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Kirguistán y el presidente que no quería ser un dragón

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kirguistán, Humor, Medios ciudadanos, Política
Puff the Magic Dragon as illustrated in a video on uploaded onto YouTube by ThatIsSoDeck.

Puff, el dragón mágico, ilustrado en un video subido [1] a YouTube por ThatIsSoDeck.

Los extintos dragones tienen mucho que decir en Kirguistán, país de Asia Central cuyas dramáticas cadenas montañosas y políticos abiertos se combinan a veces para conferirle un aire de reino de hadas apenas recordado.

Pero, ¿cómo le ha ido a la república de la vida real -la única de la región exsoviética que parece una democracia- desde que desplegó sus alas escamosas?

Al presidente Almazbek Atambayev le gusta resaltar su orgullo de no ser una creatura mítica que echa fuego.

En una conferencia de prensa, que tuvo lugar el 1 de agosto en la ciudad de Cholpon-Ata, dijo:

In order that a dragon with 120 heads not appear in the future, the constitution needs to be changed…If there will be a president different from me, then he can very easily change the constitution and become a dragon.

Para que un dragón de 120 cabezas no aparezca en el futuro, hay que cambiar la Constitución… Si hay un presidente distinto a mí, él podría luego fácilmente cambiar la Constitución y convertirse en un dragón.

Para evitar confusiones, así es como se ve un presidente humano de Kirguistán:

Almazbek Atambayev, President of Kyrgyzstan (2011-present). Likely to leave office without a bloody revolution to force his hand. Russian government image, free to re-distribute.

Almazbek Atambayev, presidente de Kirguistán (2011-presente). Probablemente dejará el cargo sin que una revolución sangrienta lo obligue. Imagen del gobierno ruso, libre distribución.

Y estos presidentes kirguisos son los «dragones» a los que frecuentemente se refiere Atambayev:

Askar Akayev, President of Kyrgyzstan 1990-2005. Unseated in a largely non-violent revolution. Taken from Yiv.narod.ru. License to reuse.

Askar Akayev, presidente de Kirguistán 1990-2005. Depuesto en una revolución no violenta. Tomada [2] de Yiv.narod.ru. Licencia para reusar.

President Kurmanbek Bakiyev (2005-10). Unseated in a violent revolution that left over a hundred people dead. Wikipedia image.

El presidente Kurmanbek Bakiyev (2005-10). Depuesto en una revolución violenta que dejó más de cien personas muertas. Imagen de Wikipedia.

Las observaciones de Atambayev aparecieron casi cinco años después de su toma de poder del 2011 [3], cuando el legislador conservador Tursunbai Bakir uulu, famoso [4] también por la extraña forma de hablar, lo retó en una de sus primeras alusiones a los dragones:

You were talking a lot about knights who defeated dragons, but later they all became dragons [5]. The knights couldn’t resist the gold in the dragons’ dungeons. I sincerely don’t want you to become a new dragon in the history of Kyrgyzstan.

Usted hablaba mucho acerca de caballeros que vencían a dragones, pero después todos ellos se convirtieron en dragones [5]. Los caballeros no pudieron resistirse al oro en las mazmorras del dragón. Sinceramente, no quiero que se convierta en otro dragón en la historia de Kirguistán.

Ningún dragón, pero ¿tampoco un caballero de reluciente armadura?

Si se asumiera que Atambayev ha aprobado el examen y no se convirtió en el dragón que algunas personas temían, ¿deberían estar agradecidos los kirguisos?

Por un lado, sí. Atambayev ha afirmado repetidamente que dejará el cargo al término de su sexenio, que concluye en el 2017, y, mientras que la descendencia de sus predecesores intentó apoderarse de grandes trozos de la economía, su hija menor pinta atractivos cuadros [6].

El mismo Atambayev es aficionado al canto y la composición acústica [7], y sacará a la luz un disco en setiembre.

Por otro lado, más allá de coloridas conferencias de prensa colmadas de charla en torno a los dragones, sus años en el cargo no han logrado nada significativo para un país con problemas económicos.

La corrupción es galopante y la libertad de prensa y expresión, que surgió inmediatamente después de la revolución del 2010 bajo la supervisión de su predecesora interina Rosa Otunbáeva (otra presidenta que no era dragón), ha sufrido un retroceso [8] durante su mandato.

Su capacidad para involucrarse en impropios intercambios «ojo por ojo» [9] incluso con los adversarios políticos de más baja categoría, así como con poderes extranjeros relevantes, ha resultado entretanto inapropiada, según sus críticos, para el cargo presidencial.

El bien conocido comentarista liberal Daniar Aitman escribió [10] el 2 de agosto en Facebook una aguda respuesta al presidente, quien en una conferencia de prensa comparó la lectura de uno de sus artículos -acerca de los posibles motivos acechando en los intentos de Atambayev por cambiar la Constitución- con «pisar una caca apestosa».

Атамбаев любит повторять, что он не дракон. Пожалуй, в этом он прав. Для того чтобы быть драконом, необходимо обладать определенными способностями.

Не быть драконом – это недостаточная квалификация для современного главы государства, иначе президентом мог бы работать любой бомж. В 2011 году Кыргызстану был нужен Лидер, который бы объединил и вдохновил народ своим высоким нравственным примером и стратегическим видением. Нам нужен был кыргызский Ли Куан Ю (выпускник Кембриджа) или кыргызский Саакашвили (выпускник Колумбийского университета), а вместо этого мы получили зампреда райисполкома.

Нет, я не слишком строг к Атамбаеву. Цена его посредственности чрезвычайно высока. Каждый, кто хоть сколько-нибудь пожил в развитых странах мира, понимает: время работает против Кыргызстана.

A Atambayev le gusta decir que él no es un dragón. Quizás, en eso tenga razón. Para ser un dragón se requieren ciertas habilidades.

No obstante, no ser un dragón no es requisito suficiente para ser un jefe de Estado moderno. De lo contrario, cualquier tipo podría ser presidente. En el 2011, Kirguistán necesitaba un líder que inspirara y uniera al pueblo con su alto ejemplo moral y visión estratégica. Necesitábamos una versión kirguisa de Lee Kuan Yew [de Singapur], un graduado de Cambridge, o una versión kirguisa de [el expresidente de Georgia, Misha] Saakashvili, un graduado de la Universidad de Columbia. A cambio, tuvimos al vicepresidente de algún comité político regional.

No, no estoy siendo duro con Atambayev. El precio de su mediocridad ha sido muy alto. Cualquiera que haya vivido en el mundo desarrollado, aunque sea por breve tiempo, entiende que el tiempo trabaja en contra de Kirguistán.