La versión nepalesa de Humans of New York cuenta historias de personas de diversos ámbitos sociales

“I have travelled to 71 out of the 75 districts and all the way from Mechi to Mahakali, alone in my wheelchair, to raise my voice for equal rights for people with disabilities in the new constitution.” (Surya Bahadur Ranabhat Yatri, Pokhara). January 1, 2016

“Recorrí 71 de los 75 distritos y todo el camino de Mechi a Mahakali, solo en mi silla de ruedas, para reclamar la igualdad de derechos para las personas con discapacidad en la nueva constitución”. Surya Bahadur Ranabhat Yatri, Pokhara. 1 de enero de 2016.
Fotografía por Jay Poudyal. Publicada con permiso.

Cuando niño Jay Poudyal disfrutaba las historias tradicionales que le contaba su abuela. De adulto se interesó en la lectura, los viajes y la fotografía. También comenzó a beber demasiado hasta convertirse en alcohólico.

Después de completar su rehabilitación con ayuda de su esposa, Poudyal descubrió Humans of New York (HONY), un blog en el que Brandon Stanton fotografía y entrevista personas al azar en la calle. Poudyal se inspiró en él para iniciar la versión nepalesa, entonces creó una página en Facebook, publicó una historia y la compartió con sus amigos.

Así nació Stories of Nepal (Historias de Nepal).

Photographer Jay Poudel. Image by Yasodha Gauchan.

El fotógrafo Jay Poudyal. Imagen de Yasodha Gauchan.

En su blog de fotos, escribe:

[…] I am on a journey to discover and share stories of the everyday Nepali. Over the past couple of years, I have roamed the streets of Kathmandu and travelled my country to talk to people, hear what they have to say and listen to their tales of sorrow and happiness. I started off as a photographer, capturing moments and people, but inspired by Humans of New York I started sharing these pictures along with the conversations I had with individuals. After all, a picture may say a thousand words, but a few words can change the story. That was how Stories of Nepal Facebook page was born, and its community has come a long way. […]

Inicio una travesía para descubrir y compartir historias cotidianas de Nepal. Durante los últimos dos años he recorrido las calles de Katmandú y viajado por mi país para conversar con la gente, oír lo que tienen para decir y escuchar sus historias de dolor y felicidad. Empecé como fotógrafo, capturando momentos y personas pero inspirado por Humans of New York comencé a compartir con las imágenes las conversaciones que tuve con las personas. Después de todo puede que una imagen valga más que mil palabras pero unas pocas palabras pueden cambiar la historia. Así es como nació la página Stories of Nepal en Facebook y la comunidad ha recorrido un largo camino. […]

Con cerca de 265,000 seguidores en Facebook, Stories of Nepal presenta historias de personas de diversas regiones de Nepal –  de las montañas, colinas medias y llanuras del sur.
Echemos un vistazo a algunas de sus historias en imágenes.

Bara como legado

Legacy of Bara. Used with permission.

El legado de elaborar Bara. Fotografía de Jay Poudyal. Usada con permiso.

As a kid, I have watched my grandfather and then my father make Bara Aloo from the exact spot you are taking my pictures. I’m the third generation to continue in this legacy.

We have been running and serving Bara’s for the last 80 years. My grandfather, Krishna Raj Shrestha, opened this shop so that travelers/porters heading Bhaktapur from Kathmandu could stop en route for a protein enriched snack. It was then passed on to my father Ramsharan Shrestha. After his demise I took over and we are still going strong.

De niño vi a mi abuelo y luego a mi padre preparar Bara Aloo desde el punto exacto donde me estás tomando la foto. Pertenezco a la tercera generación que continúa este legado.

Hemos estado sirviendo Bara durante los últimos 80 años. Mi abuelo, Krishna Raj Shrestha, abrió este negocio para que los viajeros/porteadores que iban de Katmandú rumbo a Bhaktapur pudieran detenerse a comer un bocadillo rico en proteínas. Luego el negocio pasó a mi padre Ramsharan Shrestha. Después de su partida lo reemplacé y todavía sigue en pleno funcionamiento.

Bara es un pastelillo liviano y esponjoso que se parece a un pequeño panqueque plano.

What makes your Bara special?

“My passion for making perfect Baras. Also, I only use local home made sunflower oil for the Bara and it’s cooked in wood-fire and served in leaves.”

Mukesh Shrestha, runs a small Bara Pasa (Bara Shop) at 7 Pahakha Bazaar Madyapur Thimi.

¿Qué es lo que hace a su bara tan especial?

“Mi pasión por hacerlos perfectos. También que solo usamos aceite de girasol de fabricación local y son preparados sobre fuego de leña y servidos en hojas”.

Mukesh Shrestha, dirige un pequeño Bara Pasa (negocio de venta de Bara) en 7 Pahakha Bazaar Madyapur Thimi.

Esta noche comemos pescado

Fishes tonight. Used with permission.

Esta noche, pescado. Fotografía de Jay Poudyal. Publicada con permiso.

“We have to eat, no matter what. No matter how happy, how sad. No matter how rich, how poor. Fish tonight, hopefully, if you let me fish (laughs).” (Rapti River near Patiyani, Chitwan)

“Tenemos que comer no importa lo que suceda. No importa que tan felices o tristes estemos. No importa que tan ricos o pobres seamos. Esta noche será pescado, con suerte, si me permites pescar (risas)”. (Río Rapti cerca de Patiyani, Chitwan).

Violencia contra las mujeres

VAW. Used with permission.

Violencia contra las mujeres. Fotografía por Jay Poudyal. Publicada con permiso.

“Burnt alive. Beaten and forced to eat human faeces for being a ‘witch.’ Raped. Molested. Abused, physically and psychologically, in public spaces, in front of mute bystanders. The news about violence against women in our immediate and distant communities is brutal and consistently shocking. As an artist, I believe they deserves an equally shocking reflection and response – at least enough to provoke a sense of discomfort with what we allow and accept in our society where female deities are revered, in the country of the living virgin goddess Kumari, a world built by mothers, sisters, wives. Kumari is a living goddess and some of our biggest festivals are based around her. But why is reverence of women reserved to the gods, and not their mortal counterparts on whom the deities are in fact based?”

– Aditya Aryal, Gairidhara, Kathmandu

«Quemadas vivas. Golpeadas y obligadas a comer heces humanas por ser ‘brujas’. Violadas. Abusadas. Sometidas física y sicológicamente, en espacios públicos, frente a testigos mudos. Las noticias sobre la violencia contra las mujeres en nuestras comunidades vecinas y remotas son brutales y siempre impactantes. Como artista, creo que merece una reflexión y una respuesta igualmente impactante – al menos lo suficiente como para provocar una sensación de incomodidad respecto a lo que permitimos y aceptamos en nuestra sociedad, donde se veneran deidades femeninas, en el país de la diosa virgen viviente Kumari, un mundo construido por madres, hermanas, esposas. Kumari es una diosa viviente y algunos de nuestros más grandes festivales se centran en ella. Pero ¿por qué se reserva la reverencia solo a las diosas, y no a sus homólogas mortales en las que de hecho están basadas las deidades?».

- Aditya Aryal, Gairidhara, Katmandú

«Su precio es de 1 lac» (alrededor de $1,000 dólares norteamericanos)

It costs Rs. 1 lac. Used with permission.

Cuesta 1 lac. Fotografía por Jay Poudyal. Publicada con permiso.

“There are around 50 horses in my stud. Sometimes it goes up to 75 if someone asks me to take their horses out with mine. This one’s called Sete and is very obedient but shy. It can carry up to 100 kilos at a time.

It costs Rs. 1 lac.”

– Subash Subedi, Met in Syangboche, Mustang.

«Hay alrededor de 50 caballos en mi stud. A veces la cifra sube a 75 si alguien me pide que me lleve sus caballos. Éste se llama Sete y es muy obediente pero tímido. Puede transportar hasta 100 kilos cada vez.

Su precio en rupias es de 1 lac «.

– Subash Subedi, en Syangboche, Mustang.

«Había enloquecido«

I was mad. Used with permission.

Había enloquecido. Fotografía por Jay Poudyal. Publicada con permiso.

“We were Shamans from old times. When father died, it became my responsibility to follow in his footsteps. But I really didn’t want to become a shaman. I wanted to do something normal. Maybe just become a farmer and go to school. But every time I brought up school, father would start playing his drums and chanting his spells. He would say I was possessed. So I became depressed and I became mad. I did not recognise people and places and sometimes I walked around the river banks without clothes. One day a girl came to me and gave me Mug-wort to eat and some water. She asked me to chew on the Mug-wort and drink the water. I did and I was cured. I put on my clothes and went home and told my father, I will obey him. That day there was a big celebration at home. Father sacrificed a goat and a chicken and I ate full stomach after a long time.”

– Lakpa Dorje Sherpa, Gadi, Sankhuwasabha

«Desde la antigüedad hemos sido chamanes. Cuando murió mi padre se convirtió en mi responsabilidad seguir la tradición. Pero realmente no quería convertirme en chamán. Quería hacer algo normal. Tal vez ser granjero e ir a la escuela. Pero cada vez que mencionaba la escuela, mi padre empezaba a tocar los tambores y entonar sus conjuros. Se diría que estaba poseído. Así que me deprimí y enloquecí. No reconocía personas ni lugares y a veces caminaba desnudo por la ribera del río. Un día, una chica se acercó y me dio artemisa y un poco de agua. Ella me indicó que masticara la hierba y bebiera el agua. Lo hice y me curé. Me vestí, fui a casa y le dije a mi padre que lo iba a obedecer. Ese día hubo una gran celebración en casa. Mi padre sacrificó una cabra y una gallina y comí hasta saciarme después de mucho tiempo».

– Lakpa Dorje Sherpa, Gadi, Sankhuwasabha

«Todo va a estar bien«

Everything will be fine. Used with permission.

Todo va a estar bien. Fotografía por Jay Poudyal. Publicada con permiso.

“We were both the same age when we got married. Maybe 17. We spent almost 50 years together. Cried together and laughed together. But last year she passed away and left me alone. She would come and sit next to me and help me make baskets and we would talk for hours. When lunch was ready she would bring it to me. She was happy woman. Today, I feel she is somewhere around. Every once in a while I feel her presence and turn around to see if she is at her spot. Sometimes I hear her whisper and say, ‘Don’t worry, everything will be fine.’”

– Nati Kazi Maharjan, Chapagaun, Lalitpur

«Cuando nos casamos teníamos la misma edad. Tal vez 17. Pasamos casi 50 años juntos. Hemos llorado y reído juntos. Pero el año pasado ella falleció y me dejó solo. Ella venía, se sentaba a mi lado y me ayudaba a tejer cestas y hablábamos durante horas. Cuando el almuerzo estaba listo me lo traía. Ella era una mujer feliz. Hoy en día, siento que anda por ahí rondando. De vez en cuando siento su presencia y me doy vuelta para ver si está en su lugar. A veces la oigo susurrar y decir, ‘No te preocupes, todo va a estar bien'».

– Nati Kazi Maharjan, Chapagaun, Lalitpur

Tatuajes para el más allá

Tattoos for afterlife. Used with permission.

Tatuajes para el más allá. Fotografía de Jay Poudyal. Publicada con permiso.

«In the old days, when girls of my age were young, a man from India would come and do these tattoos in our bodies. When my friend was being pierced, I could see tears in her eyes because of the pain and I remember being afraid as I was next. That night I couldn't sleep. The next day I asked my mother why I had to get the tattoo. She said, «Who will marry a girl without a tattoo? No one will take you unless you have them.» I never understood that. Later I also learnt that in our culture tattoos were also a worship to nature. We don't take anything with us when we die, but I will take these tattoos. It is like a gift of this life and this nature for me to take to my afterlife.»

– Thagani Mahato, Meghauli, Chitwan

«En los viejos tiempos, cuando las chicas de mi edad eran jóvenes, vino un hombre de la India a hacernos estos tatuajes en el cuerpo. Mientras tatuaba a mi amiga pude ver lágrimas en sus ojos a causa del dolor y recuerdo haber tenido miedo porque era la próxima. Esa noche no pude dormir. Al día siguiente le pregunté a mi madre por qué tenía que tatuarme. Ella dijo: «¿Quién se casará con una chica sin un tatuaje? Nadie te aceptará a menos que los tengas». Nunca lo entendí. Más tarde, aprendí también que en nuestra cultura los tatuajes son una manera de rendir culto a la naturaleza. Al morir no nos llevaremos nada salvo estos tatuajes. Son como un regalo de esta vida y esta naturaleza para llevar al más allá».

– Thagani Mahato, Meghauli, Chitwan

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