Los músicos de Kirguistán y su emotiva interpretación del tema de ‘Juego de tronos’

Screenshot of video uploaded by Zanoza.kg.

Captura de pantalla del video de YouTube subido por Zanoza.kg.

Juego de Tronos y Kirguistán tienen mucho en común: paisajes poéticos, costumbres fantásticas y una tradición de turbulencia política producto de la división entre los grandes poderes del norte y el sur.

Ahora, los músicos de la compañía de folclore etnográfico de Kirguistán Ordo Sakhna interpretan el tema introductorio de la conocida serie como nunca antes se había oído, en una presentación organizada por el medio local Zanoza.kg y la filial nacional de Internews, un auspiciante para el desarrollo de medios de comunicación con base en Washington.

La música tradicional kirguisa

La independencia trajo consigo un renovado interés en los instrumentos tradicionales del país de Asia Central, especialmente el komuz, que es un elemento habitual en los hogares kirguisos y el favorito de los conciertos nacionales que engalanan las ocasiones más importantes.

Kyrgyz musical instruments featuring on the one som note that has since been withdrawn from circulation.

Los instrumentos musicales kirguisos figuraban en el billete de un som, hoy retirado de circulación.

Sin embargo, incluso en los tiempos soviéticos, era muy conocido el afecto nacional por ese instrumento, como lo demuestra el siguiente fragmento del libro de legendario escritor kirguiso Chingiz Aitmatov, La chica de la chalina roja:

Over the radio came a tune I knew, played on the komuz. It was a Kyrgyz song which always made me think of a lonely horseman riding through the twilit steppe. He has a long journey before him, the steppe is vast, he can think at leisure and softly sing a song, sing on what is in his heart. A man has many things to think over when he is alone, when the only sound in the stillness about him is the rhythmic thud of his horse’s hoofs. The strings of the komuz rang gently, like water rippling over smooth, clean stones . The komuz sang of the sun setting behind the hills, of the cool blueness sweeping stealthily over the ground, and of the wormwood and yellow feather grass stirring and swaying, shedding their pollen on the sun-baked road. The steppe would listen to the rider and sing with him…

De la radio brotaba una melodía conocida, tocada con el komuz. Era una canción kirguisa que siempre me hacía evocar a un jinete solitario que cabalga en una estepa iluminada por el crepúsculo. Tiene un largo camino por delante, la estepa es extensa, puede pensar con tranquilidad y cantar suavemente, cantar lo que lleva en el corazón. Un hombre tiene mucho en qué pensar cuando está solo, cuando el único sonido en la quietud a su alrededor es el golpe rítmico de los cascos del caballo. El delicado sonido de las cuerdas del komuz parece agua que se desliza sobre piedras lisas y limpias. El komuz cantaba sobre el sol que desciende tras las colinas, sobre el azul fresco que recorre sigilosamente la tierra, y sobre el ajenjo y la estípite amarilla que se agita y se balancea, y esparce su polen sobre el camino bañado por el sol. La estepa escuchaba al jinete y cantaba con él…

Para saber más acerca de la música tradicional kirguisa, el blog de Dennis Keen, KeenonKyrgyzstan, es un excelente recurso en lengua inglesa.

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