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Después del ataque a Niza, una oportunidad para que respetemos el dolor en todas partes, juntos

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Cimiez borough by Patrice Semeria - Public Domain [1]

Vecindario de Cimiez en Niza por Patrice Semeria – Dominio público

Nací en Niza, Francia, donde mis padres trabajaron por un par de años antes de regresar a Madagascar. Aprendí a hablar con mi abuelo en el Arènes de Cimiez, un parque ubicado en la ladera de la ciudad. Estaba con él en el parque a los tres años cuando él tuvo el primer accidente cerebrovascular que años después acabaría con su vida.

Mientras veo la devastación causada en la ciudad durante las celebraciones de anoche por el Día de la Bastilla, por un loco que manejó un camión contra una multitud de miles [2], matando al menos 80 personas [3], mi mente da vueltas a las imágenes de niños, mujeres y hombres corriendo y gritando al mismo tiempo que un camión monstruoso corría hacia ellos a toda velocidad.

Las familias de las víctimas, residentes, colegas, se despiertan esta mañana molestos y tristes, luchando por comprender la realidad de seres amados perdidos y de una ciudad conmocionada. Ahora este es el tercer ataque en suelo francés en un espacio de aproximadamente 20 meses. Un día de duelo ha sido declarado, y el estado de emergencia impuesto luego de los ataques de noviembre [4] ha sido extendido por otros tres meses  (Iba a terminar el 26 de julio). Éste es también uno de los muchos asesinatos en masa que han ocurrido en el mundo en solamente unos pocos meses.

Antes de que abordemos los temas de por qué, quién y cómo se podría haber previsto esto, aquí hago un llamado para que frenemos un poco nuestros análisis y los puntos de vista precipitados. No tratemos de entender o encontrar una solución a un problema masivo que afecta al mundo entero —todavía no. No tratemos de comparar la escala de las tragedias diversas, la cantidad de dolor que la gente siente. Tratemos, por el momento, de respetar el dolor. El dolor en todas partes.

Crecí en Madagascar. Siempre que una tragedia nos golpea allá, el proceso es casi siempre el mismo: familia y amigos se reúnen para ocuparse de los fallecidos, vestirlos lo mejor que pueden para prepararlos para su viaje al destino final. Luego las familias y los seres amados se reúnen y pasan toda la noche conversando, simplemente estando juntos. Los únicos temas de conversación permitidos son recuerdos compartidos: no por qué, no si, no peros…

A view along the "Promenade des Anglais" in Nice at night by W. M. Connolley - CC BY-SA 3.0 [5]

Una vista del «Paseo de los Ingleses» en Niza de noche por W. M. Connolley – CC BY-SA 3.0

La ciudad donde nací está dolida, por ello yo también lo estoy, aún cuando he pasado la mayor parte de mi vida adulta en otra parte. Fui de regreso a Niza como en estas fechas el año pasado. No visité el Paseo de los Ingleses, donde ocurrió la tragedia, pero caminé alrededor del vecindario aledaño y aprecié la belleza del mercado de flores y la vista desde la ladera.

Ahora sólo puedo pensar en la devastación en las mismas áreas, y en mi madrina quien probablemente atiende a los heridos. Pienso en los amigos como mi colega de Global Voices Abdoulaye [6], quien regresó a su apartamento pocos minutos antes de que todo se fuera al diablo. Quizás sólo Le Gorafi [7], la versión francesa de The Onion, ha podido captar debidamente cómo se siente todo esto, publicando solamente una palabra [8] en su portada: No.

Las dinámicas sociales de Niza han sido siempre un poco complicadas y difíciles de comprender. Mientras que la ciudad es conocida mundialmente como un punto turístico en la Rivera Francesa, la ciudad nunca ha sido especialmente amigable a los extranjeros ni las minorías. No sabemos cómo se desarrollarán las repercusiones de este ataque, pero podemos esperar que habrá unidad en medio del proceso de curación. Soy plenamente consciente de que actos de terror han devastado muchas partes del mundo recientemente, desde Bagdad al Baton Rouge. La mayoría de nosotros sabe en estos días cómo se siente perder a alguien/algo querido por razones que no comprendemos totalmente. No somos tan diferentes en ese sentido.

Pero, por favor, hoy, mantengámonos en el ahora. Respetemos el luto de las familias y amigos y al hacerlo, rindamos homenaje a las otras tragedias anteriores. Así es cómo comenzamos el proceso de curación, juntos.