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Diecisiete exministras denuncian el acoso sexual que sufrieron de políticos franceses

Categorías: Europa Occidental, Francia, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Mujer y género, Voces fortalecidas: Mujeres en política
Captura de pantalla del vídeo de concienciación sobre acoso de la asociación Igualdad en Derecho [1]

Captura de pantalla del vídeo de concienciación sobre acoso de la asociación Igualdad en Derecho

Cuando se es mujer, los pasillos del poder son, en ocasiones, tan opresivos como que te silben en la calle por la noche. Intentos de violación, violencia sexista, acoso sexual y discriminación en el trabajo, eso es lo que las políticas electas sufren a diario en Francia, incluso en el seno de las instituciones estatales. Hasta hace poco, se imponía el silencio por temor a la estigmatización o por intimidaciones políticas, sociales y familiares. Pero el miedo comienza a cambiar de bando. De hecho, 17 mujeres, exministras de todas las tendencias políticas, han decidido que no van a seguir guardando silencio. Bajo el lema «No nos callaremos más» denuncian el triste día a día de la vida de las mujeres, incluso las más poderosas. Este es el vídeo que resume su acción:

Todo empezó con las revelaciones sobre el comportamiento atribuido a Denis Baupin, diputado por la lista Europe-Ecologie-Les Verts [2] antes de su dimisión a mediados de abril. En total, ocho mujeres de ese partido denunciaron en France Inter [3] y en la web Mediapart [4] los gestos inapropiados que supuestamente les había dedicado y que podrían calificarse de acoso sexual.

Denis Baupin niega los hechos, pero de todas formas ha presentado su dimisión como vicepresidente de la Asamblea Nacional. En un caso de violación o acoso sexual suele ser difícil conseguir pruebas, ya que a menudo se trata de la palabra de la víctima contra la de su verdugo. No obstante, en la actualidad, los comentarios que se pueden leer en las redes sociales sobre la experiencia y las nuevas tecnologías permiten apoyar y corroborar los testimonios de las víctimas. Este es el caso de Elen Debost, adjunta a la alcaldía de Mans, que habría recibido una centena de mensajes de texto, y de Isabelle Attard, diputada por Calvados, que también habría recibido decenas de estos mensajes de Baupin antes de abandonar el partido.

En un mensaje publicado el 9 de mayo de 2016 [5] y publicado en YouScribe, que ha registrado 34,478 visitas y ha sido comentado en otras muchas webs, Elen Debost aclara las razones que la impulsaron primero a callarse y después a denunciar públicamente la humillación que había sufrido por parte de Baupin, con la intención de evitar un calvario similar a otras mujeres. Debost explica que la posición de diputado de Baupin le confiere poderes que aumentan su capacidad de hacer daño [5]:

Le 11 mars dernier je découvrais une photo où 8 députés masculins, paradaient, barbouillés de rouge à lèvre en soit disant soutien, à la journée internationale des droits des femmes. Parmi ces 8 hommes, figurait le député Denis Baupin, prise de nausée j'ai vomi. 

Pourquoi cette nausée?

Automne 2011, un peu en amont des désignations internes des candidat-es aux législatives sur les circonscriptions «réservées», Monsieur Baupin m'appelle pour me demander de le soutenir lors du vote interne de notre motion pour la désignation des candidat-es. J'accepte, flattée… S'en ai suivi plusieurs mois de harcèlement sexuel, par SMS. Des messages à caractères sexuels, des avances, des propos obscènes.

L'image de cet homme barbouillé de rouge à lèvre est comme un crachat, une provocation à toutes ses victimes, un «regardez bien comme je vous emmerde». Cette image provoque la nausée, elle démontre le sentiment d'impunité et de toute puissance qui est le sien.

El pasado 11 de marzo descubrí una foto en la que 8 diputados masculinos se pavoneaban, embadurnados de carmín, en supuesto apoyo al día internacional de los derechos de las mujeres. Entre esos ocho hombres figuraba el diputado Denis Baupin, y presa de las náuseas, vomité.

¿Por qué esas náuseas?

Otoño de 2011, poco antes de la designación interna de los candidatos a las legislativas de las circunscripciones «reservadas», el señor Baupin me llamó para pedir mi apoyo en el voto interno de nuestra moción para la designación de los candidatos. Yo acepté, halagada… Y siguieron varios meses de acoso sexual por SMS. Mensajes de carácter sexual, insinuaciones, proposiciones obscenas.

La imagen de este hombre pintarrajeado con rojo de labios es como un escupitajo, una provocación a todas sus víctimas, un «miren cómo las jodo». Esta imagen provoca náuseas, demuestra el sentimiento de impunidad y de poder absoluto que tiene.

Las mujeres no están a salvo de estos acosos en ningún partido político. Roselyne Bachelot, [6] exministra en varios gobiernos de derechas durante la presidencia de Jacques Chirac, reveló en una entrevista [6] publicada el 14 de mayo por l'Événement que «el sexismo es sin duda lo más compartido entre los partidos políticos».

Y no será Aurore Bergé quien la desmienta. De hecho, esta diputada por Yvelines de la lista Les Républicains publicó un mensaje en su página de Facebook apenas unas horas después de las revelaciones atribuidas a Denis Baupin, en el que revela una experiencia vivida en una reunión, que titula Scène de la vie politique ordinaire [7] («Escena de la vida política ordinaria»):

Je suis accueillie par un «quand je te vois, j'ai envie de te faire une Baupin.» J'ai passé la journée à lire les témoignages de celles qui ont osé parler. A les relayer. Et à espérer que cela participe à changer les comportements.

Et je me trouve navrante dans mon incapacité à réagir.

Un autre élu enchaîne avec un «quand on voit Aurore, on a le bâton de Berger». C'est gras, c'est vulgaire, c'est grossier. C'est pathétique. Il a l'âge d'être mon père (ils en ont un peu tous l'âge)…

Mais quand ça t'arrive, tu ne sais pas comment réagir. Tu es sidérée. Bloquée. Tu lui fous une claque ? Tout le monde te regarderait. Tu ne ris pas ? Tu n'es décidément pas faite pour la politique. Et puis, c'est drôle, non ? C'est un bon mot après tout. Tu te regardes.

Me recibe un «cuando te veo, tengo ganas de hacerte un Baupin». He pasado el día leyendo los testimonios de las que se han atrevido a hablar. A difundir estos testimonios. Y a esperar que esto contribuya a cambiar los comportamientos.

Y me veo miserable por mi incapacidad de reaccionar.

Otro diputado sale con «cuando veo a Aurora, me pongo palote». Es obsceno, es vulgar, es grosero. Es patético. Tiene edad para ser mi padre (todos tienen cierta edad).

Pero cuando te pasa eso, no sabes cómo reaccionar. Te quedas alucinada. Bloqueada. ¿Le das una bofetada? Todo el mundo te miraría. ¿No te ríes? Decididamente, no estás hecha para la política. Además es gracioso, ¿no? Después de todo es un halago. Háztelo mirar.

En la página de Rue89 en Facebook ha habido numerosas intervenciones contradictorias, como en muchas otras webs. Uno de los participantes, Gregory Gégé, manifestó [8] que el acoso también puede dirigirse a los hombres:

Je suis un homme et on me prends aussi pour un coincé de service …. Par les femmes de la boîte

Je ne supporte pas qu'on traite un gars «d'avion de chasse » ou qu'on vienne me dire que ce serait cool qu'on arrive tous en kilt …. Sans culotte bien entendu ….

Résultat : je ne parle plus aux femmes mis à part au niveau professionnel…

Yo soy hombre y también me toman por el mojigato oficial… las mujeres de las discotecas.

No soporto que se trate a un tío de «ave de presa» o que me vengan a decir que estaría muy bien que fuéramos todos con falda escocesa… sin calzoncillos, claro…

Resultado: Ya no hablo con mujeres si no es en el ámbito profesional…

Este comentario provocó [9] la indignada reacción de Stéphanie Bodo:

Gregory Gégé, auriez vous un probleme avec les femmes?… entre passer pour le “coincé de service” et se faire peloter par un vieux libidineux dans un metro ou dans un ascenceur, il y a un monde, non?

Gregory Gégé, ¿tienes un problema con las mujeres? Entre pasar por el «mojigato oficial» y que te sobe un viejo libinidoso en el metro o en un ascensor hay una enorme diferencia, ¿no?

Otra lectora, Nathalie Schmitt, recuerda que las mujeres no son las únicas víctimas [10] de acoso sexual:

Effectivement je ne nie pas contrairement à pas mal de féministes que l'inverse existe aussi. J'ai assisté à des attitudes professionnelles dérangeantes de la part de certaines femmes. Je me souviens avoir eu une discussion avec un collègue masculin en lui disant de faire attention. Le harcèlement sexuel et moral n'a pas de sexe… De même qu'il ne faut pas nier qu'il existe bien des hommes battus et des femmes violeuses ou incestueuses. Merci Gregory Gégé pour votre commentaire.

Por supuesto, contrariamente a bastantes feministas, yo no niego que también existe el problema inverso. He visto actitudes profesionales molestas por parte de ciertas mujeres. Recuerdo haber tenido una discusión con un colega por decirle que tuviera cuidado. El acoso sexual y moral no tiene sexo… Al igual que no se puede negar que existen hombres maltratados y mujeres violadoras o incestuosas. Gracias Gregory Gégé por tu comentario.

Emilie Jedrzejczak [11] señala el sentimiento de impunidad que podría justificar el comportamiento condenable [12] de ciertos hombres políticos respecto a las mujeres:

Tant que les politiques se sentiront au dessus de tout le monde et des lois, à tous les niveaux, le pays n'avancera pas d'un millimètre… A quand des gens normaux pour nous gouverner ?! Qui ont de l'expérience, qui ont du transpirer pour gagner leur vie ! A part nous faire vomir ils servent à quoi ?

Mientras los políticos se sientan por encima de todo el mundo y también de la ley, en todos los niveles, el país no avanzará ni un milímetro… ¿Cuándo tendremos a personas normales como gobernantes? ¡Que tengan experiencia, que hayan tenido que sudar para ganarse la vida! Aparte de hacernos vomitar, ¿para qué sirven?

La omertà que oculta las acciones de los políticos queda confirmada por el comportamiento de Emmanuelle Cosse, ministra de Vivienda y esposa de Denis Baupin, que se encontraba a la cabeza del partido Europe Ecologie-Les Verts entre noviembre de 2013 y febrero de 2016, mientras su marido humillaba a sus colegas, según el blog decryptnewsonline.com [13], que cita a un testigo directo:

«Quand il y a eu des allusions à ça, assez récemment lors d'un conseil fédéral, à la surprise générale, la personne qui est montée à la tribune pour demander qu'on arrête de discuter de ça, c'est sa compagne, c'est Emma Cosse qui a dit : ‘stop, j'ai interdit qu'on poursuive ce débat. On réglera ça ailleurs et dans d'autres conditions'»

Cuando se hicieron alusiones a este caso, hace muy poco, durante un consejo federal, para gran sorpresa de todos, la persona que subió a la tribuna para pedir que se dejara de discutir sobre esto fue su compañera, fue Emma Cosse la que dijo: «vale, he prohibido que siga este debate. Esto lo solucionaremos en otra parte y en otras condiciones».

Lamourere Odile recuerda a las mujeres [14] que no tienen la suerte de estar en el punto de atención de los medios, pero sufren todos los días el acoso y otros comportamientos impropios por parte de sus patronos:

Ca commence à bien faire…..pensons aux femmes au smic qui n'ont pas le pouvoir de réagir… et pour qui dénoncer équivaut a être sur la paille.. Les femmes qui montent au créneau actuellement ont les moyens de se défendre…Signé: une féministe 1ère génération !

Esto comienza a hacernos… pensemos en las mujeres con un salario mínimo que no tienen la posibilidad de reaccionar… y para las que denunciar equivale a un desastre… Las mujeres que salen a la palestra ahora tienen los medios para defenderse… Firmado: ¡Una feminista de 1ª generación!

Antes de Baupin, otros miembros del gobierno francés habían tenido comportamientos inadecuados. Daniel Schneidermann [15] escribió en un artículo publicado [16] en la web arretsurimages.net:

Un an plus tard, parait le livre de deux journalistes, Stéphanie Marteau et Aziz Zemouri. Dans leur version, Sapin (désormais nommé) aurait «fait claquer l'élastique de la culotte» de la journaliste incriminée. Avec ce claquement de l'élastique, l'affaire prend une autre dimension. Mais voilà que l'élastique est contesté, par les mêmes journalistes du collectif «Bas les pattes», selon lesquelles Sapin, en réalité, aurait touché «le bas du dos» de la journaliste. «Il n'y avait ni culotte, ni string, ni élastique»précisent les journalistes du collectif. «Le bas du dos» étant l'euphémisme habituellement employé pour désigner les fesses, le mystère s'accroit.

Un año después, aparece el libro de dos periodistas, Stéphanie Marteau y Aziz Zemouri. En su versión, Sapin habría «hecho chasquear el elástico de las bragas» de la periodista involucrada. Con este chasqueo de elástico, el caso toma un nuevo cariz. Pero resulta que las mismas periodistas del colectivo «Bas les pattes» rebaten lo del elástico, y según ellas, Sapin, en realidad, habría tocado «la parte baja de la espalda» de la periodista. «Ni había bragas, ni tanga, ni elástico», precisan las periodistas del colectivo. «La parte baja de la espalda» es el eufemismo que habitualmente se emplea para designar las nalgas, el misterio aumenta.

Por simple decencia, estos hombres poderosos deberían haber intentado no llamar la atención, pero impulsados sin duda por el sentimiento de impunidad, tratan de imponer un pacto de silencio [17] a todos los que quieren hacerse eco de las acusaciones que se les imputan:

Que s'est-il passé dans l'esprit d'un élu de la nation pour qu'il s'attaque directement à un principe démocratique fondateur de notre République : la liberté de la presse ? Par deux fois, Denis Baupin, via son avocat, a tenté de faire l'omerta sur une enquête menée à son encontre pour des faits de harcèlements et d'agressions sexuelles.

¿Qué pasa por la mente de un diputado nacional para que ataque directamente a un principio democrático fundador de nuestra República, la libertad de prensa? Denis Baupin, por medio de su abogado, ha intentado dos veces imponer la omertá sobre una investigación sobre los acosos y agresiones sexuales que se le atribuyen.

Pero hay mujeres que se sienten humilladas por la denuncia de estos actos inmorales. Guillaume Blardone [18] señala un comentario en Twitter de la diputada Christine Boutin:

Christine Boutin:
¡Vergüenza de esas exministas que dan a entender que los hombres son unos obsesos! Harta, realmente harta.

Guillaume Blardone:
Sin duda, he aquí por qué al sexismo le queda todavía mucha vida.

Eliminar estos comportamientos inapropiados de los hombres en el poder llevará su tiempo, pero al denunciar a los autores de actos indecorosos, las víctimas podrán al menos ver que a sus verdugos se les aplica rigurosamente la ley. En el caso de Denis Baupin, el juzgado ha abierto una investigación.