Desde 2013, Bangladesh ha sido testigo de una serie de brutales asesinatos de intelectuales laicos por militantes religiosos. Como los agresores han escogido a una gran diversidad de personas (desde blogueros, docentes y editores, pasando por activistas por los derechos homosexuales hasta minorías religiosas), la gente ha comenzado a mirar con ojo crítico a las diversas entidades implicadas.
Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la UNESCO organizó un seminario en Bangladesh que se centró en el uso de las redes sociales para replicar ‘información falsa’. Los oradores expresaron su preocupación sobre el uso de las redes sociales para difundir el extremismo religioso y el odio así como para violar la libertad individual. De hecho, los observadores han comenzado a alzar dedos acusadores al gobierno, los medios de comunicación y las redes sociales, identificando varias formas en las que dichas entidades han contribuido al problema.
A pesar de que el gobierno es duro en todo lo que concierne a las opiniones que atacan el sentimiento religioso, las autoridades no se han esforzado mucho para detener estas amenazas. La policía siempre parece llegar a la escena del crimen minutos después de haberse cometido el asesinato y de haber huido el responsable.
En cuanto a los medios de comunicación, a la mayoría de los blogueros fallecidos se les amenazó abiertamente a través de las redes sociales antes de ser asesinados, y los grupos extremistas violentos claman a menudo ser los responsables de sus muertes en Facebook y Twitter. Los medios informan a menudo de estos incidentes, pero publican con regularidad información personal sobre las personas en cuestión, lo que contribuye a aumentar su vulnerabilidad a las amenazas de los militantes.
Casos recientes
En el último asesinato, Nikhil Joarder, un sastre, fue asesinado a machetazos el 30 de abril, y la división subcontinental hindú de ISIS asumió la autoría del ataque en las redes sociales. Nikhil pertenecía a una familia muy normal. Al principio, las personas no podían entender como podía ser un blanco para una organización internacional extremista. No obstante, el ataque puede estar relacionado con un comentario que hizo en 2012:
Another Islamist style organised machete attack in Bangladesh, on a Hindu tailor for ‘anti-Prophet’ comment in 2012!https://t.co/oANvPoriNK
— Rayhan Rashid (@rayhanrashid) April 30, 2016
¡Otro ataque por machete organizado al estilo islamista a un sastre hindú por un comentario ‘anti-Profeta’ en 2012!
En su momento, Joarder recibió una denuncia por realizar presuntamente comentarios derogatorios sobre el Profeta Mahoma. Joarder fue entonces arrestado y liberado tras pasar varias semanas en la cárcel. Tres habitantes fueron detenidos por el caso de homicidio.
En otro ejemplo, el usuario de Facebook Noyon Chatterjee, quien opera presuntamente bajo una identidad falsa (y aún más importante, hindú), compartió abiertamente las identidades de profesores y personas en su página web. Cuando las personas son expuestas de tal manera, pueden convertirse fácilmente en el blanco de los extremistas.
Las redes sociales están siendo utilizadas por los militantes no solo para localizar y conseguir apoyo, sino también para incitar a la violencia. En setiembre de 2012, Bangladesh vivió una serie de ataques violentos de los habitantes locales a monasterios budistas, santuarios y casas de budistas en Ramu Upazila en el disitrito de Cox's Bazar. La muchedumbre destruyó 12 templos y monasterios budistas y 50 casas en reacción a una imagen que mostraba la profanación de un Corán en la biografía de una cuenta de Facebook falsa bajo el nombre de un hombre budista. Tanto en este como en los otros casos, los individuos con intenciones maliciosas son mostrados como minorías religiosas como parte de su esfuerzo para incitar al odio y a la violencia contra grupos religiosos minoritarios.
También hay indicios de que los extremistas estan buscando dicha información con el apoyo de otros usuarios. En un artículo titulado en Bangladesh, llame a Facebook para asesinar, el escritor Sandip Roy registró las actividades de una página de Facebook tras el asesinato de dos activistas LGBT. La página celebraba los asesinatos, y los usuarios también colaboraron, proporcionando continuamente información.
El documental «Razor's Edge» (Al filo de la navaja), producido por el bloguero anónimo «Nastiker Dhormokotha» (sermón religioso de un ateísta), es el ganador del premio en la categoría de Periodismo Ciudadano en los premios BOBs de Deutsche Welle en 2016. El documental revela la situación de peligro a la que se enfrentan los blogueros laicos en Bangladesh.
¿Dónde está la ética en denunciar a personas que se encuentran amenazadas?
El bloguero Hasseb escribió recientemente en Sachalayatan sobre la detención de una joven bajo la controvertida sección 57 de la Ley para las Tecnologías de la Información y la Comunicación, por una publicación de Facebook que difamaba presuntamente a Alá y el Corán:
নিখিল চন্দ্র কেন ৪ বছর পরে টার্গেটে পরিণত হলেন সেটার প্রাথমিক কারণ হল তিনি কিছু বলেছেন (বা বলেননি কিন্তু ছড়িয়েছে তিনি বলেছেন) এবং সেই তথ্যটা জায়গামতো পৌঁছে গেছে। এই হত্যার দায়ভার প্রথমত জেএমবি হলেও জেএমবি কীভাবে তথ্যটা পেল সেটা ভেবে দেখার অবকাশ আছে।
La razón principal por la que Nikhil Chandra se convirtió en blanco 4 años atrás, es porque dijo algo (o difundió presuntamente algo que el dijo) y esta información llegó rápidamente al lugar adecuado. Aunque los extremistas son los responsables de este asesinato, se sigue desconociendo la forma en la que obtuvieron la información.
También añadió:
আজকে পত্রিকায় প্রকাশিত একটি খবর যেখানে নিখিল চন্দ্রের মতোই একজনের গ্রেফতারের কথা প্রকাশিত হয়েছে যিনি (অভিযোগকারীদের দাবি) ফেসবুকে ধর্ম “অবমাননা» হয় এরকম মন্তব্য করেছেন।… এই নিউজটা পড়ে নিখিল চন্দ্রের কথা কীভাবে জেএমবি পর্যন্ত পৌঁছাতে পারে সেটার একটা ধারণা পাওয়া যেতে পারে। নিউজের প্রথম লাইনে গ্রেফতার হওয়া তরুণীর নাম (ডাকনামসহ) এবং বয়স উল্লেখ করা হয়েছে। সেই সাথে তিনি কোন জেলার কোন উপজেলা থেকে গ্রেফতার হয়েছেন সেটার তথ্য। দ্বিতীয় প্যারাতে আরও এক লেভেল নেমে সেই উপজেলার কোন এলাকা এবং সেটা “নিজের বাড়ি” উল্লেখ করে তরুণীর বাবার নাম উল্লেখ করা হয়েছে। অর্থাৎ খবর থেকে এখন এই তরুণীকে খুঁজে বের করা কোন সমস্যা হবার কথা নয়। এই তরুণীর বাসা খুঁজতে আরও একটু সহযোগিতা করার জন্য তৃতীয় লাইনে থানার নামও দিয়ে দেয়া হয়েছে। সাংবাদিক, পুলিশ (বা সরকার) ছাড়াও এখানে আরেক পক্ষের খবর পাই আমরা। স্থানীয় জনতা নাকি সেই তরুণীর বাড়ী ঘিরে রেখেছিল পুলিশ আসাতক। ফেসবুকে একটা মন্তব্য করায় একজন নাগরিকের জীবন এভাবে সবাই মিলে সারাজীবনের জন্য বিপন্ন করে তুলল।
Hoy ha sido publicada una historia parecida a la de Nikhil Chandra, comentando que una persona había sido arrestada, acusada de (según la denuncia) realizar un comentario en Facebook que puede considerarse como «desprecio» a la religión. Si lee las noticias, se podrán hacer una idea de como se enteraron de esto los extremistas. La primera línea de la noticia da el nombre, la edad, e incluso el apodo, de la chica que fue detenida. También incluye información sobre el distrito y el subdistrito en el que fue detenida. El segundo párrafo menciona hasta la zona y el nombre del padre. Gracias a esta noticia, todo el mundo puede localizar a la chica. Para facilitar aún más la localización de la casa de la joven, también se detalla la comisaría local. Aparte de los periodistas y la policía, se da a conocer a una tercera parte. Los habitantes rodearon la casa antes que los policías entraran. Tan sólo por un comentario en Facebook, se pone en peligro la vida de una persona para siempre.
En efecto, la práctica de discreción y verificación de fuentes parece brillar por su ausencia con frecuencia en la comunidad de periodistas. Los medios tradicionales y las redes sociales no han conseguido priorizar la privacidad y las importantes consideraciones éticas.
Los críticos han sugerido también que los periodistas se centran demasiado en la identidad en vez de en la humanidad, como bien enfatizó un editorial del Dhaka Tribune:
Whether you support LGBT rights or you do not, the one thing that we must all agree on is that there can never be any justification for murder, and that those who are guilty of such savage slaughter are enemies of the state and of everything that is decent in humanity.
Apoye o no apoye los derechos LGBT, lo único en lo que debemos coincidir todos es en que nunca puede justificarse el asesinato, y que los culpables de dicha masacre son enemigos del Estado y de todo lo humanamente decente.
¿Puede Facebook hacer algo más para ayudar?
En 2015, el gobierno de Bangladesh cerró Facebook durante una semana excusándose en amenazas a la seguridad nacional. La prohibición fue retirada después de que funcionarios del Gobierno se reunieran con representantes de Facebook y les instaran a vigilar o filtrar el contenido que pudiese considerarse provocador del sentimiento religioso y conspiratorio contra el gobierno.
No cabe duda que tanto la policía como el gobierno podían haber hecho mucho más para mitigar las amenazas y obligar a los autores a responder por sus delitos. También es obvio que los medios podrían ser más cuidadosos a la hora de omitir información privada sobre personas que se han enfrentado a amenazas u obstáculos legales relacionados con sus comentarios en Internet. No obstante, las responsabilidades de las plataformas de las redes sociales en este ámbito, y Facebook en particular (puesto que es la red social más popular de Bangladesh) son muy difíciles de definir.
En abril de 2016, Facebook anunció que había cumplido con los requisitos del gobierno de Bangladesh sobre la información personal de determinados usuarios que habían violado las leyes locales. Los administradores de Facebook proporcionaron información equivalente al 16, 67 % de los requerimientos realizados por el gobierno entre julio y diciembre de 2015, de acuerdo a su último Informe Global de Solicitudes Gubernamentales. En cuanto al informe, el gobierno de Bangladesh realizó 12 peticiones de información sobre 31 usuarios de Facebook durante ese periodo, en el que Facebook restringió el acceso a 4 elementos de contenido que presuntamente infringían la ley local relacionada con la blasfemia, tras una solicitud de la Comisión Reguladora de las Telecomunicaciones de Bangladesh.
A pesar que estas medidas contribuyen a mitigar las amenazas y la proliferación de mensajes de odio e incitaciones a la violencia, estas representan probablemente sólo una pequeña parte de casos en los que las personas utilizan Facebook para amenazar o incitar a la violencia contra otros.
Aunque los organismos mencionados con anterioridad podrían haber puesto mayor énfasis en la protección de la privacidad y seguridad de las personas que se enfrentan a las amenazas de dichos grupos, incumbe sobre todo al gobierno de Bangladesh mantener el estado de derecho y el orden público trabajando para evitar dichos ataques y llevar a los culpables ante la justicia.