Aumentan llamados a investigar represalias contra la comunidad tharu en el extremo occidental de Nepal

A Tharu man from Nepal is on his way to do farm work on April 26, 2011. Image from Flickr by © ILO/ Pradip Shakya. CC BY-NC-ND 2.0

Un hombre tharu de Nepal sale a realizar tareas agrícolas el 26 de abril del 2011. Imagen de Flickr de © ILO/ Pradip Shakya. CC BY-NC-ND 2.0.

Las llanuras del sur de Nepal, conocidas como el Terai, son el hogar de la mitad de la población nepalí. Es aquí donde los tharu, una comunidad históricamente marginada, se han convertido en víctimas de duras represalias a manos de las fuerzas policiales del país tras el asesinato de nueve personas —ocho miembros del personal de seguridad y un niño— hace un año.

Una noticia alarmante publicada por Amnistía Internacional dice que al menos 19 personas han sido detenidas en la cárcel a raíz de esa protesta del 24 de agosto del 2015 que se volvió violenta, sin iniciar ninguna investigación sobre su presunta implicación.

Muchos creen que se trata de un ejemplo de discriminación étnica que es endémica en el país, donde los líderes políticos de la capital hacen la vista gorda con la difícil situación de aquellos que no forman parte de la élite social del país.

@Nepal_RR Mientras los madhesi y los tharu (hindúes en su mayoría) mueren por sus derechos, los líderes de Katmandú a favor de una nación hindú se quedan callados.

Primero les quitan su tierra, después su libertad para vivir, y ahora estas élites racistas de las colinas pretenden condenar a los tharu a la extinción

Según la directora de Amnistía Internacional para Asia Meridional, Champa Patel, no es la primera vez que la comunidad tharu se enfrenta a este tipo de trato:

The Tharu community has long suffered marginalization and the denial of their human rights in Nepal. These cases are, sadly, not an aberration but form part of a longstanding pattern of police abuse against the Tharu community.

La comunidad tharu lleva mucho tiempo sufriendo la marginalización y el rechazo de sus derechos humanos en Nepal. Desgraciadamente, estos casos no son una anomalía, sino que forman parte de un antiguo patrón de abuso policial contra la comunidad tharu.

Los tharu al margen de la sociedad nepalí

Durante los últimos siete años, la inestabilidad política de Nepal, reflejada en sus infames retrasos en la elaboración de una constitución, ha supuesto el hecho de que los grupos al margen de la sociedad como los tharu y los madhesi han estado atrapados en un estado de pobreza e inercia económica y social. La constitución, pendiente desde 2008, prometía incluir una estructura federalista que, para muchos grupos marginados, significaba la posibilidad de una representación negada durante mucho tiempo.

En el extremo occidental de Nepal, aunque los tharu superan en número a los grupos de una casta social más alta como los brahmanes y los chhetris, no se les ha representado ni en la política, ni en la burocracia ni en las fuerzas policiales. El movimiento tharuhat fue el primer grupo que exigió la representación pidiendo de manera explícita una provincia para los tharu mediante la fusión de dos distritos: Kailali y Kanchanpur. Los terratenientes brahmanes y los chhetris temían la posibilidad de que les cobraran impuestos por su propiedad o de perderla del todo si llegara a efectuarse dicha fusión.

En la primavera del 2012, un grupo conocido como el Akhanda Sudur Paschim (extremo occidental indiviso) exigió lo contrario: unir las nueve provincias de la región, incluidas las dos reclamadas por el movimiento tharuhat, en una sola provincia conocida como el Extremo Occidental.

Entre los dos grupos empezaba a haber tensiones, que estallaron en enfrentamientos esporádicos. Pero ninguno alcanzó las proporciones de lo que ocurrió en Tikapur, Kailali, en agosto del 2015.

Represalias violentas contra los tharu

Y es que esta vez hay mucho más en juego.

Antes del incidente, los cuatro principales partidos políticos de Nepal decidieron de forma polémica acelerar la promulgación de una nueva constitución, basándose en la necesidad de ayudar a reconstruir Nepal tras los devastadores terremotos en primavera. Convinieron en elaborar un modelo de federalismo de seis provincias el día 8 de agosto, y a todos los grupos solo les concedieron una semana para ir a Katmandú a expresar sus quejas.

Al mismo tiempo, cuando las protestas violentas estallaron en la parte occidental del país —en Surkhet, Thori (Parsa), Baglung y Jumla— el gobierno no hizo caso y añadió una sétima provincia. El destacado periodista Om Astha Rai sugirió que esto habría llevado a los líderes del movimiento tharuhat a creer de manera razonable que la violencia haría que se cumpliera su objetivo político.

El incidente de Tikapur podría haber sido solo otra de esas protestas por la que habrían recompensado a los tharu de la misma forma. Pero no lo hicieron. Después de que la policía lanzara gas lacrimógeno a la multitud, algunos manifestantes los atacaron, y la violencia provocó la muerte de nueve personas.

Más tarde, se impuso un toque de queda, y más de 41 hogares y tiendas pertenecientes a tharus —muchos de los cuales eran líderes y partidarios del movimiento tharuhat— fueron saqueados, quemados y destruidos durante la noche. Se sabía que los partidarios del Akhanda Sudur Paschim habían participado en los ataques, pero ninguno de ellos había sido detenido hasta entonces.

«¡Malos tratos a la comunidad tharu por parte de la policía!»

El 20 de setiembre del 2015, se aprobó la nueva constitución a pesar de que hubiera tanta polémica en torno a varias condiciones discriminatorias que contenía.

Una constitución que considera a las mujeres ciudadanas distintas y que pisotea las aspiraciones de los nepalíes dalit, indígenas y madhesi #NoEsMiConstitución.

Contrarios a este panorama, muchos se preguntan por qué no se hace nada para remediar la situación.

Si las exigencias de los agitadores madhesi y tharu son legítimas, ¿por qué el gobierno no ha mostrado su disposición a corregir la constitución?

Una noticia de Human Rights Watch aclara que no se ha informado de violencia entre las distintas comunidades más allá del caso de Tikapur, por lo que esta organización, junto con Amnistía Internacional y Crisis Group, pide una solución política, cambios estructurales e investigaciones rigurosas en este caso particular.

Mientras tanto, los principales medios de comunicación  continúan tachando a los manifestantes tharu de violentos sin informar sobre los detalles de la violencia policial. El punto de vista tharu sobre esta situación se resume en los siguientes tuits:

Tikapur, donde mataron a ocho miembros del personal de seguridad y a un niño. «Diez meses más tarde, Tikapur parece estar en calma». Pero para los tharu, es una paz «semejante a la muerte».

¡¡Malos tratos a la comunidad tharu por parte de la policía!!

Tras la matanza de Tikapur, arrestaron y torturaron a 19 personas tharu. No se ha detenido ni a una persona por las represalias contra los tharu.

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