WikiLeaks: del asesinato colateral a la insensatez colateral

Furgoneta de Wikileaks frente al Capitolio

Imagen de la Unidad Móvil de Recogida de Información de WikiLeaks en Flickr (CC BY 2.0)

Cuando la web protransparencia WikiLeaks publicó más de 61 000 documentos del ministerio saudita de Asuntos Exteriores, expuso comunicaciones e información clasificada que proporcionó una valiosa visión de los entresijos de la política externa del país. También publicó al menos 124 expedientes médicos y otra información perteneciente a ciudadanos privados, según un informe de Associated Press del 23 de agosto.

Dos de los expedientes médicos hablan de víctimas adolescentes de violación. Otro documento revela la identidad de un ciudadano saudita arrestado por ser gay, lo que AP denomina «un paso extraordinario» en un país en el que los homosexuales suelen sufrir exclusión social, encarcelamiento, tortura e incluso la muerte.

Muchas personas recurrieron inmediatamente a los medios sociales para hacer oír su disgusto. Joey Ayoub, editor de Global Voices en el Magreb, escribió que para cierta gente, las filtraciones podían ser una cuestión de vida o muerte.

Estas filtraciones pueden costar vidas. Verdaderamente repugnante. «Vidas privadas expuestas por las revelaciones de WikiLeaks».

La historiadora y arqueóloga Sara E. Palmer lo llamó «doxxing» en referencia a la práctica de publicar información personal de alguien (como su dirección, número de teléfono, documento de identidad) sin su permiso, a menudo con malas intenciones.

Esto ya no es una lucha por la verdad. Es simple doxxing. Doxxing incompetente.

WikiLeaks saltó a la fama en abril del 2010, cuando filtraron la filmación de dos helicópteros Apache estadounidenses en Bagdad durante un ataque aéreo el 12 de julio de 2007 que mató a unas 12 personas, entre ellas a dos periodistas de Reuters. El vídeo se tituló «Asesinato colateral» y se convirtió inmediatamente en noticia de primera página, dándole a WikiLeaks renombre internacional.

Estas revelaciones de abusos de poder, corrupción y falta de transparencia han recabado muchos apoyos a WikiLeaks. Los representantes de la organización hacen hincapié en sus esfuerzos por proteger a los ciudadanos de los daños que pudieran resultar de dichas filtraciones.

«Nuestra política es la de minimizar el daño», dijo Assange en un seminario celebrado en Oxford, en julio de 2010. «Hay secretos legítimos. El expediente médico es uno de ellos».

Pero al mismo tiempo que la organización se veía sometida a una presión creciente, y su éxito aumentaba de forma paralela, surgieron ejemplos que demostraban su falta de respeto por la privacidad de personas que no son figuras públicas.

Así que ahora WikiLeaks publica expedientes médicos. Y le da lo mismo. ¿Aún hay alguien que piense que es algo bueno?

El 22 de julio de 2016, WikiLeaks publicó cientos de correos electrónicos de los servidores del Comité Democrático Nacional de Estados Unidos, que revelaban los esfuerzos internos del partido por minar la campaña de Bernie Sanders en favor de la candidatura de Hillary Clinton. No obstante, también reveló nombres completos, direcciones, números de teléfono, detalles de los pasaportes y números de la seguridad social de numerosos donantes del partido. Dos de esas personas dijeron a AP que habían sido blanco de ladrones de identidad al día siguiente de las filtraciones.

En otro momento, WikiLeaks publicó cientos de correos electrónicos del partido turco AKP, el grupo del actual presidente Recep Tayyip Erdoğan. Los mensajes fueron revisados por periodistas y activistas turcos, que comprobaron la falta de información importante. Además, la experta turca en medios de comunicación Zeynep Tufekci afirmó:

WikiLeaks also posted links on social media to its millions of followers via multiple channels to a set of leaked massive databases containing sensitive and private information of millions of ordinary people, including a special database of almost all adult women in Turkey.

WikiLeaks también reveló por múltiples canales en los medios sociales a sus millones de seguidores enlaces a un conjunto de grandes bases de datos que contienen información sensible y privada de millones de personas normales, entre ellas una base de datos de casi todas las mujeres adultas de Turquía.

AP: Wikileaks publica nombres de víctimas de violación, ciudadanos sauditas homosexuales, disputas de paternidad…

Expedientes médicos, deudas, información personal… WikiLeaks trata la seguridad y la privacidad de la gente corriente como un daño colateral.

También hay que mencionar, como informó el pasado año el proyecto Advox de Global Voices, que en algunas de las filtraciones masivas e indiscriminadas de WikiLeaks había archivos maliciosos que podrían poner en peligro a cualquier lector de los documentos filtrados. Tanto los correos del AKP como los del Hacking Team publicados en el 2015 contenían programas dañinos.

Las filtraciones indiscriminadas de WikiLeaks incluyen información sensible e identificable, y ahora también virus.

Defensores de los derechos humanos han intentado que WikiLeaks se responsabilice de estos actos. Tras la filtración de los Diarios de la Guerra de Afganistán, varios grupos de derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional, exigieron que WikiLeaks ocultara los nombres de civiles afganos que trabajaban como confidentes del ejército de EE. UU. en los archivos que habían publicado con el fin de evitar cualquier represalia.

La respuesta de Assange a los grupos de derechos humanos fue: «Tengo mucho trabajo y no me queda tiempo para ocuparme de gente que prefiere no hacer nada, aparte de cubrirse el culo». Al ir aumentando el número de personas en peligro por culpa de la política de filtraciones indiscriminadas de WikiLeaks, no está claro si Assange es capaz de ver la hipocresía inherente a esta afirmación. Lo que sí que está claro es que WikiLeaks ya no tiene el apoyo popular del que gozó en su día.

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