- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Portugal: Sobre la des (igualdad) de trato entre mujeres y hombres

Categorías: Europa Occidental, Portugal, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política
Imagem: ClipArtBox / Domínio público

Imagen: ClipArtBox [1] / Dominio público

El Bloque de Izquierda (BI), partido que registró el mayor incremento en votos y mandatos en las últimas elecciones legislativas en Portugal, pretende que la Tarjeta de Ciudadano portugués sea sustituida por una nueva Tarjeta de Ciudadanía. La tarjeta de ciudadanía [2], creada en 2008 en pleno primer mandato del gobierno de José Sócrates, surgió como una imagen de marca del entonces nuevo plan de modernización de la administración pública, que pretendía juntar en una única tarjeta los diferentes datos de identificación de los ciudadanos y ciudadanas.

Ocho años después, a diferencia del antiguo Billete de identidad, más inclusivo y neutro en su designación, surge la primera polémica relacionada con la Tarjeta de Ciudadano: una tarjeta que, para la diputada Sandra Mestre da Cunha, electa por el círculo electoral de Setúbal, “reproduce las representaciones sociales de género”. [3] La diputada refiere en su cuenta oficial [4] de Facebook, que:

Há sempre quem se empenhe em travar a mudança argumentando que há assuntos mais importantes. Mas parece-me óbvio que os assuntos assumem graus de importância diferentes para pessoas diferentes. E a democracia serve também para resolver estes «conflitos de opinião». Não fosse ela e alguns dos maiores avanços civilizacionais teriam ficado na gaveta sob o eterno argumento de que há sempre «coisas mais importantes» ou que se está a perder tempo com «fait-divers».

Existe siempre quien se empeña en trabar el cambio argumentando que hay asuntos más importantes. Pero me parece obvio que los asuntos asumen grados de importancia diferentes para personas diferentes. Y la democracia sirve también para resolver estos «conflictos de opinión». Si no fuese por ella algunos de los mayores avances de la civilización que hubiesen quedado en el cajón bajo el eterno argumento de que hay siempre «cosas más importantes» o que se está perdiendo el tiempo con «cosas diversas».

El  último proyecto de resolución [5] presentado por el Bloque de Izquierda, dice que:

É tarefa fundamental do Estado promover a igualdade entre mulheres e homens, sendo princípio fundamental da Constituição da República Portuguesa e estruturante do Estado de direito democrático a não descriminação em função do sexo ou da orientação sexual.

Es tarea fundamental del Estado promover la igualdad entre mujeres y hombres, siendo principio fundamental de la Constitución del la República Portuguesa y de estructuración del Estado de derecho democrático la no discriminación en función del sexo o la orientación sexual.

El BI (Bloque de Izquierda) se basa así en la Resoluçión del Consejo de Ministros n.º 103/2013 [6], que se refiere al V Plan Nacional para la Igualdad de Género, Ciudadanía y la No Discriminación 2014-2017, donde se refiere la idea de que “la lengua que utilizamos reproduce, como es sabido, las representaciones sociales de género predominantes en un determinado contexto histórico y cultural, reflejándose luego, muchas veces, en verdaderas prácticas discriminatorias. De esta forma, se debe garantizar que, desde luego, una Administración Pública adopte una lengua escrita y visual que dé igual estatuto y visibilidad a mujeres y hombres en los documentos producidos, editados y distribuidos”.

Tarjeta de Ciudadano pasa a Tarjeta de Ciudadanía 

Frente do Cartão de Cidadão Português. Foto: PT Joel (Own work) Wikimedia Commons

Frente de la Tarjeta de Ciudadano Portugués. Foto: PT Joel (trabajo propio) Wikimedia Commons.

A pesar de que Portugal esté entre los 20 mejores países en que la igualdad de género [7] dice respetarse, los datos del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) nos muestran que «las mujeres tienen menos probabilidades de ser bien remuneradas – tres de cada cuatro horas no se les paga-, reciben en promedio menos del 24% de los sueldos de los hombres y ocupan menos de un cuarto de posiciones de dirección. «En este sentido, y enfocándose en las condiciones de desigualdad de género, el grupo parlamentario del Bloque de Izquierda propone una alteración en la designación de la Tarjeta de Ciudadano a Tarjeta de Ciudadanía, por considerar que se debe valorizar «este documento de indentificación que no debe quedar restricto a la formulación masculina, que no es neutra, y debe, al contrario, beneficiar una formulación que responda también a su papel de identificación afectiva y simbólica, el más profundo respeto por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres”.

Para muchos y para muchas, este asunto se entiende, como una alteración de una élite intelectual inquieta, para otros una cuestión prioritaria de seguimiento de medidas que puedan satisfacer las líneas generales del Plan Nacional para la Igualdad de Género, Ciudadanía y No discriminación.

En las redes sociales, los argumentos se multiplican. De los defensores de la medida, aquellos que la hallan equivocada o irrelevante, surgen comentarios que evidencian un asunto que estará lejos de ser consensual. Como describe el comentarista político Pedro Marques Lopes en su perfil de Facebook [8]:

Gosto tanto dos do politicamente correcto como dos do que adoraaaaam ir contra o politicamente correcto. Digamos que tem dias. Mas esta proposta ultrapassa todos os limites da patetice.
Correndo o risco de ouvir um sonoro retalis digo: e trabalhar, pá?

Me gustan tanto los políticamente correctos como los que adoran ir contra lo políticamente correcto. Digamos que tenemos días. Pero esta propuesta supera todos los límites de lo patético.
Corriendo el riesgo de oír una respuesta sonora digo: ¿y trabajar?

También en esta red social, el investigador Pedro Pereira Neto tiene otra opinión y refiere lo siguiente en su página de Facebook [9]:

Outra vez, e outra vez, e outra vez, vejo as/os discriminadas/os a fazerem o jogo de quem discrimina: «não é importante», «não é o timing adequado», «não faz diferença. Caramba, estamos no século XXI: não era altura de aprenderem com a Historia e de reconhecerem que começam sempre por recusar uma mudança de cujos benefícios depois não abdicam? Se o movimento sufragista tivesse aceite o argumento de que «não era importante» o voto, ainda hoje seria um exclusivo masculino. Importante é terminar tudo o que discrimina, onde quer que discrimine, e não, não é discriminaçoezinhas e discriminaçoezonas: ou há discriminação ou não há.

Otra vez, y otra vez, y otra vez, veo las/los discriminadas/os hacer el juego de quien discrimina: «no es importante», «no es el término adecuado», «no hay diferencia». Caramba, estamos en el siglo XXI: ¿no es momento de aprender con la Historia y de reconocer que comienzan siempre por rechazar un cambio de cuyos beneficios después no abdican? Si el movimiento sufragista tuviese aceptación al argumento de que «no es importante» el voto, aún hoy sería exclusivamente masculino. Es importante determinar todo lo que discrimina, donde quiera que discrimine, y no, no son discriminaciones pequeñas o grandes: o hay discriminación o no la hay.

Já Inês Quintanilha, otra usuaria de Facebook, tiene una opinión bastante más aproximada de la de Pedro Neto, refiriéndose a que [10]:

O fim do patriarcado também passa pela linguagem, afectando de modo positivo/simples/prático futuras gerações. Este é, quanto a mim, um episódio que mostra bem a resistência à igualdade de género, achincalhando e menorizando, tornando praticamente estéril um debate sério sobre a desigualdade que grassa e o tanto que há por conquistar.

El fin del patriarcado también pasa por la lengua, afectando de modo positivo/simple/práctico a las futuras generaciones. Este es, en mi opinión, un episodio que muestra bien la resistencia a la igualdad de género, achicando o minimizando, volviendo prácticamente estéril un debate serio sobre la desigualdad que reina y que tanto ha de conquistar.

Apoyaremos todos y todas, tomaremos todos y todas nuestra parte en esta discusión, para muchos innecesaria y para otros de mayor importancia, por el momento organizaciones como las Naciones Unidas [11] e informes como la Declaración de Pekín y Plataforma de Acción [12] continúan apuntando al hecho que la igualdad de género sea una especie de fin que demorará largas décadas para ser alcanzado, reproducido en los más variados dominios, incluido el dominio de las normas masculinas y representaciones sociales.