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Recordando el movimiento antibélico yugoslavo de comienzos de los años 90

Categorías: Europa Central y del Este, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Kosovo, Macedonia, Montenegro, Serbia, Activismo digital, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Política, Relaciones internacionales
Screen shot from Zetra Project video commemorating an 1991 anti-war concert in Sarajevo, Bosnia and Herzegovina.

El Proyecto Zetra conmemora un concierto contra la guerra de 1991 en Sarajevo, Bosnia Herzegovina. Imagen: YouTube.

Es verano en la antigua Yugoslavia, cuando las pasiones nacionalistas están en su punto más alto, mientras las personas echan un vistazo a las guerras de los años 90 que desgarraron el país. Este pasado mes de julio, algunos usuarios de internet decidieron ir por un camino diferente y recordar los intentos orgullosos, aunque infructuosos, de detener esas guerras.

Tradicionalmente, las élites políticas en la región han usado el aniversario de la guerra para provocar tensiones étnicas y religiosas organizando celebraciones de estado y haciendo declaraciones públicas provocadoras, incluidas negaciones de genocidio y crímenes de guerra establecidos por cortes internacionales, que a veces resultan en delirios de los medios.

Los dos aniversarios con mayor carga política son la masacre de Srebrenica [1] de julio de 1995 en Bosnia, y la Operación Tormenta [2] de agosto de 1995 en Croacia (la primera es un genocidio reconocido internacionalmente contra la población de etnia bosnia por parte de fuerzas bosnio serbias; la segunda es una importante victoria militar del Ejército Croata que tuvo como resultado la limpieza étnica de la población serbia en la región de Krajina).

Hartos de la tendencia de explotar estos aniversarios por razones políticas divisorias, algunos usuarios de internet en la región han tratado de mover el punto de atención del público a los esfuerzos antibélicos de comienzos de los años 90. Este enfoque rompe con historias oficiales y mucha de la cobertura de los medios tradicionales, y crea oportunidades de “verdadera reconciliación”, según los activistas. La iniciativa combina actos individuales espontáneos y actividades organizadas.

Por ejemplo, el usuario serbio de Twitter Zoran Torbica publicó un enlace a un video con la primera actuación pública del supergrupo de música antibélica Rimtutituki [3], realizado el 8 de marzo de 1992 en Belgrado.

Había que ser bien valiente para pedir paz en el '92. Si nos hubieran escuchado a los que éramos niños en ese momento no hubiera habido guerra…

Después de que las autoridades no les permitieron organizar el concierto, la banda actuó en la parte trasera de un camión, que recorrió las calles de Belgrado. El video documenta la actuación y la participación de miles de jóvenes que protestaban contra la guerra y el reclutamiento.

El 29 de julio también se conmemoraron los 25 años de un masivo concierto de rock a favor de la paz que se llevó a cabo en Sarajevo. El Proyecto Zetra [7] ha trabajado para documentar este acontecimiento e informar a las personas en el país y el extranjero sobre su importancia. Como explica [8] un artículo publicado en Balakanist.net:

Due to a bad weather forecast, the concert was relocated to Zetra at the last minute. A Sarajevo taxi company ferried thousands of people from the original outdoor venue for free. An unprecedented 30,000 people amassed inside Zetra, while another 50,000 gathered around the sports hall to hear the show from outside. The concert was organized and broadcast by the Yugoslavia-wide television station Yutel and carried the name Yutel za Mir (Yutel for Peace). Yutel for Peace was the culmination of earlier peace protests in Yugoslavia uniting anti-war activists from all over the country with Yugoslavia’s most popular rock bands in a collective effort to save Yugoslavia from war and dissolution.

Debido a malos pronósticos del tiempo, el concierto fue reubicado en Zetra a último minuto. Una empresa de taxis de Sarajevo transportó gratis a miles de personas desde el recinto original al aire libre. Un cantidad sin precedentes de 30,000 personas se dieron cita dentro de Zetra, en tanto que otras 50,000 se reunieron alrededor del salón de los deportes para escuchar la presentación desde afuera. El concierto fue organizado y transmitido a toda Yugoslavia por la estación de televisión Yutel y se llamó Yutel za Mir (Yutel por la Paz). Yutel por la Paz fue la culminación de protestas anteriores por la paz en Yugoslavia que unió a activistas contra la guerra de todo el país con las bandas de rock más populares de Yugoslavia en un esfuerzo colectivo de salvar a Yugoslavia de la guerra y la disolución.

Los idiomas con que trabaja el Proyecto Zetra son los locales serbio, croata y bosnio, así como el alemán. El sitio web del proyecto contiene entrevistas con varias personas que asistieron al concierto sobre cómo era estar ahí, y cuáles eran sus ramificaciones en ese momento:

A fines de julio, la organización de medios Deutsche Welle publicó una entrevista con el autor del Proyecto Zetra [9], Danijel Visevicwho, periodista y director de cine radicado en Berlín, que explicó:

The «Zetra Project» is an online space where people that were at the Zetra Hall concert can meet once again. We are collecting stories from people that were actively engaged in promoting peace, who were at the concert, and have a connection to the peace movement. They can tell us their stories so that the memory of the movement remains alive. But also to remind others that back then people around the country wanted peace.

El «Proyecto Zetra» es un espacio en línea donde las personas que estuvieron en el concierto en Zetra Hall se pueden volver a reunir. Estamos reuniendo historias de personas que estuvieron comprometidas activamente en promover la paz, que estuvieron en el concierto, y tienen una conexión con el movimiento de paz. Nos pueden contar sus historias para que la memoria del movimiento siga vivo. Pero también para recordar a otros que, en ese tiempo, las personas en todo el país querían paz.

Jadranka Pejaković Hlede, que era una adolescente de 13 años en 1991 [10], reunió 11,586 firmas por la paz con sus amigos de Tuzla [11], también comparte sus recuerdos:

Mojih 11.586 potpisa za mir bili su utopija i zaista je smiješno kad se sjetim s kojom vjerom sam ih skupljala, to je bio posao, danima od jutra do navečer, misija. Sjećam se točno kako je priča krenula, o čemu sam razmišljala, čak i gdje sam sjedila kad sam odlučila pokrenuti akciju. Priča je uskoro postala veća nego što sam očekivala. Ali ako ništa drugo, tih 11.586 ljudi mi je ostavilo vjeru u ljudski rod.

Mis 11,586 firmas por la paz eran [un sueño] utópico, y realmente es absurdo cuando recuerdo la convicción que tenía cuando las reunía. Era un esfuerzo, durante días de la mañana a la noche —una misión. Recuerdo cómo empezó, lo que pensaba, incluso dónde estaba cuando decidí empezar con esta acción. La historia pronto superó mis expectativas. Aunque fuera solamente eso, las 11,586 personas me permitieron conservar la fe en la humanidad.

En los años siguientes, Pejaković Hlede fue testigo de los horrores de la guerra en Bosnia, incluida la «liberación» del lugar donde nació, Prijedor, incluidos asesinatos en las calles y que a sus vecinos los forzaran a entrar en campos de concentración. Su padre, que antes de la guerra evitaba las armas, terminó comprando una granada de mano que escondió en el balcón del hogar de la familia. Planeaba usarla para “salvar” a la familia de la tortura, en caso que “liberadores” que operaban un nido de francotiradores en el piso superior trataran de entrar en su casa y violar a todas las mujeres. La familia luego huyó de su hogar, para salvar su vida.

Ahora con 38 años y madre de dos hijos, la señora Pejaković Hlede vive en Zagreb, Croacia. En su testimonio para el Proyecto Zetra [12], conecta su sufrimiento con acontecimientos actuales:

Ponekad sumnjam u preostalu ljudskost, pa čak i u svoju zdravu pamet. Što bi se reklo kod nas «Tko je tu lud?». Na primjer, aktualna je izbjeglička kriza. Gledam te jadne ljude i djecu koji su cijeli život strpali u vrećicu i prelaze mora, rijeke, države, granice, bodljikave žice i koridore u potrazi za boljim životom. Da, možda se među njima sakrio i kakav kriminalac, loš čovjek, kakvog nađeš u bilo kakvoj populaciji, ali generalno sirotinja koja ne zna gdje će i kako će, ali zna da mora spasiti živu glavu, djecu, po bilo koju cijenu. Uh, poznat mi je taj osjećaj, strašno je to iskustvo, svaka sličica ti se utisne kao da si žigosan njom i ostaje zauvijek. Vidim na tim licima strahotu proživljenog i oplačem javno ili u sebi, skoro svaki prilog u medijima. I čini mi se da svi to moraju na isti način vidjeti i suosjećati.

Bila sam uvjerena da svi moji bliski prijatelji, pa čak i poznanici misle isto. A onda čuješ anti-izbjegličke, anti-ljudske, nacionalističke i sadističke komentare naoko normalnih, kulturnih ljudi s kojim si možda još jučer čavrljao o svakodnevnim temama. E tu ja vidim najveći poraz ljudskosti. Pa kako si ti, neobilježen ratom, osobnim strahotama, neugrožen, potpuno neupućen u tekovine tog naroda, uspio postati toliko «nabrijan», samoživ i ljudogrozan. Zgrozim se što su takvi oko mene, što ih je tako puno, što im ne mogu objasniti, što će njihova djeca s mojom sjediti na nekom igralištu i razmjenjivati mišljenja. Što ako ih bude previše, što ako im povjeruju? I gdje god na svijetu zaviriš, čiji god dnevnik odgledaš, vidiš iste ljudske mržnje, patnje i opasnosti. To je zbilja zabrinjavajuće čak i za nas optimiste.

A veces tengo dudas sobre lo que me queda de humanidad —incluso sobre mi cordura. Cuando las personas dicen «¿quién es el lunático aquí?» Tomen por ejemplo la actual crisis de refugiados. Veo a esas pobres personas y niños que han puesto toda su vida en una bolsa y cruzado mares, ríos, países, fronteras, alambre de púas y corredores en busca de una vida mejor. Sí, tal vez entre ellos están escondidos algunos criminales, algunos hombres malos, que se pueden encontrar en todas las poblaciones. Pero  generalmente son personas empobrecidas que no saben dónde ni cómo van a vivir. Solamente saben que deben salvar sus vidas y las de sus hijos a cualquier costo. Sí, conozco lo que se siente, es una experiencia terrible, cada pequeña imagen se queda grabada como si te marcaran como ganado, se queda para siempre. En sus caras veo los horrores que han soportado y lloro por ellos, fuerte o en silencio, cada vez que veo la cobertura de los medios sobre ellos. Y creo que cualquier persona debería verlos y solidarizarse con ellos de la misma manera.

Estoy convencida de que todos mis amigos cercanos y conocidos piensan igual. Y entonces escucho comentarios contra los refugiados, contra los humanos, nacionalistas y sádicos de personas aparentemente normales, cultas —las mismas personas con quien he hablado de asuntos cotidianos ayer. Lo veo como una enorme derrota de la humanidad. ¿Cómo pueden ustedes, que no están marcados por la guerra, por horrores personales, bajo ningún peligro, completamente ignorantes de las características de esas personas —cómo pueden estar tan «enardecidos», ser tan egoístas y misántropos? Me horrorizan esas personas a mi alrededor, porque son muchas, porque no les puedo explicar, porque sus hijos se sentarán con mis hijos en algún patio de juegos e intercambiarán opiniones. ¿Qué pasa si son demasiados, y si mis hijos les creen? Y donde sea que uno mire en el mundo, no importa qué noticiario veas en la noche, está el mismo odio, sufrimiento y peligro humano. Esto es muy preocupantes para nosotros, para las personas que son optimistas como yo.

Nota: En sentido estricto, el aniversario de la guerra de los diez días para la independencia de Eslovenia [13], que duró entre el 27 de junio de 1991 y el 7 de julio de 1991, también cae dentro de este periodo, pero es un acontecimiento que no ha sido considerado controvertido, y por tanto no ha sido parte de la historia usada típicamente para “agitar las pasiones” en torno a esta época del año.