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Qué pasa cuando denuncias acoso sexual en la oposición rusa

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Un grupo de seguidores de Alexey Navalny se manifiesta ante el Parlamento ruso. Foto: Vladimir Varfolomeev con licencia CC 2.0. [1]

Un grupo de seguidores de Alexey Navalny se manifiesta ante el Parlamento ruso. Foto de Vladimir Varfolomeev con licencia CC 2.0.

Es época de elecciones en Rusia, con una votación nacional prevista a mediados de setiembre. En diciembre de 2011, la última vez que se celebraron comicios para elegir a los representantes que conformarían el Parlamento Federal, los rumores de fraude electoral desencadenaron protestas masivas en Moscú que pusieron brevemente en peligro la estabilidad política que ha caracterizado los 16 años que Vladimir Putin lleva en el poder.

Esta vez al movimiento de oposición al Kremlin no le va muy bien. La esperanza de la oposición de conseguir un puñado de diputados en las elecciones sufrió un golpe recientemente, cuando se hundió la llamada «Coalición Democrática». Para empeorar las cosas, piratas informáticos sabotearon las votaciones primarias del único partido registrado de la coalición. Y ahora afloran alegaciones de acoso sexual que no han sido ni investigadas ni castigadas y apuntan a la cara más visible del equipo de campaña de la oposición rusa, Alexey Navalny.

El último golpe

A finales de mayo, la oposición democrática rusa sufrió su último golpe, cuando Alexey Navalny apareció [2] en televisión para responder a las preguntas de los espectadores en directo. Una de las preguntas fue la de Maxim Katz, antiguo colaborador de Navalny que ayudó a gestionar parte de su campaña a la alcaldía de Moscú en 2013. Poco antes de las actuales elecciones (hubo dudas sobre si fue dos semanas o solo cuatro días antes de la votación), Katz cambió de funciones en la campaña, y desde entonces ha estado apartado de los asesores de Navalny.

Katz pidió a Navalny que explicara por qué había declinado darle su apoyo en varias iniciativas políticas desde que Navalny perdió la carrera por la alcaldía, entre ellas la candidatura de Katz a la Duma de Moscú en 2014 y la campaña de elección del diputado Dmitry Gudkov, que actualmente dirige Katz.

En su respuesta, Navalny no se mordió la lengua, tachando a Katz de «deshonesto» y «estafador». Navalny enumeró varios desacuerdos políticos con Katz, argumentando que su apoyo a un antiguo funcionario municipal moscovita acusado de ocultar bienes va en contra de los principios de activismo anticorrupción que se ha convertido en la primera actividad de Navalny. Katz se apresuró a responder en una entrada de blog [3], detallando su trabajo en la campaña de 2013 a la alcaldía, y acusando a Navalny de difamación.

Más que una riña sobre estrategia

Disputas como esta, entre miembros de la oposición sobre las mejores estrategias de organización, no son raras en Rusia. No obstante, sí fue inusual lo que sucedió después: Catrin Patyulina, otra colaboradora de la campaña a la alcaldía, acusó públicamente al gestor de esta campaña, Leonid Volkov, de acoso sexual. Pocas horas después de la aparición de Navaly en Dozhd TV, Ilya Varlamov, popular fotobloguero (además de amigo y socio empresarial de Katz desde hace tiempo), publicó un largo texto [4] escrito por Patyulina, en el que esta dice que Volkov la acosó, le inundó el teléfono de mensajes de texto y la acorraló en la sede de la campaña, todo después de que ella le dejara claro que le molestaba su atención.

Patyulina dice que Volkov despidió a Katz cuando sospechó que tenían una relación sentimental, negando que el cese de Katz fuera el resultado de diferencia políticas, como afirmó Navalny en televisión. Según Patyulina, cuando mencionó a Navalny el acoso a que Volkov la sometía, este le respondió, «¡Y yo que pensaba que solo quería follarte! Resulta que no es tan simple».

Navalny no solo se negó a tomar acciones disciplinarias contra Volkov, sino que después apoyó su decisión de echar a Katz, dice Patyulina. Tras la campaña, cuando Patyulina volvió de unas vacaciones en Cuba con Katz, Navalny la había sustituido por otra persona en su organización anticorrupción, acusándola presuntamente de ser «uno de los espías de Katz».

Volkov responde

Navalny ha rehusado hacer más comentarios sobre su pasado con Maxim Katz, incluyendo en esta negativa cualquier reacción sobre las acusaciones de acoso sexual contra Volkov, que sigue siendo uno de los más estrechos aliados políticos de Navalny. Mientras tanto, Volkov ha publicado en Facebook [5] lo que según él es su última palabra sobre el asunto. Volkov se centra en demostrar que Katz merecía ser despedido, alegando su holgazanería, y que en cierto momento, llegó a amenazar con dar parte a la policía si la campaña seguía adelante con un controvertido plan para llevar a cabo una sentada ante la comisión electoral moscovita si se sospechara un fraude masivo en la votación.

Volkov también habló de las acusaciones de Patyulina, negando que la acosara. Como tantos que han criticado a Patyulina por hacerlo público, Volkov llamó la atención sobre el hecho de que publicara capturas de pantalla de sus mensajes, en los que flirteaba con ella de forma persistente, agresiva y no solicitada. «Publicar mensajes personales no es ético», alegó, comparando las revelaciones de Patyulina con las grabaciones de cámara oculta que emiten regularmente las televisiones favorables al Kremlin para difamar a miembros de la oposición. Volkov también habló de sus sentimientos:

Мне не хотелось бы подробно комментировать: да, был влюблен; да, ухаживал; нет, не домогался; нет, все было не совсем так, как Катя рассказывает; мы общались на протяжении нескольких месяцев, и там были, понятно, разные эмоциональные моменты, как с положительным, так и с отрицательным знаком. […] Влюбленность — прекрасное состояние души, желаю его всем почаще испытывать, даже невзирая на то, что ваши смски, процитированные три года спустя, могут казаться вам самому и вашим друзьям очень глупыми и несколько дней над вами будут шутить смешные и не очень шутки. Это все равно того стоит.

Solo diré esto: sí, estaba enamorado. Sí, la cortejé. No, no la acosé. No, no fue en la forma que dice Katya —chateamos durante unos meses, y hubo momentos emocionales de todo tipo, buenos y malos. (…) Estar enamorado es maravilloso. Espero que todos tengan esa experiencia, incluso aunque tres años más tarde se hagan públicos los mensajes que enviaste y te parezcan muy estúpidos, a ti y a tus amigos, y durante unos días seas la diana de un montón de bromas graciosas y no tan graciosas. Sigue mereciendo la pena.

Como prueba de que no acosó a Patyulina, Volkov señaló que ambos aparecieron juntos en el escenario [6] durante el Techcrunch Moscow, en diciembre de 2013, para debatir su labor en la campaña de Navalny. El evento se produjo tres meses después de las elecciones. «¿Cómo se puede decir que eso era ‘acoso’ e ‘insultos mortales'?» preguntaba Volkov retóricamente, mencionando palabras que Patyulina nunca utilizó.

Leonid Volkov y Catrin Patyulina en el Techcrunch Moscow, 13 de diciembre de 2013. Foto de Facebook [7]

Leonid Volkov y Catrin Patyulina en el Techcrunch Moscow, 13 de diciembre de 2013. Foto de Facebook.

«Él sabe lo que hizo»

Patyulina dijo a RuNet Echo que su decisión de acompañar a Volkov al Techcrunch no tiene nada que ver con la conducta de Volkov durante la campaña. «Quería hablar de mi trabajo, del que estoy orgullosa. Nos encontramos en público y no nos volvimos a ver», dice.

Patyulina afirma que se decidió a hacer pública su historia a los 15 minutos de oír los comentarios de Navalny en Dozhd TV. «No estaba preparada en absoluto, así que comencé a buscar en mis archivos para encontrar pruebas [del acoso de Volkov]». Cuenta que se apresuró a poner su historia por escrito y la envió a Varlamov alrededor de las 5 de la mañana del día siguiente.

A la pregunta de qué opina sobre la respuesta de Volkov, Patyulina dijo: «Creo que intenta denigrar mis palabras y cambiar de tema. Desde luego, sabe que violó mi espacio personal y —aunque dejé claro que no me interesaba— siguió presionando». Cita un correo electrónico enviado en setiembre de 2013, en el que Volkov parece disculparse por crear un ambiente malsano en la oficina. «Quizá él piense que solo ‘estaba enamorado'» insiste Patyulina, «pero cuando lo discutimos más tarde, le señalé que era acoso, y él nunca lo negó».

Tras las revelaciones de Patyulina, las reacciones iniciales a su historia han hablado muy poco sobre el acoso sexual. Como ya se ha señalado, en su respuesta Volkov se centró sobre todo en diseccionar la labor de Katz como director de campaña. La respuesta de Katz [3] también se concentró en desmontar esas acusaciones. Curiosamente, tanto Patyulina como Volkov evitan escribir el término «acoso sexual» en ruso, haciéndolo en inglés, como si se tratara de un producto extranjero.

«Idioteces feministas»

La única figura pública que ha arrojado alguna luz sobre el acoso sexual en toda esta historia ha sido Maria Baronova, que actualmente se presenta a un escaño de la Duma. (Hasta hace poco, Baronova se presentaba en paralelo a Lyubov Sobol, uno de los más estrechos aliados de Navalny, que Katz despidió de la campaña de Navalny a la alcaldía). La entrada en Facebook [8] de Baronova ha conseguido 146 likes, pero muchos de los comentarios refutan las acusaciones de Patyulina.

Interpretando los mensajes filtrados, los críticos alegan que Patyulina aceptó los avances de Volkov. Otros, entre ellos el conocido publicista y editor Dmitry Olshansky, parecen creer que Patyulina cometió una acción aún peor cuando publicó los mensajes de Volkov. Olshansky también argumenta que el acoso sexual es imposible sin «daño físico» o «amenazas directas», y califica las afirmaciones de Patyulina de «idioteces feministas [9]».

Patyulina dijo a RuNet Echo que hubiera preferido no haber tenido que rememorar su experiencia con Volkov, pero que «no podía soportar las mentiras» sobre su amigo, Maxim Katz. Respondiendo a las preguntas sobre su historia, nuestra atención a este tema pareció sorprenderla. «A nadie más le interesa» nos dijo.

Según datos de sondeos sociológicos [10], al menos una de cada cuatro mujeres rusas dicen haber sufrido acoso sexual en su lugar de trabajo. Esta cifra se ha mantenido relativamente estable desde 1999. En junio del pasado año, los legisladores federales rechazaron [11] una propuesta de ley presentada por la Asociación Rusa de Abogados para convertir el acoso sexual en un delito penal. Si desea saber más sobre los derechos legales en cuanto al acoso sexual en Rusia, visite la web [12] del Centro de Derechos Sociales y Laborales (en ruso).