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El expresidente Mbeki de Sudáfrica mantiene sus extrañas creencias sobre el VIH y el sida

Categorías: África Subsahariana, Sudáfrica, Medios ciudadanos, Política, Salud
Former South Africa's president Thabo Mbeki. Image released under Creative Commons by Antônio Milena/ABr. [1]

El expresidente de Sudáfrica Thabo Mbeki asegura que un virus no puede causar un síndrome. Imagen liberada bajo licencia Creative Commons por Antônio Milena/ABr.

El expresidente sudafricano Thabo Mbeki [2] ha reavivado la controversia del negacionismo del VIH/sida [3] tras escribir un artículo titulado «Breve comentario sobre el problema del VIH y el sida [4]«.

Durante su gobierno, Mbeki y su exministra de Salud Manto Tshabalala-Msimang [5], a quien apodaron la «Doctora Remolacha», fueron acusados de negar que el virus VIH causara el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), a pesar de las pruebas científicas concluyentes sobre el tema. Manto Tshabalala-Msimang promovió [6] el consumo de limón, remolacha, ajo y aceite de oliva para tratar el sida.

Durante su presidencia entre 1999 y 2008, Mbeki acusó a los científicos [7] que asociaban al VIH con el sida de racistas [8]Argumentaba [9] que aceptar la sabiduría convencional de Occidente sobre el sida era absurdo e ilógico. Se oponía al tratamiento con antirretrovirales (ARV) alegando que eran «veneno» y un producto de la codicia de las empresas farmacéuticas occidentales.

En 2000, organizó un grupo consultivo presidencial sobre el VIH/sida que atrajo a científicos como Peter Duesberg [10]Harvey Bialy [11], quienes negaban que el VIH fuera la causa del sida.

En su artículo [4] del 7 de marzo de 2016, Mbeki refuta las afirmaciones sobre haber dicho alguna vez que el VIH no causaba el sida. Lo que él dijo, según explica, es que un virus no puede causar un síndrome:

I must also mention that I never said “HIV does not cause AIDS”. This false accusation was made by people who benefitted from trumpeting the slogan “HIV causes AIDS” as though this was a religious edict. What I said is that “a virus cannot cause a syndrome”.

As you know, AIDS is an acronym for “Acquired Immune Deficiency Syndrome” – therefore AIDS is a syndrome, i.e. a collection of well-known diseases, with well-known causes. They are not, together, caused and cannot be caused by one virus! I said that HIV might be a contributory cause of immune deficiency – the ID in AIDS!

También debo mencionar que jamás dije que «el VIH no causaba el sida». Es una acusación infundada de la gente que se benefició de proclamar el lema de que «el VIH causa el sida» como si fuera un edicto religioso. Lo que dije es que un solo virus no puede provocar un síndrome.

Como saben, el sida es el acrónimo para el «síndrome de inmunodeficiencia adquirida», por ende, el sida es un síndrome, o sea, un conjunto de enfermedades muy conocidas con causas muy conocidas. ¡No son, ni pueden ser causadas, en conjunto, por un solo virus! Dije que el VIH podía ser una de las causas que contribuyen a la inmunodeficiencia, ¡la «ID» de «SIDA»!

'Red Ribbon' symbol of solidarity of people living with HIV/AIDS. Image by Flickr user Andy McCarthy UK (CC BY-NC 2.0).

La ‘cinta roja’, símbolo de solidaridad hacia las personas que viven con el VIH/sida. Imagen del usuario de Flickr Andy McCarthy UK (CC BY-NC 2.0).

Se estima que la visión de Mbeki y su oposición a los ARV durante su gobierno resultaron en 365.000 muertes [12] por sida.

En respuesta a las críticas sobre la contribución de su negacionismo a la cantidad de muertes en su país, Mbeki compartió los datos de las Estadísticas de Sudáfrica (Statssa) que muestran las diez principales causas subyacentes de muerte de 2006, entre las cuales el VIH ocupaba el noveno lugar, y formuló algunas preguntas [4] para sus detractores:

As you will have seen from the above [see his full article for the figure he is referring to], what Statssa recorded as deaths from “HIV disease” came 9th in terms of the leading causes of death in South Africa in 2006, as indeed it did also in the preceding years.

I am convinced that it would be perfectly understandable that the normal, thinking African would ask the questions:

Why did it come about that so much noise was made internationally about the 9th leading cause of death in our country, with not even so much as a whimper about the 1st leading cause of death, tuberculosis?

Why would the South African Government, knowing the health condition of its own population very well, have been expected so to focus on the 9th leading cause of death as virtually to treat as less urgent and important the first eight (8) leading causes of death, even taken together?

Did this have to do with the fact that South Africa could be a lucrative market for the sale of ARVs, as it now is?

Como habrán visto en el cuadro anterior [ver en el artículo original las cifras a las que se refiere], lo registrado por Statssa en cuanto a muertes por VIH ocupa el noveno lugar entre las principales causas de muerte en Sudáfrica durante 2006, como también ocurrió en los años anteriores.

Sería perfectamente comprensible que un africano normal y pensante se preguntara:

¿Por qué han armado tanto alboroto internacional por la novena causa de muerte en nuestro país, mientras que no hay ni una sola queja sobre la primera causa de muerte, la tuberculosis?

¿Por qué se esperaba que el gobierno de Sudáfrica, que conocía bien las condiciones de salud de su propia población, se concentrara en la novena causa de muerte al punto de, prácticamente, tratar como poco urgentes e importantes a las 8 primeras, incluso tomadas en conjunto?

¿Tuvo que ver con el hecho de que Sudáfrica podía ser un mercado lucrativo para la venta de ARV, como efectivamente lo es ahora?

‘Un intento por reformular su presidencia’

En respuesta al artículo de Mbeki, Katherine Furman, candidata para el doctorado en Filosofía de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres, teorizó sobre lo que influyó a Mbeki a accionar como lo hizo durante su presidencia [13]:

The international scientific community made its disagreement with him explicit in the form of the Durban Declaration [14], a petition signed by more than 5000 scientists that endorsed the mainstream scientific view on HIV and AIDS.

It is clear that Mbeki should have taken the objections from scientists seriously, given that they are the experts. But part of what went wrong in the Mbeki case was that he was confused about who exactly the real scientific experts were. He believed that the denialist scientists he supported were an oppressed minority group [15] who had been unfairly treated by the scientific community – a feeling that was all too familiar to him emerging from the struggle against apartheid.

We could concede, albeit grudgingly, that maybe Mbeki’s confusion was understandable under the circumstances. But even when presented with the Durban Declaration, Mbeki didn’t step back and re-examine his views. This is an astonishing response.

La comunidad científica internacional hizo explícito su desacuerdo a través de la Declaración de Durban [14], una petición firmada por más de 5.000 científicos que respaldaban la visión predominante sobre el VIH y el sida.

Claramente, Mbeki tendría que haber tomado en serio las objeciones de los científicos, dado que son los expertos. Pero parte de lo que salió mal en el caso de Mbeki fue que él se confundió sobre quiénes eran realmente los expertos. El pensó que los científicos negacionistas a quienes apoyaba eran un grupo minoritario oprimido [15] que había sido tratado de manera injusta por la comunidad científica, un sentimiento que le recordaba demasiado a su propio surgimiento a partir de la lucha contra el apartheid.

Podríamos conceder, aunque a regañadientes, que tal vez la confusión de Mbeki era comprensible bajo las circunstancias. Pero aun frente a la Declaración de Durban, Mbeki no dio un paso atrás ni revisó su perspectiva. Es una respuesta increíble.

Tras la publicación del artículo de Mbeki, Kerry Cullinan, gerente editorial del sitio de noticias sobre salud Health-e.org, dijo que Mbeki [16] ha dejado claro que no se arrepentía de sus políticas:

I have often wondered whether former president Thabo Mbeki has regretted his stance on HIV and AIDS, given the remarkable increase in our life expectancy since he was bundled out of power.

But today, I wondered no more as Mbeki reiterated many of his bizarre beliefs on AIDS on his website as part of a series of letters he has been writing in an attempt to reframe his presidency.

While every year under Mbeki saw a decrease in our life expectancy by a year, once he was ousted and the new government adopted an aggressive approach to combatting HIV including widespread access to antiretroviral (ARV) medicine, life expectancy has grown each year by a year.

Con frecuencia me preguntaba si el expresidente Thabo Mbeki se había arrepentido de su postura sobre el VIH y el sida, dado el notable aumento de nuestra expectativa de vida desde su salida del poder.

Pero hoy dejé de preguntármelo cuando Mbeki reiteró muchas de sus extrañas creencias sobre el sida en su sitio web, en medio de una serie de cartas que escribió en un intento por reformular su presidencia.

Aunque cada año del gobierno de Mbeki vio una reducción en la esperanza de vida de un año, una vez que fue destituido y el nuevo gobierno adoptó un enfoque agresivo para combatir el VIH que incluyó un total acceso a los antirretrovirales (ARV), la expectativa de vida ha aumentado un año por cada año.

Sanele Sano Ngcobo, un encargado de curso de la Universidad de Pretoria, desafió a Mbeki [17] sobre el problema de los ARV:

Your article is indirectly denying the proven facts that antiretrovirals (ARVs) have saved lives of many South Africans.

I would like to share few ARV success stories with you.

In 2005, life expectancy in South Africa was 51 years and today it is 61 years. Zimbabwe’s life expectancy in 2000 was 44 years and today it is 60 years. Both South Africa and Zimbabwe introduced massive ARV programmes.

Due to ARVs, HIV-related deaths went down by:

  • 58 percent in South Africa
  • 71 percent in Ethiopia
  • 64 percent in Thailand, and
  • 87 percent in Senegal.

All these countries started massive ARV programmes. What more proof do we need that ARVs are saving lives of our people?

You have argued that the US pharmaceutical companies wanted to benefits from provision of ARVs, however on 19 April 2001 [18] your government successfully protected a law allowing the domestic production of cheaper, generic medicines – including ARVs – against a lawsuit filed by transnational pharmaceutical companies.

Why didn’t you invest in domestic companies to produce ARVs?

Su artículo niega de forma indirecta los hechos comprobados de que los antirretrovirales (ARV) han salvado la vida de muchos sudafricanos.

Quisiera compartir con usted algunas historias exitosas de los ARV.

En 2005, la expectativa de vida de Sudáfrica era de 51 años, y hoy es de 61. La expectativa de vida de Zimbabue en 2000 era de 44 años, y hoy es de 60. Tanto Sudáfrica como Zimbabue aplicaron programas masivos de ARV.

Gracias a los ARV, las muertes por causa del VIH disminuyeron:

  • 58 por ciento en Sudáfrica,
  • 71 por ciento en Etiopía,
  • 64 por ciento en Tailandia, y
  • 87 por ciento en Senegal.

Todos estos países iniciaron programas masivos de ARV. ¿Cuántas pruebas más necesitamos de que los ARV salvan la vida de nuestra gente?

Usted argumentó que las empresas farmacéuticas de los Estados Unidos buscaban obtener beneficios de la provisión de ARV; sin embargo, el 19 de abril de 2001 [18], su gobierno logró proteger una ley que permitía la producción local de medicamentos genéricos más baratos (incluso ARV) en contra de una demanda judicial iniciada por las empresas farmacéuticas multinacionales.

¿Por qué no invirtió en las empresas locales para producir ARV?

‘Una simple disculpa habría bastado’

En un comentario sobre el tema en Twitter, Africa is a Country dijo simplemente:

Haremos de cuenta que no vimos al expresidente sudafricano Thabo Mbeki reciclar su negacionismo del VIH/sida.

Por su parte, Muzi Maseko aconsejó al expresidente que se disculpara:

Una simple disculpa del expresidente Mbeki por su negacionismo sobre el VIH como causa del sida que resultó en 300.000 muertes habría bastado.

Sin embargo, Mbeki también tiene gente que lo apoya. Nande N trató de explicar la postura de Mbeki a sus detractores:

La postura de Mbeki no era la de negar la existencia del sida sino, más bien, sobre cuáles eran las etapas y las relaciones causales entre el VIH y el sida.

Msizi James quería que los debates sobre el expresidente fueran sobre sus otras cualidades como líder:

Hablemos de lo bueno que fue Mbeki. Aparte de no creer que el sida fuese un problema real.

Otro usuario pareció insinuar que será difícil para los expertos en VIH refutar el argumento de Mbeki:

Todos estos ‘expertos’ peatones del VIH/sida que gritan «negacionista del sida» van a tener dificultades para refutar lo que Mbeki dice al respecto.

Dos investigadores independientes sobre el sida, Anthony Brink y Chris Rawiins, quienes además refutan el consenso científico sobre la vinculación entre el VIH y el sida, se manifestaron a favor [25] del artículo de Mbeki.