Este artículo, escrito por Corey Wallace, fue publicado originalmente en East Asia Forum. Se republica en Global Voices con una licencia Creative Commons BY-NC-ND 3.0.
El 10 de julio se realizará la elección de la Cámara Alta del Parlamento de Japón, en la cual se disputarán la mitad de los escaños. Esta será la primera ocasión en que los ciudadanos de 18 y 19 años de edad podrán emitir sufragio en una elección nacional.
Existía una posibilidad de que esta fuera una rara elección doble, sin embargo, varios factores persuadieron al primer ministro, Shinzo Abe, de oponerse a la misma. Uno de estos fue evitar colocar cualquier carga adicional en las áreas afectadas por el terremoto de abril en Kumamoto. Además, Komeito, socio de la coalición del Partido Liberal Democrático (PLD), se opuso a esa posibilidad desde un inicio pues confía en centrar sus recursos financieros y de organización para el éxito electoral.
Quizá el factor más decisivo fue el resultado obtenido en la elección parcial de abril en Hokkaido. El quinto distrito de la provincia de Hokkaido fue considerado como una prueba crucial para determinar si un solo candidato de la oposición ‘unida‘ podría disputar de modo significativo un escaño en una ronda final directa con un candidato respaldado por el gobierno. A pesar de la intensa campaña realizada por el PLD, fue una victoria modesta pues se esperaba un resultado más contundente. Según un sondeo a boca de urna, un sorprendente setenta por ciento de los votantes independientes en realidad votaron por el candidato respaldado por la oposición.
Un sondeo interno en el PLD manifestó también que la coalición gobernante podría perder su actual mayoría calificada de dos terceras partes en la Cámara Baja en una elección doble. Esos resultados, según reportes, inquietaron al gobierno; en especial por la promesa de que una elección doble incrementaría el interés público y, por consiguiente, la asistencia de los votantes independientes.
Motivados por el resultado en Hokkaido, los partidos de oposición acordaron postular un solo candidato en cada uno de los 32 distritos uninominales (SMD) para la elección de la Cámara Alta. En la elección del 2013, el PLD ganó virtualmente los 31 distritos uninominales que estaban disponibles aunque, en promedio, no recibió la mayoría de los votos en esos distritos. Para el PLD, obtener una mayoría considerable de los distritos uninominales en la Cámara Alta del Parlamento japonés es, por lo general, necesario para asegurar una sólida mayoría en la misma, puesto que a los partidos de oposición con frecuencia les va relativamente mejor en el segmento de representación proporcional y en los distritos plurinominales (MMD).
Ciertos indicadores han dado esperanza a la oposición conjunta de que es posible que ganen una mayor proporción en los distritos uninominales, evitando así, al menos, una fácil victoria para el gobierno. Una encuesta demostró que solo existe apoyo poco entusiasta hacia el PLD en la votación de representación proporcional y, un acortamiento en la distancia entre los partidos gobernantes y los partidos de oposición en los distritos electorales.
Únicamente 28 % de los encuestados consideraron que la Abenomía estaba teniendo un efecto positivo en la economía. La mayoría de los distritos uninominales se encuentran en las áreas regionales, que han sido las menos beneficiadas de la Abenomía. También existe evidencia de creciente descontento hacia la administración de Abe entre los simpatizantes tradicionales del partido en esas regiones, debido a la reciente firma del Acuerdo de Asociación Transpacífico. Conscientes de ello, el gobierno ha pospuesto la ratificación del acuerdo hasta después de la votación de la Cámara Alta.
Pese a la preocupación sobre la ineficacia de la Abenomía, la coalición gobernante realizará su campaña sobre la idea de que es un gobierno estable, efectivo y ‘responsable’ que necesita de un mandato incluso más fuerte para abordar la reforma y ‘acelerar la Abenomía’. La principal línea de ataque de la oposición será el ‘fracaso‘ de la Abenomía, como se ve en el segundo aplazamiento del aumento en el impuesto al consumo y por la necesidad de una oposición fuerte que temple la administración de Abe.
Punters consideró que esta elección podría ser disputada por asuntos constitucionales o de seguridad. Esta es la primera que se realiza desde la aprobación de la controversial legislación de seguridad en 2015. Aunque esta carece de popularidad, los sondeos de opinión indican que el público no tiene ninguna prisa por derogar toda la legislación. Las continuas incursiones de China en el mar territorial y zona contigua reclamado por Japón no contribuirán a la causa de la oposición en contra de la legislación.
Además, la oposición invocará la amenaza de reforma constitucional bajo la administración de Abe, aunque la coalición gobernante cuidadosamente ha evitado realizar campaña sobre el tema. Para modificar la constitución, la coalición gobernante necesita una mayoría de dos terceras partes. Esto requeriría ganar en casi todos los 32 distritos uninominales, una mayoría en los votos de representación proporcional y una mayoría significativa en los distritos plurinominales. No obstante, los sondeos actuales sugieren que PLD y Komeito tendrán dificultad para obtener una mayoría de los votos de representación proporcional. El partido también renunció a la oportunidad de mayor riesgo/mayor recompensa para obtener un mayor número de distritos plurinominales cuando decidió no postular más de un candidato por distrito.
Es muy improbable que la coalición gobernante obtenga la mayoría calificada necesaria para modificar la constitución. Contrario a las expectativas, también es poco probable que la inclusión de los votantes jóvenes nacionalistas japoneses sea de alguna utilidad, pues tampoco están entusiasmados por la agenda constitucional y de seguridad de Abe.
Con tan poca motivación en el público es posible que la asistencia de los votantes sea escasa. Existe poca probabilidad de que los independientes emitan sufragio, como ha sido el caso en cada elección desde el año 2009. Salvo que exista un escándalo político serio, es casi seguro que la oposición no podrá registrar una victoria que sea lo suficientemente significativa para cambiar la manera en que la administración de Abe lidia con la oposición. Quizá el problema más grande será si el PLD puede obtener la mayoría de escaños de la Cámara Alta por su propia cuenta, obligándose a disminuir la dependencia con su socio de coalición, Komeito.
Corey Wallace es el investigador posdoctoral Einstein de la Escuela de Posgrados en Estudios sobre Asia Oriental, Universidad Libre de Berlín.