Muchos bloggers todavía no pueden entender esta contradicción. El blog Square Peg (Round Hole) dijo:
As a thinking and empathetic citizen of this country, I’m obviously horrified that – in the year of our Lord, 2016 – we need to debate whether it should be legal for children to be married. […]
If the IRO is to have any hope of salvaging itself before the sensible citizens of this nation logic it into oblivion, it needs to completely abandon this archaic and alarming stance immediately.
Como ciudadano pensante y empático de este país, obviamente estoy horrorizado con que – en el año de Nuestro Señor, 2016 – necesitemos debatir si debe ser legal que los niños se casen. […]
Si el IRO va a tener alguna esperanza de salvarse a sí mismo de ser echado al olvido por la lógica de los ciudadanos sensatos de esta nación, necesita renunciar completamente a esta posición arcaica y alarmante de manera inmediata.
Identificándose a sí misma como «la hija de Sanatan Dharma» (la principal organización hindú en Trinidad y Tobago), el blog keepinganemptycup coincidió:
I stand firm in the face of the atrocity that is child marriage and rebuke it without regret. This is not just an issue of age and maturity, but once again, of power.
The policing of women and girls’ bodies by Hindu men has been a plague to this system of belief for hundreds of years. Despite the worship of female deities who are warriors, nurturers and the like, there exists a patriarchal supposition that women and girls must be strictly policed; we are the responsibility of fathers, then husbands, then sons. A single woman on her own is a being to be despised, shunned, hated, feared or conquered. Thus, marriage is seen as the institution that can keep a woman ‘in line’. The fact of child marriages stems from poverty and misconceptions of the ‘evil’ that is female sexuality.
Me mantengo firme de cara a la atrocidad que es el matrimonio infantil y lo rechazo sin arrepentimiento. Esto no es sólo una cuestión de edad y madurez, si no, una vez más, de poder.
El control sobre los cuerpos de mujeres y niñas por parte de hombres hindúes ha sido una plaga para este sistema de creencia por cientos de años. A pesar de la adoración de deidades femeninas que son guerreras, creadoras de vida y similares, existe un supuesto patriarcal de que las mujeres y las niñas deben ser controladas estrictamente; somos la responsabilidad de padres, luego de esposos, luego de hijos. Una mujer soltera por sí sola es un ser que debe ser despreciado, evitado, odiado, temido o conquistado. Por ello, el matrimonio es visto como la institución que puede mantener a las mujeres ‘en línea’. El hecho de que los matrimonios infantiles provengan de la pobreza e ideas equivocadas de la ‘maldad’ que la sexualidad femenina tiene.
La blogger desestimó la racionalidad de que la práctica sea correcta porque es parte de tradiciones religiosas, diciendo «ya es tiempo que las mujeres hindúes se unan y digan un fuerte NO a las acciones y políticas del sistema patriarcal, y a esta ley absurda y arcaica»:
This Sanatan Dharma has survived thousands of years because it has evolved […] This is why it is difficult for me to truly understand how ‘big, hard-back men’, versed in the laws of Dharma, understanding of the progress of the world, can sit from their thrones of ignorance and declare that child marriages are ‘okay’, because ‘we doing it long time…we forefathers used to do it’. Many of our forefathers used to drink puncheon and beat up their wives too, does that mean alcoholism and domestic violence are okay and should be continued?
It just goes to show how much it worries these men that women and girls are no longer filling the roles this patriarchal system has been pinning onto them.
Este Sanatan Dharma ha sobrevivido miles de años porque ha evolucionado […] Es por ello que es tan difícil para mí entender verdaderamente cómo ‘hombres grandes y recios’, versados en las leyes de Dharma, que entienden el progreso del mundo, pueden sentarse en sus tronos de ignorancia y declarar que los matrimonios infantiles ‘son correctos’, porque ‘los hemos llevado a cabo desde hace mucho tiempo… nuestros antepasados solían realizarlos’. Muchos de nuestros antepasados solían beber toneles y dar palizas a sus esposas también, ¿quiere eso decir que el alcoholismo y la violencia doméstica son correctos y deberían continuar?
Esto simplemente nos viene a demostrar cuánto les preocupa a esos hombres que las mujeres y niñas ya no satisfagan los roles que el sistema patriarcal les ha estado imponiendo.
El blogger Darren J. Glenn también sopesó:
So: I am to understand that in the year 2016 in a secular, democratic republic, the legality, stipulations and recognition of marriage lays squarely in the hands of the religious communities. The state manages matrimony after the fact, but communities of faith act as the primary authorities with regard to setting police and procedure.
Is this really what we’re doing?! Beyond being simply ridiculous domestic policy, I hold this practice to be dangerous. My outrage at this fact is rooted in the fact that we want to be a modern state seen as a bearer of human rights, yet we uphold policies where oppression could easily be hidden. […]My question to them is: what gives them the right to speak on public policy? Who cares what they have to say? Why does the fundamentally moral and theological conversation taking place among the interfaith community in TT have such marked implications for our legislative sphere?
Entonces: Debo entender que en el año 2016, en una república seglar y democrática, la legalidad, estipulaciones y reconocimiento del matrimonio recae directamente en las manos de las comunidades religiosas. El estado administra el matrimonio a posteriori, pero las comunidades de fe actúan como las principales autoridades en lo que respecta a fijar las políticas y procedimientos.
¡¿Es esto realmente lo que estamos haciendo?! Más allá de ser simplemente una política doméstica ridícula, considero que esta práctica es peligrosa. Mi indignación con este hecho se basa en que queremos ser un estado moderno, visto como respetuoso de los derechos humanos, y sin embargo mantenemos políticas donde la opresión fácilmente puede ser escondida. […]Mi pregunta a ellos es: ¿qué les da derecho para hablar sobre políticas públicas? ¿A quién le importa lo que tengan que decir? ¿Por qué la conversación esencialmente moral y teológica que tiene lugar dentro de comunidades de fe en TT tiene tan fuertes implicancias en nuestro ámbito legislativo?
Con nuestra actual administración aún llevando a cabo consultas sobre la derogación de la ley, queda por ver cuánta importancia tendrán las perspectivas de las organizaciones religiosas tanto en los asuntos de estado como de género.