Conoce a la nueva organización mexicana que busca poner un alto a la crisis de corrupción

 

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Logotipo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad utilizado con permiso.

México es un país hundido en las oscuras profundidades de la corrupción. Así lo demuestra el Índice de Percepción de la Corrupción de la organización no gubernamental Transparencia Internacional –en el que se le equipara a Armenia y Filipinas– y lo confirma la reciente embestida del Poder Legislativo que azuza la opacidad, a la que nos referimos en días anteriores.

Con una clase política renuente a cambiar las reglas, en apariencia interesada en mantener el status quo que tanto le ha beneficiado, ¿en manos de quién se encuentran las herramientas para forjar un mejor panorama? Quizás en las organizaciones de la sociedad civil que se mantengan ajenas a la partidocracia del país. Con ello en mente, nos acercamos a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, A.C. (MXvsCI), cofundada recientemente por María Amparo Casar (socióloga/investigadora) y Claudio X. González (abogado/activista social), para conocer las percepciones de su organización sobre la crisis de corrupción y sus planes para combatirla.

A continuación, un extracto de lo que comentó María Amparo Casar en entrevista para Global Voices (GV):

GV: ¿Cuál es la magnitud del problema de la corrupción en México? ¿Qué tan grave es y cuáles son algunas de sus implicaciones?

MXvsCI: La corrupción es un problema crítico por la extensión del fenómeno, la frecuencia con que ocurre y las consecuencias que acarrea. A nivel nacional la población considera que las prácticas de corrupción son frecuentes o muy frecuentes y que el nivel de la corrupción actual comparado con el de los últimos años ha aumentado considerablemente.

La corrupción ha ido escalando entre las inquietudes de la población hasta que hoy en día la mayoría de las encuestas la sitúan entre los problemas que más preocupan a los mexicanos.

La organización basó parte de estas observaciones en su estudio de la prensa, con el que fue posible dar cuenta de los numerosos casos que ocupan la atención de los medios de comunicación escrita:

Una de las mediciones que permite estudiar la frecuencia de actos de corrupción en México es el análisis de prensa. El aumento de menciones de corrupción en la prensa es impresionante: de 502 notas periodísticas y 27 titulares de periódicos que mencionaban la palabra en 1996 se pasó a 29,505 notas y 2,587 titulares en 2014. Este notable crecimiento no indica necesariamente el incremento de la corrupción en México. La transición democrática que vivió́ el país en el último tercio del siglo XX trajo aparejada mayor libertad de prensa y, a partir de 2002, un considerable incremento en el acceso a la información pública. Es posible que los actos de corrupción se hayan mantenido en niveles semejantes al pasado pero que dadas la mayor libertad, el mayor número y pluralidad de medios (sobre todo en la prensa y redes sociales), los recursos dedicados a la investigación periodística independiente y el interés de exhibirlos por parte de los medios de comunicación, el conocimiento de los mismos y la conciencia generalizada sobre este problema haya crecido exponencialmente.

En México, el problema de la corrupción se considera como de carácter sistémico, dicho de otra manera, que permea a casi la totalidad del cuerpo político, económico y social. En otras democracias que han avanzado en el control de la corrupción, ésta se presenta como una excepción o como un problema que se concentra sólo en algunos sectores o instituciones.

De acuerdo a la percepción institucional, los costos de este problema son también bastante altos:

La corrupción tiene altos costos sociales, económicos y políticos. En el ámbito económico, la corrupción da como resultado menor competencia, pérdida de competitividad y productividad, disminución de la inversión, menor tasa de eficiencia en la recaudación y el desvío del gasto público hacia fines privados.

Además, MXvsCI se refirió a otras consecuencias de corrupción que también contribuyen a la gravedad de la situación:

En el espacio social, [la corrupción] contribuye a la desigualdad en el ingreso, promueve el clientelismo, disminuye la equidad de oportunidades y provoca el desvío de recursos dedicados a los programas sociales; erosiona la confianza entre individuos y el tejido social. Adicionalmente, profundiza la desigualdad en el acceso a la justicia e incentiva la violencia.

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Logotipo completo de la organización. Imagen usada con permiso.

GV: ¿Qué trabajo pretende llevar a cabo Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad para enfrentar esta problemática? 

MXvsCI: Nos hemos propuesto generar las condiciones normativas, institucionales y culturales necesarias para que los ciudadanos, funcionarios públicos y el sector privado eviten, rechacen y denuncien la corrupción, en todas sus formas. Por ello, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad se compromete a:

  • Estudiar, medir y exhibir las causas, costos, impactos y consecuencias de la corrupción.
  • Proponer ordenamientos jurídicos y políticas públicas tendientes a cerrar las ventanas de oportunidad que generan los actos y redes de corrupción, así como la impunidad que los acompaña.
  • Investigar, denunciar y perseguir casos y redes de corrupción frente a los que las autoridades permanecen impasibles.
  • Traducir, encauzar y conducir la indignación ciudadana en acciones conducentes a combatir la corrupción a través de la cultura de la denuncia y la participación social.

Esto implica una acción integral, no sólo para denunciar, sino para exigir sanciones y proponer acciones ante actos de corrupción, que involucren y empoderen a los ciudadanos.

La lucha contra la corrupción y la participación ciudadana

GV: ¿Cómo planean acercarse a la ciudadanía y qué respuesta esperan de ella?

MXvsCI: Queremos ser el referente en el tema de corrupción e impunidad y difundiremos reportajes, trabajos de investigación aplicada y litigio estratégico que desarrolle la organización.

Además, buscaremos brindar espacio a información de distintas fuentes, que refleje la pluralidad de las voces que se pronuncian sobre el tema en el país.

El objetivo es crear una comunidad interesada en su entorno y cómo contribuir a combatir la corrupción.

Amparo Casar señaló en particular las redes sociales que su organización utiliza actualmente para darse a conocer:

A través de Twitter nuestro público es más especializado; provienen de la academia y de medios de comunicación, quienes a su vez poseen un público muy enfocado en esos sectores, por lo que buscamos colocar temas en la agenda prioritarios en la lucha contra la corrupción.

En Facebook el público es más doméstico y variado. Aglutina ciudadanos “de a pie” principalmente, quienes acostumbran informarse a través de las redes sociales, y en esta red buscamos generar un debate entre la ciudadanía y especialistas.

GV: ¿Te gustaría citar el ejemplo del algún país en el que la corrupción haya disminuido considerablemente gracias a la participación ciudadana? O ¿qué país podría servirle a México como punto de comparación o ejemplo a seguir?

MXvsCI: México no está condenado a ser un país caracterizado por la corrupción y la impunidad. En esta transformación, el compromiso de los ciudadanos y la presión de la sociedad civil son esenciales: ningún país que haya sido exitoso en reducir significativamente la corrupción lo ha hecho sin que la sociedad desempeñe un papel protagónico en ese esfuerzo.

Sólo desde la sociedad civil puede surgir la acción coordinada necesaria para romper las redes de complicidad que sostienen a la corrupción. Además, es en la sociedad en donde los valores, actitudes y conductas se pueden transformar para establecer nuevos patrones de socialización, en los que la ilegalidad no tenga cabida.

Se requiere el compromiso y la acción de todos los integrantes de la sociedad –ciudadanos, gobierno y sector privado– sobre una base normativa legítima y eficaz y al amparo de un sistema de justicia capaz de hacer valer la ley de manera irrestricta. La sociedad necesita posicionar un frente común que, de manera permanente, rechace y denuncie la ilegalidad, que exhiba a quienes se corrompen y que renuncie a ser un eslabón más en la cadena.

Existen varios países en donde la presión ciudadana ha obligado a cambios institucionales para combatir la corrupción. Recientemente, el Primer Ministro de Islandia presentó su renuncia después de que más de 10 mil ciudadanos se manifestaran exigiendo respuestas sobre su vinculación con el escándalo denominado Panama Papers. En democracias consolidadas, la pérdida de credibilidad y legitimidad es suficiente para que los políticos rindan cuentas a los ciudadanos, con acciones que pueden llegar, incluso, a la renuncia, sin que haya un juicio político o investigaciones formales de por medio. Ese es el tipo de relación entre ciudadanos y gobierno al que debemos aspirar.

María Amparo Casar. Foto utilizada con autorización.

María Amparo Casar. Foto utilizada con autorización.

 

María Amparo Casar ocupa la Presidencia Ejecutiva de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. Es editorialista en el periódico Excélsior y se ha desempeñado también como Directora de Anticorrupción en el Instituto Mexicano para la Competitividad. En Twitter se le puede seguir en la cuenta @AmparoCasar.

1 comentario

  • jorge cervantes

    Felicito al valiente grupo de ciudadanos mexicanos que encabezan este movimiento al que debemos unirnos todos exigiendo que se termine con esta lacra de la corrupción y la impunidad .

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