La vida de los trabajadores migrantes en la «pequeña Birmania» de Tailandia

A migrant worker is pictured laboring in a construction site in Mahachai, Samut Sakhon, Thailand. (Photo: JPaing / The Irrawaddy)

Migrante trabajando en un área de construcción en Mahachai, Samut Sakhon, Tailandia (Imagen: JPaing / The Irrawaddy).

Este artículo escrito por Nyein Nyein proviene de la página The Irrawaddy, un sitio de noticias independientes en Myanmar, y se republica en Global Voices como parte de un acuerdo para compartir contenido.

Deambular por las calles de Samut Sakhon, al sureste de Bangkok, y ver la imagen de personas vistiendo el tradicional sarong, que lleva por nombre longyi o tamein, mientras se comunican en idioma birmano haría sentir a un extranjero como si estuviera en Rangún, la ciudad más grande de Myanmar, en lugar de estar en una ciudad tailandesa.

Para muchos migrantes birmanos que residen en Tailandia, el día domingo es el único día libre de la semana – momento para relajarse y tener un breve descanso del trabajo duro; no obstante, para los miles de otros jornaleros ese día de reposo no existe.

Aquellos que migran hacia esa región se sienten motivados por la esperanza de devengar mejores sueldos. Samut Sakhon es considerada a distancia como un refugio pues se sabe que la remuneración aquí es más alta que en Bangkok; aunque la industria pesquera ubicada en la provincia conserva su mala reputación por sus sueldos bajos y las condiciones de explotación.

Conocida localmente como Mahachai, pero referida ampliamente entre los extranjeros como «la pequeña Birmania» (Myanmar era conocido anteriormente como Birmania), esta ciudad portuaria hospeda entre 300 000 y 400 000 migrantes birmanos que trabajan en alguna de las seis mil fábricas y pescaderías.

Ma Thein Win es originaria de la División de Tenasserim, Myanmar, y ha vivido en Tailandia por cinco años. Anteriormente había trabajado en Bangkok, pero en abril se mudó a Samut Sakhon con la esperanza de aumentar su ingreso siendo una obrera de construcción.

Con 45 años de edad y siendo madre de cuatro, ella anhela regresar a su pueblo natal en el Distrito Dawei.

«Pero si no tenemos dinero ni hogar, ¿cómo podríamos regresar y sobrevivir?», Thein Win preguntó en voz baja mientras acomodaba una pila de maderos junto a la zona de construcción, donde los hombres trabajaban en lo alto de los edificios incompletos.

Si existiera un empleo remunerado en el que pudieran desempeñarse en su tierra natal, muchos en la comunidad migrante en Tailandia dijeron a The Irrawaddy que regresarían a Myanmar, en lugar de buscar trabajo en un país extranjero para poder subsistir.

Migrant workers are pictured laboring in the Talaat Kung shrimp market in Mahachai, Samut Sakhon, Thailand. (Photo: JPaing / The Irrawaddy)

Migrantes trabajando en el mercado camaronero Talaat Kung en Mahachai, Samut Sakhon, Tailandia. (Imagen: JPaing / The Irrawaddy).

‘Conservamos nuestra paciencia’

En 2012, la entonces líder de la oposición de Myanmar, Aung San Suu Kyi, visitó Tailandia – y Mahachai – por vez primera. Realizó una segunda visita en junio de este año, pero en esta oportunidad en calidad de consejera de Estado, después de que su partido obtuviera una arrolladora victoria en las elecciones de noviembre de 2015. En el transcurso de este último viaje Suu Kyi se reunió con un pequeño grupo de migrantes de Mahachai, luego que las autoridades tailandesas bloquearan el acceso al líder de facto de Myanmar de los grupos de derechos laborales y a una gran multitud de ciudadanos birmanos.

Thein Win fue una de tantos migrantes que no pudieron presenciar las pláticas de Suu Kyi con los trabajadores birmanos en Tailandia. Recordar la visita de la dama hizo que derramara unas lágrimas, las cuales atribuyó a tener «sentimientos encontrados». Suue Kyi, Thein Win todavía esperaba, trabajaría para «llevar bienestar» a sus vidas.

Los trabajadores birmanos de Talaat Kung o el mercado camaronero, también estuvieron emotivos al discutir sobre la visita de la consejera de Estado y sus esperanzas de mejores oportunidades laborales, las cuales Suu Kyi reconoció durante su visita en este país. Sus salarios son frecuentemente inconsistentes, oscilan entre 200 ($5.72 USD) a 300 Baht tailandeses ($8.58 USD); este último es el sueldo diario mínimo oficial en Tailandia, no obstante, a menudo este no lo ofrecen a los trabajadores migrantes extranjeros.

Mientras seleccionaba camarones en una mesa, Aye Myat indicó a The Irrawaddy que devenga el sueldo diario mínimo de Tailandia por ochos horas de trabajo; no obstante, el horario laboral varía dependiendo de la disponibilidad del camarón u otros mariscos. Myat, asegurando tener 18 años, aunque aparenta ser más joven, llegó al país hace cuatro años proveniente de Moulmen, estado de Mon, y vive con su hermana – indicó que sus padres son los únicos que permanecen en su hogar ubicado en el sureste de Myanmar.

Asegurar fuentes que hablaran abiertamente sobre las condiciones laborales en Mahachai fue particularmente desafiante; muchos de estos individuos que laboran en la industria marisquera no se atrevieron a emitir quejas ante la prensa.

Los patrones tailandeses son renuentes a atraer cobertura mediática enfocada hacia los puertos de la región, los mercados o las zonas de construcción. Los trabajadores manifestaron a The Irrawaddy que si descubrían que habían contribuido a la historia sobre la pequeña Birmania, temían ser despedidos después.

«Mientras trabajemos en otro país, debemos conservar nuestra paciencia, tal como lo dijo Amay [madre] Suu», Ye Min, un trabajador del Talaat Kung indicó a The Irrawaddy antes de ser interrumpido por su superior, quien concluyó la entrevista.

Migrant workers are pictured laboring in the Talaat Kung shrimp market in Mahachai, Samut Sakhon, Thailand. (Photo: JPaing / The Irrawaddy)

Migrantes trabajando en el mercado camaronero Talaat Kung in Mahachai, Samut Sakhon, Tailandia. (Imagen: JPaing / The Irrawaddy).

‘Son asediados’

Los trabajadores también compartieron historias acerca del miedo que tienen de que la policía tailandesa escudriñe sus documentos de identificación y documentación laboral, a fin de investigar si poseen el permiso para trabajar legalmente en el país.

«La policía solicita dinero para obtener un ingreso extra cuando sospechan de nuestros documentos [que estén incompletos]», un hombre que labora en el mercado camaronero afirmó casi susurrando y con la condición de permanecer en el anonimato.

Se estima que la cifra de trabajadores migrantes en Tailandia está entre los tres y cuatro millones, sin embargo, menos de la mitad se encuentran oficialmente registrados. Se han estado implementando diferentes políticas para ayudar a los trabajadores provenientes de Myanmar a fin de que obtengan la documentación legal, particularmente, cuando sus documentos actuales expiran. Esto incluye realizar el registro para obtener una «tarjeta rosa» o permiso de trabajo, a la cual se puede optar después de que expira la visa de cuatro años.

«Aunque sean trabajadores migrantes documentados son frecuentemente asediados», afirmó Sai Sai, un colaborador de Migrant Workers Rights Network, una organización que brinda asistencia a los migrantes de Myanmar en Tailandia.

Sai Sai explicó que las sospechas de las autoridades pueden surgir por la falta de destreza en el idioma tailandés, esto puede causar un arresto por sospecha de uso de drogas o por viajar entre las provincias de Tailandia – la «tarjeta rosa» no concede libertad de movimiento, solo autoriza a los trabajadores migrantes el derecho de permanecer en la parte del país donde registraron sus documentos.

Según un artículo del BangKok Post, la fecha límite para registrar el permiso de trabajo para los migrantes se ha extendido hasta el 29 de julio, después de esa fecha, las autoridades afirman que no habrá ninguna indulgencia. No obstante, se esperan medidas represivas más severas – en Samut Sakhon y en toda Tailandia – para aquellos que se les dificulte cumplir con los requisitos de registro.

Migrant workers are pictured laboring in the Talaat Kung shrimp market in Mahachai, Samut Sakhon, Thailand. (Photo: JPaing / The Irrawaddy)

Migrantes trabajando en el mercado camaronero Talaat Kung en Mahachai, Samut Sakhon, Tailandia. (Imagen: JPaing / The Irrawaddy).

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