El grupo estudiantil que cambió la visión de las protestas en Japón

An eye-catching poster from the student group SEALDs, featuring founding member, Wakako Fukuda (right). SEALDs (Students Emergency Action for Liberal Democracy) has changed the image of protesters in Japan, and made it okay to speak out. Credit: Courtesy of SEALDs

Un llamativo afiche del grupo estudiantil SEALDs, en el que aparece su miembro fundador, Wakako Fukuda (a la derecha). SEALDs (por sus siglas en inglés, Acción de emergencia estudiantil por una democracia liberal) ha cambiado la imagen de las protestas en Japón, y ha conseguido que manifestarse abiertamente sea aceptado. Crédito: Cortesía de SEALDs.

Este artículo de Naomi Gingold apareció originalmente en PRI.org el 29 de mayo del 2016 y se republica aquí como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos. 

Cuando Aki Okuda tenía 14 años se escapó de casa. Pero esta no es una de esas historias de chico-escapa-y-regresa-y-todo-sigue-igual.

Okuda escapó y no volvió.

“Quería ir al lugar más alejado de Fukuoka” dice. “Terminé en las islas Yaeyama, las islas situadas más al sur en Japón”.

Población: sobre 50.

Él sufrió acoso escolar en secundaria y dejó de ir a clase. La vida en su casa era también poco habitual. Su padre era sacerdote cristiano y sus padres acogían a gente sin hogar. En la época en la que él iba a la escuela secundaria, comenta, «el ‘ayudemos a la gente’ que había en su casa era completamente diferente de la atmósfera que se respiraba en la escuela. No sabía quién se suponía que era yo».

Y con toda aquella gente en casa, era difícil encontrar un espacio para estar solo. Se ríe y afirma, «Ya sabes, era un adolescente».

Después, Okuda fue a un extraño internado en el campo, donde los propios estudiantes votaban las normas. Entonces, justo cuanto estaba a punto de comenzar en una buena universidad en Tokio, el terremoto, el tsunami y la catástrofe nuclear golpearon el noreste de Japón. Era el año 2011.

Okuda comenzó a prestar ayuda como voluntario y a acudir a las protestas antinucleares.

Dice que el triple desastre fue un punto de inflexión.

Para empezar, había una falta de información creíble desde el gobierno sobre lo que estaba sucediendo. Entonces el gobierno de derechas del primer ministro Shinzo Abe anunció que se iban a reiniciar los reactores nucleares. Después anunció una nueva ley de «Secretos de Estado» para reprimir a los periodistas, una razón clave por la cual Japón ha caído en la Clasificación mundial de la libertad de prensa 2016 desde una de las primeras posiciones hasta el puesto número 72.

Aki Okuda, a founding member of the Japanese student protest group, SEALDs. Credit: Courtesy of Aki Okuda

Aki Okuda, un miembro fundador del grupo estudiantil japonés de protesta, SEALDs. Crédito: Cortesía de Aki Okuda.

«Parecía que el gobierno había ido demasiado lejos», dice Okuda. «Las cosas estaban muy desequilibradas, yo sentía que tenía que hacer algo para detenerlo».

Normalmente en Japón, la mayoría de las personas no hablan sobre política — ni con amigos ni familia. Y aunque en los Estados Unidos, hay una imagen de los estudiantes universitarios como políticamente activos y comprometidos socialmente, en Japón, es lo contrario. La universidad es conocida como tu última oportunidad de pasarlo bien. ¿Meterse en política? Eso no es divertido.

«Es realmente difícil opinar en la sociedad japonesa, y había esta idea de que la gente no piensa sobre política», dice Okuda. «Que la gente joven es apática».

Pero Okuda dice que aunque puede que la gente no hable sin reservas, hay gente que sí piensa sobre política, como su grupo — SEALDs — (por sus siglas en inglés) Acción de emergencia estudiantil por una democracia liberal.

A sus 23 años, Okuda es ahora el líder de lo que se convirtió en uno de los mayores movimientos activistas en Japón.

El pasado año, el primer ministro Abe introdujo legislación para ampliar el poder militar y cambiar la constitución pacifista de Japón. SEALDs comenzó a organizar protestas semanales delante del parlamento.

La mayoría de los japoneses ven el artículo 9 — la parte de la constitución que renuncia a la guerra y las unidades militares ordinarias — con orgullo, como punto esencial de lo que son. Y por eso muchos se opusieron a la ley de Abe sobre la seguridad.

Pero en Japón, las protestas tiene un gran problema de imagen. En los años sesenta y setenta, hubo grandes manifestaciones de estudiantes que se volvieron violentas. Murió gente. Y la imagen de los manifestantes como extremistas violentos quedó fijada.

Así que Okuda y SEALDs sabían que necesitaban cambiar la cultura y conseguir que cualquier persona normal pudiese y debiese unirse.

Comenzaron celebrando encuentros educativos. Producían ingeniosos, llamativos anuncios y folletos mostrándose ellos mismos: universitarios con estilo y normales. Okuda, muy aficionado al hip-hop, dice que no hay razón por la que los folletos para protestas y política no puedan parecer divertidos como los folletos para eventos musicales que recibe él regularmente.

En un principio, las protestas eran pequeñas, pero sobre mediados de julio y agosto, alcanzaron las 60 000 e incluso las 120 000 personas.

Los miembros de SEALDs pronunciaban discursos apasionados. Académicos destacados y políticos comenzaron a hacerlo también. Y SEALDs lideraba esos infinitos, cánticos de «llamada y respuesta», en japonés informal exigiendo la caída del primer ministro Abe, el fin de la guerra y la protección de su constitución y sus niños.

Grupos SEALDs aparecieron por todo Japón. Y también otros grupos inspirados por SEALDs.

Some critics say that SEALDs is all style over substance. Aki Okuda says that just means they've succeeded in changing the image of protestors. Credit: Courtesy of SEALDs

Algunos críticos dicen que SEALDs es todo estilo y no sustancia. Aki Okuda dice que eso solo significa que han conseguido cambiar la imagen de los manifestantes. Crédito: Cortesía de SEALDs.

David Slater es un antropólogo cultural que ha estado estudiando a SEALDs desde que aparecieron en escena. Dice que las generaciones más mayores en Japón se han sorprendido — e inspirado.

«Ellos, sorprendidos, se dijeron ‘esa es la gente que está sufriendo ahora porque mi propia generación no hizo nada durante los años ochenta y noventa y ahora ellos tienen el valor de pronunciarse libremente, incluso arriesgándose personalmente'», afirma Slater.

Okuda fue invitado a hablar en la Dieta, el parlamento japonés. Pero finalmente, tras una pelea física y real, Abe consiguió que se aprobase la ley militar.

SEALDs volvió su atención hacia las elecciones de 2016, centrándose en el voto para echar al poder político actual. Recientemente, ayudaron al acercamiento de los partidos de la oposición. Ahora hay un nuevo partido político en Japón. Y ellos han estado haciendo grandes campañas para que la gente salga a votar.

Pero a pesar de todo, hay voces críticas que dicen que SEALDs no es suficientemente serio, y que ellos se centran en el estilo y no en la sustancia.

Cuando Okuda escucha eso, ríe: «Esa fue nuestra estrategia», dice, para cambiar la imagen de las manifestaciones y los manifestantes. «Así que el hecho de que la gente diga eso, significa que ha funcionado».

Él cree que el objetivo más grande de SEALDs ha sido siempre crear en Japón una cultura donde se acepte que cualquiera comparta su opinión y hable sobre política abiertamente, con compañeros de trabajo, amigos y familia, en público — para crear una nueva normalidad.

Slater afirma que la influencia de SEALDs, como cualquier otro gran movimiento social, será completamente comprendida solo en los próximos años. Pero la gente está ya comenzando a ser más abiertos sobre política. Dice que sus estudiantes son más conscientes de los problemas y de su potencial para participar.

Y SEALDs — y Okuda, especialmente — se han convertido básicamente en estrellas del rock en Japón. Okuda concede múltiples entrevistas diariamente y habla en eventos. Ha salido un nuevo reportaje. También está trabajando en dos libros, uno escrito por él mismo, otro con otros miembros de SEALDs. Okuda tiene 28 900 seguidores en Twitter.

Miembros de SEALDs también han aparecido en las portadas de revistas japonesas sobre moda y cultura. A principios de este año, Okuda y una de las más destacadas mujeres de SEALDs aparecieron en Rolling Stone. Y para estas próximas elecciones, SEALDs se ha asociado con una conocida marca de moda; su eslógan «No tires tu voto a la basura» está a punto de salir en unos de los grandes almacenes más famosos de Tokio.

A pesar de todo, Okuda dice que SEALDs planea disolverse tras las elecciones de julio. Okuda, que está ahora estudiando postgrado, dice que siempre fueron un grupo de individuos y cada uno decidirá lo que quiere hacer después.

Pase lo que pase, está claro que algo está cambiando en Japón. Y que un grupo que se creía inconexo está marcando el camino.

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