El Remolino, o la historia de lo que se aprende al hacer un documental a orillas del río Usumacinta

El documental sobre la comunidad de El Remolino reúne historias individuales y colectivas dentro y fuera de cámara. En la imagen se ve a Dana, hija de Esther, una habitante de la comunidad, mientras mira su reflejo en un lago. Imagen del documental tomada de la página de Facebook de la realizadora y publicada con permiso.

La documentalista española Laura Herrero llegó a El Remolino durante el rodaje de un documental sobre la lucha contra la discriminación de tres chicas del sur de México y se quedó siguiendo las luchas de Esther y Pedro, miembros de la comunidad que se encuentra en este pueblo mexicano. Las de ellos son historias de la lucha con y por la naturaleza, de viajes hacia adentro y de defensa de la identidad sexual. Las primeras historias se cuentan en el documental Son duros los días sin nada y las segundas en el documental que lleva el nombre de la comunidad: El Remolino

Son duros los días sin nada salió en 2012 y retrató la discriminación y la lucha social. El Remolino, por su lado, fue parte de la gira de documentales Ambulante 2016 en México y fue el fruto de dos años y medio de trabajo y 11 visitas a la comunidad. El Remolino se encuentra a orillas del río Usumacinta en el estado mexicano de Chiapas y según cuenta Herrero, sus habitantes viven “rodeados de una naturaleza exuberante pero frágil […en la que] luchan con el río que les trae tanto sustento como inundación.” 

Para Herrero, la experiencia del documental fue más allá de su realización. Los aprendizajes con y de la comunidad se dieron en modo conjunto. En una entrevista con Crash, la documentalista narra el contexto de estas aperturas, en los que las visiones sobre un mismo elemento cambian las percepciones y la visión sobre la adaptación. Ahí donde una persona ajena a la comunidad ve un desastre natural, quienes habitan la comunidad identifican en el tiempo de inundación un tiempo de reflexión, de introspección.

Imágenes de lo cotidiano: De lo personal a lo universal

La película sigue también las historias de Pedro y de Esther, dos miembros de la comunidad y personajes centrales del documental con los que la realizadora tuvo los más fuertes apegos. En la entrevista, Herrero describe a estas personas como pilares de su aprendizaje por la experiencia:

Esther [es] una mujer llena de fortaleza que saca adelante a su familia y nos comparte su mundo a través de una pequeña cámara […] Su hermano Pedro [es] un campesino travesti que defiende su identidad y sus sueños.

En entrevista con Ambulante, Laura Herrero habló también del intercambio de aprendizajes que vio en Esther, que descubrió con la visita del equipo la fascinación de crear imágenes al relatar su vida cotidiana:

Nos veía a nosotras llegar y grabar con la cámara. Ella hizo una gran reflexión sobre el inmortalizar, el grabar.. Ella consiguió su cámara de video y empezó a grabar. Durante el rodaje, puso una tienda, empezó a estudiar, se compró la cámara… hubo un fortalecimiento muy grande en ella. Empezó a grabar la inundación, a Dana [su hija], a grabar a su papá, las fiestas familiares y poco a poco empezó a hacer imágenes más subjetivas.

Pedro, el hermano de Esther, es un campesino de 47 años que vive un proceso de identificación de género al reconocerse mujer. Desde joven Pedro aceptó su identidad de género y a pesar de la incomprensión, discriminación y exclusión a la que se ha tenido que enfrentar, ahora cuenta con el apoyo de su familia. Laura comparte que con Pedro, hubo mucho intercambio de información y asesoramiento en cuanto a su transitar. 

Cuando Crash pregunta a Laura sobre la situación de pobreza, el abandono por parte de las autoridades y el machismo que se vive en pueblos como El Remolino, ésta responde:

Es alucinante cómo en estos pueblos tan anclados y pobres […] hay gente como Esther y Pedro, que tengan una lucha política y de identidad sexual. Esther es una mujer que trabaja en el campo y que tiene más ingresos que su marido. Por otra parte, Pedro quiere transformarse al otro sexo y sigue intentándolo. Le da igual, porque [con respecto a su identidad sexual] sabe que no puede tapar el sol con un dedo.”

Finalmente, Herrero habló apuntó también a la importancia de contar historias y de preservarlas con sonidos e imágenes:

Creo que lo primero que hace el cine es embalsamar un momento de la historia, y lo guarda para siempre de una forma. Es importante considerar el cine documental como una manera de mantener esta historia viva y que pueda ser recordada.

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