El 30 de agosto de todos los años, se lleva a cabo el Día Internacional de los Desaparecidos para “reconocer el número de personas todavía desaparecidas a través de conflictos, desastres y migración –y para mostrar solidaridad con sus seres queridos”. La conmemoración se lanzó originalmente en América Latina en 1981 con la ‘Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos’, de Costa Rica y desde entonces ha tomado una dimensión más global.
En el Líbano, miles de personas siguen desaparecidas, 26 años después de que terminara la guerra civil. El problema de los desaparecidos del país a menudo es descrito como de una naturaleza particularmente ‘sensible’ políticamente, por la simple razón de que muchos de los caudillos son miembros de la élite política del Líbano. Por ejemplo, en enero de 2016, escribí conjuntamente con Abir Ghattas para Global Voices el artículo titulado ‘El matrimonio cristiano-libanés entre Aoun y Geagea deja a muchos escépticos’. Michel Aoun y Samir Geagea, dos de los más conocidos caudillos durante la guerra civil entre 1975 y 1990, siguen en el poder, o al menos son significantivamente influyentes hoy. Y ciertamente no son los únicos.
Los autoridades líbanesas han sido reacias a investigar los casos de los desaparecidos. En cambio, aprobaron una ley cinco años después del fin de la guerra que redujo el tiempo requerido para que una persona ausente sea declarada muerta. En 2009, Amnistia Internacional reiteró su llamado, como otras muchas organizaciones internacionales, para que el gobierno libanés investigue las fosas comunes en el país.
Sawsan Hirbawi, libanesa cuyo hermano fue secuestrado en 1976, dijo a Amnistía Internacional que el gobierno libanés nunca le dio una respuesta:
We have been calling on the Lebanese state for so many years to dig up mass graves and reveal the fate of my brother and many others, but our state has done absolutely nothing.
Hemos estado exhortando al estado libanés durante años para que excave las fosas comunes y revele el destino de mi hermano y muchos otros, pero nuestro estado no ha hecho absolutamente nada.
Mientras la atención de los medios en estos días a menudo está puesta en el cada vez mayor número de personas desaparecidas en Siria, lo que es comprensible, en el Día Internacional de los Desaparecidos, quienes hacen campaña en el Líbano tuvieron la esperanza de destacar el caso de los libaneses que desaparecieron durante la guerra.
Con ese fin, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) Líbano presentó un conmovedor video que muestra a una anciana en su casa, esperando silenciosamente a su hijo. El video termina con un mensaje simple: “Tu guerra terminó. La de ella no”.
El CICR ha tenido presencia permanente en el Líbano desde 1967, al año de la Guerra de los Seis Días árabe-israelí, en respuesta a las crecientes necesidades de los refugiados palestinos que huían de las fuerzas israelíes así como las necesidades de las comunidades anfitrionas. El CIRC opera en todo el país y tiene oficinas en Beirut, Trípoli, Zahlé, Tiro y el campo palestino Ein El Helwe.
La cifras oficiales sugieren que todavía hay unas 17,000 personas en el Líbano, aunque la cantidad real puede ser menor. En conversación con Global Voices, Tarek Wheibi, portavoz del CICR en el Líbano, que también brinda apoyo a las delegaciones regionales, señaló:
The ICRC noticed that there were many duplications and inaccuracies. Some people were reported missing to different authorities and counted multiple times, some were never counted. The number is currently not clear, we have visited more than 2500 families, some who have more than one missing family member.
El CICR se dio cuenta de que había muchas duplicaciones e inexactitudes. Algunas personas habían sido reportadas como desaparecidas ante diferentes autoridades y se las contó muchas veces, a algunas no se les contó nunca. Actualmente, la cantidad no está clara, hemos visitado más de 2500 familias, algunas de las cuales tienen más de un miembro de la familia desaparecido.
El CICR realiza cada año una conmemoración a los desaparecidos, y lo ha hecho por casi una década ya. La idea, en palabras de Wheibi, es “mostrar solidaridad con ellos y recordarle sus deberes al gobierno libanés” independientemente de “sensibilidades políticas”. Ciertamente, como nos lo recordó Wheibi, los que advierten contra revelar la verdad por miedo a la inestabilidad política están informando mal al público:
Many consider this file to be “too sensitive” in Lebanon, some warn that it might ignite another conflict. Our experience in handling missing files in places such as Kosovo, Bosnia, Iran, Iraq and other places have shown the exact opposite. Tackling the missing file helps reduce tensions and helps the country heal. It is important to keep in mind that this is not an investigation and not to point fingers. We need to address this issue so that families can mourn their loved ones and be able to move on. We need to address this because the Lebanese soil is filled with human remains that have to be properly buried.
Muchos consideran que este expediente es “demasiado sensible” en el Líbano, algunos advierten que puede encender otro conflicto. Nuestra experiencia en manejar expedientes de desaparecidos en lugares como Kosovo, Bosnia, Irán, Iraq y otros lugares han mostrado exactamente lo opuesto. Abordar el asunto de los expedientes de desaparecidos ayuda a reducir las tensiones y ayuda al país a sanar. Es importante tener en cuenta que esta no es una investigación y no va a señalar a nadie. Debemos abordar este asunto para que las familias puedan tener un duelo por sus seres queridos y puedan seguir adelante. Debemos enfrentar esto porque el suelo libanés está lleno de restos humanos que deben ser enterrados apropiadamente.
En cuanto a lo que piden las familias de los desaparecidos, el CICR supo en 2011 que:
The first demand of the families was the right to know the fate of their missing family members. The assessment also showed that many are in need of psycho-social support. Some need financial support, there are women who lost their sons and husbands on the same day and have had no one to care for them for years.
El primer pedido de las familias fue el derecho de conocer el destino de sus familiares desaparecidos. La evaluación también mostró que muchos necesitan apoyo sico-social. Algunos necesitan ayuda financiera, hay mujeres que perdieron a sus hijos varones y sus esposos el mismo día y no han tenido a nadie que se ocupe de ellas durante años.
Las familias de los desaparecidos no son las únicas que presionan al gobierno para actuar. La conocida activista libanesa Wadad Halwani, que actualmente preside el Comité de Familias de Desaparecidos y Secuestrados y cuyo esposo fue secuestrado en 1982 como miembro de la Organización Acción Comunista, recientemente pidió a un periodista que interrogara a los secuestradores y no a las familias de sus víctimas:
اذهب واسأل الخاطفين ماذا فعلوا بضحاياهم. لماذا تسألني أنا؟ ألست صحافياً؟ اذهب واسألهم ماذا فعلوا بهم. وعندما تنتهي من ذلك، يمكن أن أجيبك على ما تريد
Vayan a preguntar a los secuestradores qué hicieron con sus víctimas. ¿Por qué me lo pregunta a mí? ¿No es usted periodista? Vaya y pregúnteles a ellos qué hicieron. Cuando haya terminado, tal vez le pueda contestar lo que quiera.
En una conmemoración del CICR este año, la famosa cantante libanesa Omaima El Khalil interpretó una canción llamada ‘Asfour‘ (pájaro), diciendo que el ave ahora simboliza a todos los que apoyan a las familias de los desaparecidos y pidió justicia. La letra de la canción empieza:
عصفور طلّ من الشباك، قال لي يا نونوخبيني عندك خبيني دخلك يا نونو -
Un pájaro se paró en mi ventana. Y dije: «Oh, pequeño.Escóndeme contigo, te lo ruego».