En Jamaica emprendedores jóvenes y sordos están elaborando su propio café con un objetivo

The official opening of Deaf Can! Coffee in Kingston, Jamaica on March 17, 2015. Image courtesy Deaf Can! Coffee, used with permission.

La inauguración oficial de Deaf Can! Coffee en Kingston, Jamaica, 17 de marzo de 2015. Imagen cortesía de Deaf Can! Coffee, usada con permiso.

¿Qué tal un delicioso y recién tostado café Jamaican High Mountain?¿Un Honey Latte tal vez? ¿O un Nitro Cold Brew? El menú aquí puede que no sea tan poco habitual para una cafetería, pero este café es cualquier cosa menos común.

Carlyle Gabbidon de 27 años, y su colega Fabian Jackson de 21, dos jóvenes de cálidas e irresistibles sonrisas, nos atendieron en nuestra reciente visita a la sede de la empresa social Deaf Can! Coffee. Ambos son sordos.

Participa. Prepara. Empodera. Ese es el eslogan del emprendimiento, le explicó el cofundador y mentor del proyecto Blake Widmer a Global Voices:

Engagement is getting the young men involved and excited about the enterprise, ensuring they have a genuine sense of ownership. Once the interest is there, then it's important to be equipped — not just with the right skills — but the mindset and ‘I can’ attitude, along with the physical equipment. Empowerment just happens. It grows, naturally, as the business develops.

Participación implica lograr que los jóvenes se involucren y entusiasmen con el proyecto, asegurándonos que se sientan verdaderos propietarios. Una vez que tienen interés, entonces es importante estar preparados — no solo con las habilidades correctas — sino con la mentalidad y actitud de ‘yo puedo’, además del equipamiento físico. El empoderamiento simplemente sucede. Crece, naturalmente, a medida que se desarrolla el negocio.

La sede de la cafetería ¡Deaf Can! está situada en Kingston en el extenso campus del Centro cristiano para sordos del Caribe– una institución educativa con tres escuelas en la isla (las otras dos se encuentran en Montego Bay en la costa norte de Jamaica y en Knockpatrick, al oeste de la capital). Caminando cruzamos una gran área de césped desgastado donde se practican deportes y llegamos al nuevo edificio donde voluntarios extranjeros estaban ocupados pintando.

La luminosa sede, con enormes ventanas y mucha luz natural, recibió fondos para un desarrollo de energía solar de Digicel Foundation, que se dedica a asistir a la juventud desfavorecida en Jamaica. Deaf Can! Coffee fue inaugurado el 19 de marzo de 2015. Un año después, abrió un nuevo local, completamente equipado, también financiado por Digicel Foundation.

Aquí, los estudiantes aprenden no solo a hacer café, sino también cómo manejar todos los aspectos del negocio y a confiar en sus habilidades. En la actualidad, Deaf Can! Coffee no tiene una cafetería abierta al público; sin embargo, es un negocio muy dinámico, que empaca todo su equipo en una furgoneta y sale a la calle a servir café en reuniones, exposiciones y eventos comerciales. El negocio también vende café tostado y material de merchandising, como camisetas y tazas con su llamativo logo: dos puños uno sobre el otro, el de arriba en movimiento de trituración, que representa la expresión en lenguaje de señas jamaiquino para el café.

Gabbidon, gerente y barista en jefe, cuya formación original fue como alicatador, explicó:

We work together as a team. The important thing is to keep developing, practicing, and improving, knowing that mistakes will come but they are learning experiences. We don't want to sit back and do nothing. We want the whole world to know about us, to know that we are just like any other person.

Trabajamos juntos como equipo. Lo importante es seguir desarrollándonos, practicando y mejorando, saber que habrá errores pero que servirán de enseñanzas. No queremos sentarnos a no hacer nada. Queremos que todo el mundo nos conozca, que sepan que somos como cualquier otra persona.

Él y Jackson, cuyos padres se mudaron desde zonas rurales a la capital, Kingston, dijeron que se sienten heridos por las etiquetas que lamentablemente los jamaiquinos aún usan para referirse a las personas sordas. Jackson comentó:

We're not ‘disabled’. Everyone has their own talents. I hate it when people call us ‘dummy’. We are not dumb. Ironically, some people who call us dumb don't even have the literacy skills that we possess.

No somos ‘discapacitados’. Todos tenemos nuestros propios talentos. Odio cuando la gente nos dice ‘tontos’. No somos tontos. Irónicamente, algunos que nos dicen tontos ni siquiera tienen el nivel de alfabetización que nosotros tenemos.

Él continuó:

We are always told, ‘You can't.’ But we don't want others to see us negatively. We want to challenge the world and tell them: ‘We can do anything!’ We are not nervous any more. We are very confident.

Siempre nos dicen, ‘No pueden.’ Pero no queremos que los demás nos vean de manera negativa. Queremos desafiar al mundo y decirles: ‘¡Podemos hacer lo que sea!’ Ya no estamos nerviosos. Tenemos confianza.

Evelyn Clarke, the deaf farmer from St. Elizabeth and the inspiration for Deaf Can! Coffee, trying something out during a visit to Kingston. Image by Emma Lewis, used with permission.

Evelyn Clarke, un granjero sordo de St. Elizabeth y la inspiración de Deaf Can! Coffee, probando café durante una visita a Kingston. Imagen por Emma Lewis, usada con permiso.

La inspiración para el emprendimiento surgió durante una excursión que un grupo de 17 estudiantes hizo a la localidad de Top Hill en la zona rural de St. Elizabeth (el lugar de origen de la esposa de Widmer, Tashi Bent-Widmer). Allí, ellos conocieron a Evelyn Clarke, un granjero sordo que cultiva y tuesta su propio café. Él se convirtió en su modelo a seguir.

Los estudiantes decidieron fundar una cafetería en el campus con la ayuda de la organización religiosa Harvest Call de Jamaica. Las puertas de aquel negocio ahora están cerradas al público, pero Deaf Can! Coffee continúa ofreciendo servicios de cafetería para eventos. Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de visitar la cafetería original, donde vimos el mortero y la maza tradicionales que Clarke usaba para moler su café, así como también el equipo original de los estudiantes adquirido con sus propios fondos.

No mucho después de que Deaf Can! Coffee fue fundado, integrantes de Sidecar Coffee de Cedar Falls, Iowa, EE. UU. volaron a Jamaica para brindar dos días de capacitación en elaboración de café. También recibieron clases de un experto local en arte en café. Luego, se invirtieron los roles: en la siguiente visita de Clarke, los estudiantes le mostraron sus habilidades en elaboración y tostado de café.

Sólidas alianzas como estas han sido clave para el desarrollo de Deaf Can! Coffee. El diseñador gráfico sordo Justin Forbes está trabajando en los logos de dos de sus nuevos productos, Nitro Cold Brew y Cold Coffee Energy Drink. Kemoy Campbell, ex alumno de la escuela que actualmente estudia ciencias de la computación en el Instituto de Tecnología Rochester y empresario del sector tecnológico, diseñó el dinámico sitio web de Deaf Can! Coffee, y participará en una pasantía en el verano para diseñar «terminales de autoservicio.» El precioso y brillante mostrador de caoba azul fue realizado por residentes de Jamaica Deaf Village, que aún es una obra en progreso en la zona central de Jamaica. Se trata de personas sordas que se apoyan mutuamente.

Carlyle Gabbidon, the chief barista. Photo by Deaf Can! Coffee, used with permission.

Carlyle Gabbidon, el barista jefe. Fotografía por Deaf Can! Coffee, usada con permiso.

Deaf Can! Coffee incluso recibió la visita de una invitada muy especial en febrero: Claudia Gordon, la primera abogada sorda de EE. UU. Originaria de la zona rural de Jamaica, ella se mudó a EE. UU. cuando tenía 11 años y se convirtió en defensora pública de los derechos de los sordos; durante la administración Obama se desempeñó como directora adjunta de la Oficina de participación ciudadana de la Casa Blanca como asesora en asuntos de discapacidad, entre otros cargos.

Deaf Can! Coffee tiene planes de diversificarse e incluir además un menú de cafetería en el futuro próximo. Durante nuestra estadía, el supervisor Stephen McFarlane nos mostró parte del nuevo equipamiento que está listo para ser instalado, incluyendo un horno y una barra de ensaladas.

El objetivo en Deaf Can! Coffee es desarrollar una cultura «colectiva, saludable y compasiva», señaló el cofundador Blake Widmer:

It is a social enterprise with purpose, and we also want it to be sustainable. It must be an inclusive culture, too, that draws people to it…

Esta es una empresa social con un propósito, y también queremos que sea sustentable. Debe ser también una cultura inclusiva que atraiga a la gente …

Con gran cantidad de ONG jamaiquinas como Respect Jamaica trabajando para lograr una sociedad más inclusiva y tolerante, emprendimientos como este pueden contribuir a derribar las barreras de la discriminación. Descubra más sobre Deaf Can! Coffee en su sitio web, o sígalos en Facebook, TwitterInstagram.

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