo mundial dos Panama Papers, irão relegar este escândalo dos refugiados para segundo plano. Prestemos atenção aos telejornais.

Hoy empieza una de las acciones más vergonzosas de la diplomacia de la Unión Europea […]. A los refugiados de guerra de nuevo los están llamando migrantes ilegales, y la Unión Europea le pagó a Grecia para deportarlos a Turquía, lejos de la frontera de la Unión Europea. [El presidente turco] Erdogan, de otro lado, se encargará, también con el dinero europeo, de hacer volver a esos refugiados a Siria. Hoy zarpa el primer envío con personas condenadas. Debemos hacer responsables a los que devuelven a estas personas que huyen de la batalla. Y los medios están ahora entretenidos con el escándalo de los Panama Papers, esto quedará relegado a segundo plano. Prestemos atención a los noticieros.

El clamor para detener el acuerdo

A lo largo de las negociaciones, que empezaron el 7 de marzo de 2016, las personas hablaron en contra de la propuesta. El acuerdo, discutido en el Consejo Europeo entre el 17 y el 18 de marzo con Turquía, fue considerado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y por organizaciones humanitarias como “violador de derechos internacionales”.

Amnistía Internacional lo llamó “inhumano, cruel e inmoral” porque se refiere a “seres humanos y no mercadería”. La organización de derechos humanos, con sede en Londres, declaró que Turquía “no ha sido un país seguro para los refugiados” y criticó que el país “detiene y ataca ilegalmente a refugiados, les dispara a sirios que tratan de cruzar la frontera y ha realizado regresos forzados de solicitantes de asilo”.

El acuerdo entre la Unión Europea y Turquía equipara a los refugiados con mercadería. Tenemos dos días para detener el trato. ¡Actuemos!

Según Oxfam, casi 60 millones de personas están actualmente “desplazadas” de sus casas y tierras, el “mayor número en la memoria registrado por Naciones Unidas desde la Segunda Guerra Mundial, Casi medio millón llegó a Europa el año pasado, pero la gran mayoría se queda cerca de sus países de origen”. Oxfam también agregó que el Líbano, con una población de 4.5 millones, es uno de los países con más dificultades, pues aloja a 1.2 millones de refugiados de su vecina Siria.

En Portugal, Amnistía Internacional le pidió al pueblo portugués que apelara a la Comisión Nacional de Portugal para los Derechos Humanos y que instara al gobierno a decir NO al acuerdo usando Twitter y Facebook con la etiqueta #StopTheDeal [detener el acuerdo].

Detengan el acuerdo. No trafiquen con refugiados.

Una petición para decir “NO” a este acuerdo fue creada en Change.org, que ha atraído a 73,902 firmas. Una persona que firmó desde Portugal escribió:

It's time to stop this! We should make the difference for these innocent people.

¡Es hora de parar esto! Deberíamos marcar la diferencia para estas personas inocentes.

A pesar del clamor público, el trato con Turquía siguió adelante. El 19 de marzo, la Unión Europea dio a conocer el resultado del acuerdo que pacta nueve puntos, de los cuales el último dice: «La Unión Europea y Turquía trabajarán para mejorar las condiciones humanitarias dentro de Siria».

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