Llamadas a la comunidad internacional para que intervenga ante el continuo encarcelamiento de disidentes en Gambia

Gambian President Yahya Jammeh who has been in power since 1994 is widely accused of human rights violations. Public Domain photo by the White House uploaded online by Wikipedia user Alifazal.

Yahya Jammeh, presidente de Gambia desde 1994, ha sido acusado en numerosas ocasiones de violaciones de los derechos humanos. Foto de dominio público facilitada por la Casa Blanca y subida a Internet por el usuario de Wikipedia, Alifazal.

El 20 de julio del 2016, el Tribunal Supremo gambiano condenó al líder del importante Partido Democrático Unido (UDP) (actualmente en la oposición), Ousainou Darboe, y a otros 18 activistas opositores a tres años de cárcel por — entre otros cargos — participar en una manifestación no autorizada. Fueron arrestados el 19 de abril en la capital, Banjul.

La oposición ha denunciado el juicio, mientras que la organización de derechos humanos, Amnistía Internacional, ha señalado que estas sentencias de cárcel hacia líderes opositores continúan con la espiral de descenso de los derechos humanos en Gambia.

Entre los condenados se encuentra Fanta Darboe Jaware — una ciudadana con nacionalidad estadounidense que, mientras visitaba el país, participó en la protesta encabezada por su tío. El fallo está atrayendo la atención en los Estados Unidos, donde cuatro miembros del congreso de Maryland han expresado su indignación por su condena.

En abril del 2016, el país fue testigo de una serie de protestas sin precedentes que comenzaron con una manifestación pacífica para pedir que se realizaran reformas electorales antes de las próximas elecciones nacionales de diciembre de 2016. La manifestación estuvo encabezada por Ebrima Solo Sandeng, la responsable de juventud del principal partido de la oposición, UDP. Muchos políticos de la oposición creen que las leyes electorales existentes favorecen al actual presidente, Yahya Jammeh, y les gustaría que esto cambiara. Tal y como están las cosas, resulta difícil desafiarlo — se necesitan al menos 500 000 Dalasi gambianos (alrededor de 11 280 dólares estadounidenses) para registrar un partido político o competir como candidato a la presidencia de Gambia.

Al final de la protesta, las fuerzas de seguridad rodearon y detuvieron a Sandeng y a otros simpatizantes de UDP. Sandeng y otros dos miembros de UDP murieron mientras estaban bajo custodia policial durante las 48 horas posteriores a sus arrestos. Esto llevó a nuevas manifestaciones, encabezadas por Darboe, que pedían la liberación del resto de los manifestantes.

Los Estados Unidos, las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales han apelado reiteradamente al gobierno para que respete el derecho de los ciudadanos a protestar de manera pacífica. El presidente Jammeh, que lleva en el poder desde 1994, ha sido muy criticado por el maltrato a periodistas, opositores y miembros de la comunidad LGTB.

En su presentación del 2014 del Examen Periódico Universal (UPR, por sus siglas en inglés) de Gambia, Amnistía Internacional apuntaba: “Desde el primer Examen Periódico Universal de Gambia, realizado en el 2010, la situación de los derechos humanos en el país se ha deteriorado. El gobierno continua reprimiendo la libertad de expresión y cometiendo otras violaciones de los derechos humanos con impunidad”.

Tanto gambianos como internautas de fuera del país han usado Facebook y Twitter para condenar la sentencia.

Haciendo un llamamiento a las organizaciones internacionales para que intervengan, la Fundación de Medios de Comunicación para África Occidental compartió una infografía que mostraba los abusos cometidos por el gobierno de Jammeh a lo largo de los años:

He aquí el porqué la CEDEAO [Comunidad Económica de Estados de África Occidental], la UA [Unión Africana] y la comunidad internacional tienen que llamar al orden al presidente Yahya Jammeh.

Niamina Nko también hacía un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe:

Cierre de todas las embajadas gambianas alrededor del mundo.

Oumie Andrews hacía referencia al hecho de que la detención tuvo lugar ante juzgados no gambianos:

Paren a jueces mercenarios nigerianos que encarcelan ilegalmente a inocentes gambianos.

El gobierno de Jammeh tiene una política de contratación de jueces y magistrados nigerianos; los gambianos del Reino Unido dieron su opinión sobre esta práctica:

En el Reino Unido, los gambianos protestan, entregan una petición al Tribunal Supremo Nigeriano instándole a que pare el uso de jueces mercenarios por parte de Jammeh.

Un usuario bajo el alias «YesWe Can» [Sí, podemos] se lamentaba:

La sentencia del abogado Darbo y sus ejecutivos es una farsa… pero al final, no vamos a hacer NADA.

Un periódico digital gambiano parecía sugerir que los jueces que presidían el juicio estaban más preocupados por el dinero que por cualquier otra cosa:

Cuando el dinero lo es todo para los jueces, la justicia se convierte en la primera víctima.

En Facebook, un usuario bajo el nombre de ‘Che Guevaara’ se quejaba sobre la hipocresía de la Unión Africana (AU):

The AU does not condemn a Dictator when he is oppressing his people but it will condemn when the Dictator is overthrown.

La Unión Africana no condena a un Dictador cuando este está oprimiendo a su pueblo pero lo condenará cuando el Dictador sea derrocado.

Comentaristas de otros países africanos también discrepaban sobre la situación. Adomati Robert, de Uganda, apuntaba que en los países africanos en general — no solo en Gambia — los partidos de la oposición no son tratados de manera justa:

I'm a Ugandan but I see no difference in political crisis with that of Gambia and other politically oppressed African nations where opposition parties are seen as a threat to the political security of the ruling government. This is a way of defending selfish interests of the greedy leaders. When the rich robs the poor, it's called ‘defense’ and when the poor fights back it's called ‘offense’.

Soy ugandés pero no veo ninguna diferencia entre la crisis política de Gambia y la de otras naciones africanas oprimidas políticamente donde los partidos de la oposición son vistos como una amenaza a la seguridad política del gobierno que ostenta el poder. Es una manera de defender los intereses propios de los codiciosos líderes. Cuando el rico roba al pobre, se le llama «defensa» y cuando el pobre contraataca, se le llama «ofensa».

Un comentarista de Zambia, Eugine Mwambila, decía que en su país se estaba dando el mismo tratamiento a los políticos de la oposición:

african leaders dont want to be opposed,our african democracy is a sham,Uganda,Egypt,Zimbabwe,Angola and the same is happening in my country Zambila the opposition is being threatened with jail terms,there is need for Amnesty and other international Ngo z (sic) to help this man,

Los líderes africanos no quieren oposición, nuestra democracia africana es una farsa. Uganda, Egipto, Zimbabue, Angola y lo mismo está ocurriendo en mi país, Zambia. La oposición está siendo amenazada con cárcel, necesitamos que Amnistía Internacional y otras ONG internacionales ayuden a este hombre.

Sin embargo, Cheikh Bamba salió en defensa del presidente Jammeh, refiriéndose a él — en tono irónico — como «este dictador»:

This so-called opposition called UDP is a group of disgruntled figures with ties to the former super corrupt regime and hardcore tribalists
This dictator out perform the previous 30 years corrupt government and the colonial system combined
The real farce is the daily fabricated stories regarding the Gambian situation

Esta supuesta oposición llamada UDP es un grupo de gente insatisfecha ligado al anterior régimen corrupto y de duros tribalistas.
Este dictador ha superado los 30 años anteriores de gobierno corrupto combinado con un sistema colonial.
La verdadera farsa son las historias que se fabrican a diario respecto a la situación de Gambia.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.