Este artículo, de Maria Murriel [1], fue publicado originalmente en PRI.org [2] el 24 de agosto de 2016. Lo republicamos aquí gracias a un acuerdo para compartir contenido.
Te sientas en un café en el barrio porteño de Palermo. No puedes escuchar bien lo que la pareja de al lado está diciendo, pero puedes captar algunos comentarios. Tal vez por ejemplo «Vos pensás que no tengo nada mejor que hacer que estar enamorada de vos» [3].
Bueno, en realidad eso lo dijeron en el subterráneo. Pero cuando un día Ezequiel Mandelbaum y Tatiana Goldman fueron a un café en Palermo, hace alrededor de cinco años, pensaron que lo que escucharon sin querer era tan curioso, fuera de contexto, que dejaron de hablarse.
Solo escucharon.
«No entendimos del todo lo que estaban diciendo», dice Mandelbaum. «Pero fue divertido».
Pero lo que se les ocurrió ese día es más que entretenido. La Gente Anda Diciendo [4] es una divertida ventana antropológica que permite observar la manera de pensar y el estilo de vida de los argentinos, más específicamente de los porteños (los que viven en la capital argentina). Mandelbaum y Goldman recopilan frases de Buenos Aires que revelan el humor seco, la forma de ser directa y la actitud informal hacia el amor y la vida que tienen los lugareños (incluso los más chicos).
«En Buenos Aires, es fácil [escuchar algo bueno sin querer]», dice Mandelbaum. «No sé si es porque gritamos mucho o porque no somos muy puritanos. Podemos estar en un colectivo y hablar con el ginecólogo a todo volumen… Los argentinos se psicoanalizan, es común escuchar a alguien analizar la vida de su compañero».
La idea original era anotar las frases que escuchaban en Buenos Aires y a partir de eso hacer un libro. Tras nueve meses de recopilar frases, Mandelbaum y Goldman decidieron publicarlas en Facebook. De la noche a la mañana, sumaron cientos de seguidores, lo que luego se convirtió en miles y en decenas de miles.
Lo atractivo es la aspereza de las frases y de las situaciones a las que se refieren. Seleccionar las frases para este proyecto requiere una cierta dote artística.
«Cuando escuchás parte de una oración, se arma una historia en tu mente», dice Mandelbaum. «[Elegimos las] frases potentes, las que mueven tu imaginación, las que son graciosas».
Ahora que los seguidores aportan el 100 por ciento de las frases, el elemento más importante de este arte es incluso más significativo. Las frases tienen que ser escuchadas y escritas en forma inmediata.
«Es intuitivo», dice Mandelbaum, que es editor y trabaja en relaciones públicas. «Tenés que escucharlo y escribirlo en el momento. Cuando lo intentás escribir más tarde, editás la frase en tu cabeza».
Han viajado por Sudamérica recopilando frases, patrocinados por Motorola. Han publicado dos libros. Han inspirado sitios derivados del original en otras ciudades y países.
Y hay más por venir: Mandelbaum comenta que a ellos les gustaría que a los escritores se les ocurra textos inspirados en las frases.
Con frases como estas, no será difícil.