El 1 de abril de 2016, en muchas partes del mundo salieron a la luz una serie de publicaciones conocidas como «Los Papeles de Panamá». Muchos nombres, muchos abogados y más que todo, muchas interrogantes. En Costa Rica la investigación periodística del contenido de los Papeles estuvo a cargo de Amelia Rueda con su equipo de investigación Databasear.com [1] y el Semanario Universidad [2].
#nuestravoz [3] ¿Qué son los #PanamaPapers [4]? pic.twitter.com/b4DO25idpz [5]
— ameliarueda (@ameliarueda) April 4, 2016 [6]
Una pregunta muy importante que surge de los Papeles de Panamá es cuál es la razón para tener cuentas o compañías offshore. Las respuestas son variadas, pero uno de las principales explicaciones es que estos mecanismos se usan para evadir el pago de impuestos. En algunos países, las cargas impositivas son cada vez mayores: los gobiernos, al tener poca solvencia económica, siguen creando impuestos que afectan a los depósitos bancarios, y de cierta forma, a los que más dinero tienen. También hay personas quienes simplemente prefieren no disminuir su riqueza al cumplir con los requisitos fiscales de su país. Una forma que tienen estas personas de «proteger» [7] su dinero es buscar países con facilidades fiscales donde su patrimonio no pueda ser embargado y donde no tengan que pagar grandes cantidades de impuestos sobre sus saldos. La seguridad política es otro factor frecuentemente mencionado: si un país es políticamente inestable, la gente se ve impulsada a sacar su dinero de los bancos locales.
En algunas noticias en Costa Rica y en el mundo sobre los Papeles de Panamá se pueden ver titulares tendenciosos como «Conozca como los ricos evaden impuestos», los cuales meten en una misma bolsa a todas las personas adineradas, cuando no todos los ricos evaden impuestos. Algunas publicaciones también ofrecen listas de bufetes que en algún momento abrieron sociedades u oficializaron la apertura de cuentas en Panamá, aun cuando todo se hiciera de forma legal, sin intenciones de evasión. Muchas de las personas mencionadas en los artículos no tienen relación alguna con actos de evasión, y sin embargo sus nombres están en el ojo del huracán, siendo ajusticiados y exhibidos en redes sociales.
Cristian Cambronero (@cambronero [8]), un popular periodista y bloguero de Costa Rica criticó estas publicaciones que no toman en cuenta reacciones por parte de los involucrados.
Concuerdo con @eduardoulibarr1 [9] la publicación de los nombres, sin descargo ni distingo alguno, es totalmente irresponsable #PanamaPapers [4]
— Cristian Cambronero (@cambronero) April 4, 2016 [10]
Más que claro es el deseo de transparencia para que todos aquellos que evaden impuestos queden al descubierto. Pero surge la pregunta de si se estará dañando a inocentes en este proceso. ¿Nombres de empresarios y abogados éticos están siendo atacados injustamente? Los periodistas que están al frente de estas revelaciones deben ser extremadamente cuidadosos y responsables: deben validar todas las fuentes antes de publicar el nombre de una persona en un lugar donde no se borra nunca la información. Como Maricarmen (@marcar71 [11]) indica, lo importante serán las investigaciones posteriores donde se determinarán quién realmente es culpable.
Lo importante con esto de #PanamaPapers [4] son las investigaciones posteriores para determinar quiénes delinquieron y quienes no.
— Maricarmen (@marcar71) April 4, 2016 [12]
El periódico La Nación en su Editorial [13] hizo referencia a las publicaciones del Semanario Universidad, cuestionando al medio por no haber filtrado la información y por haber publicado los datos como si todos los mencionados fueran culpables.
El tesoro de información, en manos más hábiles, probablemente permitiría correr el velo de operaciones ilícitas con gran provecho para la opinión pública. Pero el Semanario no hizo distinciones y, junto a algún caso donde la ilegalidad salta a la vista, incluyó una pléyade de nombres y empresas, sembrando duda sobre todas ellas.
Después de las publicaciones, algunas personalidades en Costa Rica han salido a desmentir y defenderse, explicando porque sus nombres podrían salir en algunas notas periodísticas. Entre ellas, Maria Luisa Ávila, exministra de Salud, y Leonel Baruch, exministro de Hacienda.
El 4 de abril, María Luisa Ávila salió a aclarar en varios medios de comunicación por que ella es mencionada y afirmó que no ha realizado ningún acto ilícito en Panamá.
#EnVivo [14] @Maluavi [15]: «No tengo dinero en #Panamá [16]. La empresa a la que estoy vinculada no está siendo cuestionada» pic.twitter.com/XxfOvQBhWh [17]
— CB24.TV (@cb24tv) April 4, 2016 [18]
Leonel Baruch, presidente del medio de comunicación CRHoy.com [19], en un comunicado de prensa exigió al medio Semanario Universidad [2] una rectificación pública, que aclare el motivo por el cual su nombre está mencionado en los documentos filtrados. «Mi nombre se menciona», Baruch escribió [20], «porque se me notificó de la venta de una empresa en virtud de la investigación que en aquel momento llevaba como ministro de Hacienda».
En el mundo diversas personalidades han salido a aclarar su situación, uno de los más conocidos es la estrella de futbol Leonel Messi [21]. Su familia indicó [22]que la compañía mencionada en los Papeles está «totalmente inactiva, que jamás tuvo fondos ni cuentas corrientes abiertas y que deriva de la antigua estructura societaria diseñada por las anteriores asesores fiscales de la familia Messi, cuyas consecuencias fiscales para Lionel Messi ya fueron regularizadas en su momento.»
Estos ejemplos reafirman que el periodista juega un rol muy importante en la formación de la opinión pública. Por meses estaremos escuchando de nuevas revelaciones, unas serán a primera vista ciertas, otras necesitarán alguna explicación legal. Los que se consideran ofendidos deberán dar la cara y explicar por qué sus nombres están vinculados con las publicaciones. Si son inocentes de todo, solo el tiempo y las autoridades de cada país lo indicarán así. Pero algunos de los inocentes probablemente no podrán limpiar su nombre completamente en la corte de la opinión pública, y ese es el problema.