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«Métanse en sus asuntos», dice líder religioso hindú a críticos del matrimonio infantil en Trinidad y Tobago

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Activismo digital, Derecho, Derechos humanos, Educación, Juventud, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Religión
"Child Marriage"; image by flickr user SAM Nasim, used under a CC BY 2.0 license. [1]

«Matrimonio infantil». Imagen del usuario de Flickr SAM Nasim, usada bajo licencia CC BY 2.0.

El matrimonio infantil, asociado a las comunidades hindúes y musulmanas de Trinidad y Tobago, ha sido una ley vigente por casi un siglo [2], pero últimamente, ha habido mucha presión pública para su derogación.

Los grupos de presión por los derechos humanos y de la mujer, así como los ciudadanos comunes, consideran esta práctica un abuso infantil [3], lo cual está en contravención directa con los preceptos de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (UNCRC) [4], de la cual Trinidad y Tobago es signataria, y que define al menor como “todo ser humano de menos de 18 años de edad”.

En el último giro de la controversia, Sat Maharaj, secretario general de Sanatan Dharma Maha Sabha [5], la organización hindú más destacada del país, tuvo palabras muy duras [6] para algunas figuras notables que se expresaron en contra de esta práctica, así como para cualquiera que defendiera la enmienda de la Ley Matrimonial.

Maharaj dijo al arzobispo católico romano del país, Joseph Harris, quien criticó el matrimonio infantil cuando el tema llegó al escrutinio público:

Archbishop, mind your own damn business. This is the business of the Hindu community and the state.

Arzobispo, métase en sus asuntos. Esto es un asunto entre la comunidad hindú y el estado.

Maharaj también dijo [7] textualmente al embajador de los Estados Unidos en el país, John Estrada, que no metiera sus narices en esto:

In every state, there's a different age and the age is as low as 13 [8] in the United States of America, Mr. Ambassador. Cure your own evil before you come to tell us how to cure our evil.

Las edades para casarse son distintas en cada país, y en los Estados Unidos es de apenas 13 años [8], señor embajador. Curen sus propios males antes de decirnos que curemos los nuestros.

Sin embargo, para muchos cibernautas, la diatriba de Maharaj fue otra confirmación de que el matrimonio infantil es un «mal». El usuario de Facebook Mark Lyndersay comentó [9] con mucha ironía:

Because a young girl's agency over her own body depends on the faith into which she is born.

Porque las decisiones de una niña sobre su cuerpo dependen de la religión bajo la cual nació.

La bloguera y usuaria de Facebook Rhoda Bharath sólo dijo [10]:

No. Words.

Sin palabras.

El popular sitio satírico Wired868 no pudo resistirse [11] a comentar sobre este último traspié:

The ‘business’ that Maharaj is defending, incidentally, is the right for Hindu girls to be married, under the Hindu Marriage Act, from the age of 14. So far, so backward.

Now, in case you missed it—maybe, for instance, you were focused on the stuttering economy, bloodletting in the streets, judicial constipation, police disservice, or the ticking time bomb next door in Venezuela—the Inter-Religious Organisation (IRO) head Brother Harrypersad Maharaj revealed, two weeks ago, that local religious bodies rather liked the idea of keeping the option of child brides on the table [12].

In case of emergencies, of course.

Which kinda begs the question: What sort of problem, save for pending deportation, is a hastily arranged marriage supposed to cure in 2016? […] Does marriage really cover shame? Or merely increase the number of the humiliated?

Claro que el ‘asunto’ que defiende Maharaj es el derecho de las niñas hindúes a casarse a partir de los 14 años, según la Ley de Matrimonio Hindú. A la fecha, muy retrógrado.

Ahora, por si se lo perdieron (tal vez, por ejemplo, preocupados por la inestabilidad económica, el derramamiento de sangre en las calles, el estreñimiento judicial, el mal servicio policial, o la bomba de tiempo de nuestra vecina Venezuela), hace dos semanas, el líder de la Organización Inter Religiosa (IRO), el hermano Harrypersad Maharaj, reveló que a los organismos religiosos locales les gustaba la idea de mantener la opción de las novias niñas [12].

Desde luego, sólo para casos de urgencia.

Lo que nos lleva a preguntar: ¿Qué clase de problema, salvo por una inminente deportación, se supone que solucionaría un matrimonio apurado en el 2016? […] ¿De verdad el matrimonio tapa la vergüenza? ¿O sólo aumenta la humillación?

El artículo de Wired868 también desmenuzó [11] las justificaciones de Maharaj para mantener la ley:

‘[They] could make children though,’ said Maharaj, ‘with old men. Nobody locking up the old men…

‘When you are young, you take chances. And if a girl at the age of 14 took a chance and she got pregnant, the two sets of parents will come together, and they will give support, they will send them back to school. And they will take charge of the child.’

Wait… So your defence is if the police are not successfully prosecuting offenders of statutory rape, why not legitimise the act and allow them to keep their victims?

[…]

Sorry. No words. That’s exactly the sort of idea that, if you let bounce around in your head for a bit, leads to an aneurysm.

‘también pueden embarazarse de hombres mayores’, dijo Maharaj, ‘Y no condenan a esos hombres…’

‘Cuando eres joven, eres arriesgado. Y si una niña de 14 años se arriesga y queda embarazada, los padres de ambos se unirán y les brindarán apoyo para enviarla de vuelta a la escuela. Y ellos se harán cargo del niño’.

Un momento… O sea que su argumento es que, si la policía no puede condenar a los perpetradores de una violación legal, ¿por qué no legitimar el acto y permitirles quedarse con la víctima?

[…]

Perdón. Sin palabras. Ésas son precisamente las ideas que, si te dan vueltas en la cabeza por un rato, causan un aneurisma.

Sin embargo, el bloguero de la diáspora Jumbie's Watch, no se sorprendió en lo más mínimo [13]. Citando el primer y cuarto párrafo de la constitución de Trinidad y Tobago, que hablan sobre las libertades «fundamentadas en el respeto por los valores morales y espirituales y el estado de derecho», escribió:

I have often read or heard in the media, comments by various people that Trinidad and Tobago is a secular state. I don’t know how or where that misconception came about […]

Morality is independent of both religion and culture, but in the minds of most people, morality is religion and culture.

[…] I hope that people can accept that Trinidad and Tobago is NOT a secular country and that religion is given an unproportioned weight in decision making.

Con frecuencia he oído o leído en los medios diversos comentarios de que Trinidad y Tobago es un estado secular. No sé de dónde o cómo surgió esa idea equivocada […]

La moralidad es independiente de la religión y la cultura, pero para muchos, la moralidad es la religión y la cultura.

[…] Espero que la gente se dé cuenta de que Trinidad y Tobago NO es un país secular y que se da una importancia desproporcionada a la religión en la toma de decisiones.

Algunos hindúes se avergonzaron de las afirmaciones de Maharaj; Shane Anthony Mohammed dijo [14] en una publicación de Facebook:

What a damn disgrace to our ancestry. […]
He has embarrassed the Hindus of our country and further segregated our us by his insults and callous remarks.
‪#‎shutupsatmaharaj [15]

Qué gran vergüenza para nuestros antepasados. […]
Ha avergonzado a los hindúes de nuestro país y nos ha segregado aún más con sus insultos y comentarios insensibles.
Callen a Maharaj.‬

Pero Maharaj también tuvo sus simpatizantes. Leigh López comentó [16] públicamente en Facebook:

I must say, I LOVE Sat Maharaj response! “Mind your damn business” ‪#‎WhoVexLoss [17]

¡Debo decir que me ENCANTA la respuesta de Sat Maharaj! «Métanse en sus asuntos».

La abrumadora reacción [18] hacia las declaraciones de Maharaj ha sido crítica, pero las líneas de combate están trazadas. A medida que aumenta la presión pública para enmendar la Ley de Matrimonio, el gobierno bien podría encontrarse con una gran batalla.