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Las migrantes tienen que soportar agresiones sexuales de camino a EE. UU.

Categorías: Norteamérica, Estados Unidos, México, Derechos humanos, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Mujer y género, Política
Central American migrants find quarter in southern Mexico. Image by Flickr user Peter Haden (CC BY 2.0) [1]

Migrantes de Centroamérica buscan refugio en el sur de México. Imagen del usuario de Flickr, Peter Haden (CC BY 2.0).

Para llegar a Estados Unidos, muchas migrantes pasan por México, país en el que los feminicidios y la desaparición de mujeres han alcanzado unos niveles alarmantes. Diversas personas e instituciones son responsables de la violencia contra las mujeres y migrantes: funcionarios del gobierno, contrabandistas, narcotraficantes. A esto hemos de sumar algunos factores históricos, políticos y socioeconómicos; como la desigualdad, la corrupción, la pobreza y una creciente militarización de la frontera.

Según algunas investigaciones [2], el 80% de las mujeres y niñas centroamericanas que intentan cruzar México son violadas.

Hay una crisis de mujeres desaparecidas [3] en México. La violencia contra las mujeres mexicanas ha causado estragos en ciudades como Juárez [4] y Ciudad de México [3] durante años, donde las mujeres desaparecidas son encontradas muertas o no se oye hablar de ellas nunca más. Solo en la capital mexicana, se redactaron 187 informes de mujeres desaparecidas en tres meses desde principios de año. Se cree que muchas mujeres son víctimas de feminicidios, término de violencia de género que hace referencia al asesinato de las mujeres solo por ser mujeres.

En el plano nacional, el feminicidio ha aumentado un 55% en México entre 1990 y 2011. Según un informe realizado por ONU Mujeres en 2012 [5], los casos de feminicidio en el país han aumentado constantemente desde 2007. Hace poco, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), una coalición que documenta estos delitos, averiguó [6] que las autoridades solo investigaban el 24 % de los casos; de los cuales, únicamente, el 1,6% se terminaron juzgando entre 2012 y 2013.

Entre tanto, la violencia contra las migrantes que cruzan la frontera sur de México, al norte de Estados Unidos, no es tan visible, lo que ocasiona consecuencias terribles. El informe de Amnistía Internacional Invisible Victims: Migrants on the Move in Mexico [7] (2010) [“Víctimas invisibles: las migrantes que cruzan México» (2010)] sostiene que las agresiones sexuales son una moneda de cambio para poder cruzar las dos fronteras nacionales para llegar al norte:

Many criminal gangs appear to use sexual violence as part of the “price” demanded of migrants. According to some experts, the prevalence of rape is such that people smugglers may require women to have a contraceptive injection prior to the journey as a precaution.

Al parecer, muchas bandas criminales recurren a las agresiones sexuales como parte del «precio» que tienen que pagar las migrantes. Según algunos expertos, la frecuencia de las violaciones es tan alta, que los delincuentes de tráfico humano pueden obligar a las mujeres a que utilicen un anticonceptivo inyectable antes del viaje, como medida de precaución.

Las mujeres sufren agresiones

Las historias sobre agresiones sexuales se han propagado entre las mujeres de sus países de origen y comunidades, por ello, se han tomado algunas medidas para preparar el viaje al norte. Muchas reciben el método anticonceptivo Depo-Provera, también conocido como la inyección «anti-México» [8], para prevenir el embarazo. Las emigrantes también viajan en grupo con otras mujeres para sentirse más seguras y protegidas.

Además, en la ruta de las migrantes, las migrantes centroamericanas reciben ayuda de de otras mujeres y voluntarias que les proporcionan cobijo.

En el siguiente vídeo del Centro Internacional para los Derechos Humanos de los Migrantes (CIDEHUM [9]), Lourdes Martínez Gómez —una chica procedente del estado de México— reparte bolsas de comida y ropa interior a las mujeres que viajan sobre los trenes de mercancías que atraviesan el municipio de Huehuetoca, como parte de la campaña «Mujeres migrantes, transformadoras del mundo».

En el vídeo, Lourdes dice:

Las mujeres son un punto a agredir más fácil. Quizá más indefenso que el hombre todavía y más si son mujeres migrantes.

Aunque las migrantes han encontrado formas de protegerse a sí mismas y de recibir el apoyo de activistas, el acceso a la justicia es todavía particularmente difícil para las víctimas de agresiones sexuales. Además, México ha adoptado políticas rigurosas para la detención y deportación de migrantes, por lo que el hecho de recurrir a las autoridades para denunciar estos delitos conlleva mucho riesgo.

La militarización de la frontera sur de México es el resultado de las peticiones de Estados Unidos, para una supuesta seguridad en la región, para garantizar los acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y recientemente, la Alianza para el Progreso. Las medidas drásticas tomadas contra la migración en Centroamérica han propiciado la mobilización de medios, entrenamiento de fuerzas de seguridad y equipos, conforme al Plan de la frontera sur de México. Las migrantes se ven obligadas a soportar [10] terribles agresiones a causa de esta militarización, atravesando zonas peligrosas para eludir las detenciones. La frontera norte de México ha aumentado, a su vez, la militarización

Desde siempre, los ciudadanos centroamericanos han huido de la violencia de sus países de origen, y, últimamente, ha ascendido el número de casos de violencia de género que las mujeres han tenido que soportar. Conforme a un artículo publicado por NACLA, [11] el triángulo norte de Centroamérica (que conforman El Salvador, Guatemala y Honduras) están entre los diez países mundiales con mayor índice de feminicidios. El reciente asesinato de la activista medioambiental hondureña [12] y ganadora del Premio medioambiental Goldman, Berta Cáceres es el ejemplo de la aterradora realidad de la violencia hacia las mujeres y activistas en Centroamérica.

Las Organizaciones de sociedades civiles están impulsando un cambio en las políticas para proteger a las mujeres migrantes. Los expertos han pedido que se expidan [11] visas de turistas y humanitarias a las mujeres migrantes en México para mitigar la violencia perpetrada por las políticas de la alta militarización de las fronteras y los cárteles de droga locales.

Estamos preocupados por el número creciente de mujeres que huyen de Centroamérica

En una rueda de prensa, a principios de este año, la Agencia de la ONU para los refugiados reivindicó una respuesta más contundente con el fin de protegerlos; así como un enfoque regional que implique un compromiso común de los países como respuesta a la crisis migratoria.

«ACNUR considera que la situación actual en Centroamérica es una crisis de desamparo. Nos preocupa especialmente el aumento del número de niños y mujeres que huyen solos. Estos se ven condenados a entrar en bandas criminales, a sufrir violencia de género y a ser asesinados», declaró el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.