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Desaparece un bloguero y fotógrafo keniano

Categorías: África Subsahariana, Kenia, Derechos humanos, Medios ciudadanos, GV Advox
Kenyan blogger and street photographer Msingi Sasis. Photo from his Twitter account.

Bloguero y fotógrafo callejero keniano Msingi Sasis. Imagen de su cuenta de Twitter.

El bloguero y fotógrafo callejero keniano Msingi Sasis [1] ha desaparecido [2]. Msingi fue detenido el año pasado cuando estaba sacando fotos del centro comercial Galleria en Nairobi por la noche. Fue llevado a una comisaría de policía en Nairobi por «sospecha de terrorismo» y luego fue liberado sin cargos u objeciones mayores.

Varios medios de comunicación informaron sobre su arresto. A pesar del hecho de que simplemente estaba sacando fotos, una actividad que a veces desencadena el acoso de la policía, Msingi se quedó con la reputación de ser un «sospechoso terrorista».

Antes de su desaparición, escribió [3] en su página de Facebook el 6 de mayo sobre cómo su detención y la etiqueta de «sospechoso de terrorismo» destruyeron su carrera y subsistencia:

Ever since I was arrested as a ‘terrorism suspect’ one year ago my life has been shut down and I have become practically jobless.

It has become near impossible for me sell any art or get any meaningful work as almost no one, both individuals and organisations, are willing to do a financial transaction or even be involved with a ‘terror suspect’.

A ‘terror suspect’ is what my life has been in the past one year. Being a ‘terror suspect’ means I have not been able earn a living at all. Not being able to earn a living has ment I that I have fallen into and have been accumulating multiple debts.

I have suffered this silently and alone, until this point. I have to tell everyone who found any insight and inspiration in my work goodbye.

This week auctioneers siezed [sic] everything in my studio. Every valuable thing they placed their hands on. All my cameras, computers, printers, other equipment, and anything that can quickly be sold including hard drives that had every work I have ever created. It's all gone.

I have also defaulted on my rent for many months now and have been issued with an eviction notice which has already expired. What ever was left by the auctioneers in the form of clothing, furniture, and other personal items will be detained by the owner of the property and their agent to recover defaulted rent.
In the next few hours I will be homeless.

I am also shutting down Nairobi Noir. Now to find a place where I can sleep on these street I have come to know. Hope for me that somewhere along the way I will get on my feet again. This is the life of an artist as a ‘terrorism suspect’.

Desde que me detuvieron por ser «sospechoso de terrorismo» hace un año mi vida se ha paralizado y prácticamente me he quedado sin trabajo.

Me ha sido casi imposible vender arte o conseguir trabajo significativo ya que casi nadie, tanto particulares como organizaciones, están dispuestos a hacer una transacción financiera o incluso a estar involucrados con un «sospechoso de terrorismo».

Ser «sospechoso de terrorismo» es lo que ha sido mi vida este último año. Ser «sospechoso de terrorismo» significa que no he sido capaz de ganarme la vida. No ser capaz de ganarme la vida ha significado que he acabado acumulando múltiples deudas.

He sufrido esto en silencio y solo, hasta este punto. Tengo que decirle adiós a todo el mundo que pudo reflexionar y encontró inspiración con mis obras.

Esta semana los subastadores se apoderaron de todo lo que había en mi estudio. Cualquier cosa valiosa que había la cogieron. Todas mis cámaras, ordenadores, impresoras, otros equipamientos y cualquier cosa que se pudiese vender rápidamente incluyendo discos duros que tenían todas las obras que había creado. Todo se ha perdido.

Tampoco he pagado mi alquiler durante ya muchos meses y se me ha notificado una orden de desalojo que ya ha expirado. Lo que los subastadores no se hayan llevado de ropa, muebles y otros objetos personales será retenido por el propietario y su agente para recuperar el dinero del alquiler perdido.
En las próximas horas seré un sin techo.

También voy a cerrar Nairobi Noir. Ahora a encontrar un lugar donde pueda dormir en estas calles que he acabado conociendo. Deséenme que en algún momento consiga recuperarme de todo esto. Esta es la vida de un artista visto como un «sospechoso de terrorismo»

Las personas que han seguido este caso han utilizado Twitter y Facebook para ofrecer ayuda. La colega Janice Kihanya comentó [4]:

am sooo sorry.People,I know Msingi personally and his work is breathtaking.He has been published here and abroad.He lives in the same estate as I and technically me n him are in the same business and he is kind with his knowledge.Please,if there is someone that can help him please do.He was arrested a while back for taking pictures in public and his cameras confiscated.

Lo siento tanto. Gente, conozco a Msingy personalmente y su trabajo es impresionante. Ha publicado aquí y en el extranjero. Vive en el mismo estado que yo y técnicamente él y yo estamos en el mismo negocio y es muy amable con su sabiduría. Por favor, si hay alguien que pueda ayudarle que por favor lo haga. Fue detenido hace bastante tiempo por sacar fotos en público y le confiscaron las cámaras.

Mohamed Haji conectó la experiencia de Msingi a la «guerra sobre el terrorismo» [5]:

Sadness never ceases in our country. This is where the foreign war called war on terror has taken us.

La tristeza nunca cesa en nuestro país. Aquí es a donde la guerra extranjera llamada guerra sobre el terrorismo nos ha llevado.

El artista Ralf Rafee enfatizó con su situación [6]:

Another bright mind & talented artist being silenced. Being myself under fire and extreme pressure for my own work, I can fully adhere to what he is saying. At this rate, where Kenya is going, I am close to a similar ordeal myself. Msingi Sasis, whereever you are now, I hope you will survive this!

Otro artista brillante y con gran talento silenciado. Estando amenazado y bajo extrema presión por mi propio trabajo, puedo entender completamente lo que está diciendo. A estas alturas, viendo a donde está yendo Kenia, estoy cerca de vivir la misma dura experiencia. Msingi Sasis, dondequiera que estés, ¡espero que sobrevivas a esto!

Boniface Mwangi, un fotógrafo keniano, tuiteó que Msingi había desaparecido:

Familia, amigos y compañeros de @MsingiSasis le están buscando. No volvió a hablar tras esta publicación. Msingi da señales

Archer Mishale preguntó qué podía hacer para ayudar:

Una historia realmente triste la de Msingi Sasis, el fotógrafo detrás de @NairobiNoir. ¿Qué podemos hacer para ayudar a un hermano?

Tras leer la publicación de Msingi, Rand Pearson [2], editor de la revista en línea UP Nairobi [12] y compañero de Msingi, escribió:

The undeserved harassment, defamation of his name, and resulting loss of livelihood was bound to take its emotional and physiological toll. Msingi had mentioned to people close to him that he was depressed and borderline suicidal, which makes his disappearance even more alarming.

But there is something else that Msingi’s disappearance represents, and it is not a commentary on the corrupt wheels of justice or his Facebook post; it is the very attitude we hold for art, beauty and the people who create it.

It’s easy to conclude through my experience and observations in running UP Magazine, that Kenya can at times be ‘no country for artists’. They do so at their own risk, own reward, or their own peril.

El acoso inmerecido, difamación de su nombre, y la resultante pérdida de su sustento estaba destinado a costar un daño psicológico y emocional. Msingi había mencionado a personas próximas a él que estaba deprimido y al límite del suicidio, lo que hace que su desaparición sea aún más alarmante.

Pero existe algo más que representa la desaparición de Msingi, y no es un comentario sobre las ruedas corruptas de la justicia o sobre su publicación en Facebook; es la propia actitud que tenemos con el arte, la belleza y las personas que lo crean.

Es fácil concluir que a través de mi experiencia y observaciones al mando de UP Magazine que Kenia puede no ser a veces «un país para artistas». Lo hacen a su propio riesgo, a su propia recompensa, a su propio peligro.